Artículo Periodístico 3.233º: “Gaudí, un genio y un amante de Dios”.
Quizás, no seamos capaces de
captar esa realidad, que alguien pueda ser un sabio y un santo, una genia y una
santa, una persona normal y un santo…
En su tiempo tuvo, muchas
adhesiones, si no hubiese sido así, no le habrían encargado tantas obras, y,
también muchos rechazaos, si no hubiese sido así, su basílica o iglesia
catedral, de piedra y cristal y oratoria y erudición de palabras hecha materia,
hubiese estado más adelantada en su fallecimiento…
Circunstancias.
Ante su figura hay personas, eso
me parece a mí, desde hace mucho tiempo, que
tienen una mirada bifronte/trifonte, por un lado, algunos admiten su
potencialidad santidad, hombre bueno y humilde, al menos en su etapa final de
su existencia, y, otros lo toman como un artista de un gran calibre y genialidad,
y, otros admiten su maestría en las artes plásticas unidas a la arquitectura,
pero no pueden soportar ese halo de perfección moral y espiritual, que es lo
que hoy se está dilucidando. Porque hoy está en el proceso de beatificación,
con todos los pasos y seguridades que eso exige. Yo, pienso, que cuando se
encuentre y demuestre y apruebe el primer milagro, ya habrá alcanzado la
beatificación. Y, será uno de los beatos de los arquitectos y artistas –cosa
que tanto necesitamos-. Rama que tanto necesitan el buen ejemplo. Que no tiene
porqué estar reñido ser un gran autor/plástico y llevar una vida ética y moral
y espiritual de un alto nivel. Estar en la vida, cada uno con su oficio y arte,
sin olvidar al Buen Dios –podríamos resumir…-.
Redacto este artículo a raíz de
toparme gratamente, con la columna de Miguel Lorenci, titulada, Gaudí, la construcción de un
genio, publicada en la Agencia Colpisa, el 13 de octubre del 2022. Algunas personas
me indican porqué cito a otros articulistas y el título de sus columnas, y, les
contesto que hay que ser agradecidos, porque no me atrevo a recordarles, la
frase: “Dar al Cesar lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. Aquí,
nunca mejor dicho.
Es obvio y evidente, que no es la
primera vez, que me acerco a Gaudí, y, más con la edad que tengo, no es la
primera vez que he leído estudios y libros y documentales sobre Gaudí, no es la
primera vez, que he ido a visitar-entender-comprender sus obras en Barcelona,
cuándo iba en años anteriores, y, cada vez, que visitaba esa ciudad, en tiempos
anteriores, creo no recordar que nunca dejé/dejamos, yo/familia de visitar la
Sagrada Familia. Ahora ya se está terminando, no sé, si podré visitarla
terminada. Cosa que agradecería y me alegrarían, dos cosas, visitarla
terminada, visitarla siendo beato ya Antonio Gaudí…
Nadie puede negar, que el gran
Arte, sea el arte concreto que sea, sea el género que sea, sea el estilo que
sea, por lo general, es una combinación de cuestiones de alto nivel estético,
de alto nivel conceptual/conocimientos, y de alto nivel metafísico-religioso.
Aquí y en Oriente. Más de la mitad de las grandes obras que la humanidad
considera geniales, en todas las culturas, rozan la temática de la
religiosidad, metafísica, espiritualidad. En definitiva, ese ligazón del ser
humano con lo Trascendente-Otro-Divino…
Existen personas, dentro del
Arte, no olvidemos que hay distintos oficios y profesiones, en todo esto del
arte/artes: no solo los autores, sino los que venden y promocionan ese arte,
los que dirigen colecciones y museos, los que compran y conservan, la crítica
en todas sus formas, etc. A parte de estos, solo les gustaría conservar de
Gaudí, su vena artística y estética, y, su promoción del turismo, como fuente
de migración cultural para ver sus obras, pero no los aspectos espirituales que
en su arte busca y enseña y muestra. Pero Gaudí, no es solo
arte-estética-modernismo, sino también
religiosidad-espiritualidad-cristianismo. Es un hombre medieval, haciendo una
gran catedral, en/para homenaje a Dios y a los hombres, pero además es del
siglo veinte… No se pueden separar. Y, si se percibe así, es la
perspectiva-orientación-dimensión acertada de acercarse a Gaudí, se sea ateo o
agnóstico o creyente en otra religión no cristiana…
Consecuencias.
Debemos no olvidar, que siete de
sus arquitecturas, reitero y repito, siete, están aprobados por la UNESCO como
Patrimonio Mundial. Díganme ustedes, sin minusvalorar a nadie, ni de ayer, ni
de hoy, ¿qué artista del siglo XIX y XX de Oriente y de Occidente, tiene ese
ranking, qué artista aunque sus obras, estén valoradas y tasadas en compraventa
por uno o varios millones de dólares tiene esa categoría…?
¡Gaudí, nos
muestra-demuestra-enseña, que se puede ser un artista genial, ser una persona
modesta y humilde, hacer obras de un nivel excelente estéticamente, y, buscar
la perfección moral y espiritual sin negar/renegar a/de Dios…! ¡Quizás, tantos
miles, decenas de miles de autores y autoras de las artes, de todas las artes,
podrían/podríamos aprender/aprehender algo de Gaudí…!
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (16-19 octubre 2022 cr).
Fin artículo 3.233º:
“Gaudí, un genio y un amante de
Dios”.
E. 19 octubre