Artículo Periodístico 3.227º: “Una columna más…”.
Como
proyecto de existir, de tantos que pueden iluminar los corazones humanos,
algunos seres se han puesto como obligación redactar un artículo periodístico
cada día.
Pero se levantan alguna mañana,
aunque repasen periódicos, noticias, informaciones, que parece que las puertas
del interior están cerradas con varias decenas de candaos. Y, no se les ocurre
nada. De aquello que podría ser, no pueden forzar tanto la máquina interior, de
aquello otro, no tiene gana o voluntad esa mañana, de lo otro que está en la
cabeza de los medios, habría que horadar y entrar y nadar muy dentro de la
realidad, no tiene edad, ni ganas, ni voluntad, de redactar rastrillos de palabras,
que puedan ofender a los tirios o los troyanos. No está para herir a nadie,
sino para buscar realidades, lo más abstractas y generales posibles, porque ya,
bastantes puertas te han cerrado. Ya estás domesticado, anulado en la casilla,
nunca sin salir al campo de futbol o de baloncesto siempre en el cajón del
olvido.
Escribir como la última
generación que redactará textos. Ya eres consciente de ello. Dentro de unos
cientos de meses la Inteligencia Artificial, hará en gran parte, el trabajo de
redactar textos, para la comunicación humana o periodismo. Quizás, también,
para otros fines, quizás, también para las bellas letras. Dirán, muchos, que
será una combinación del trabajo humano y de esos sistemas. Siempre indicamos
esto, el primitivo automóvil, nunca pasaría de treinta kilómetros a la hora,
según indicaban en su corazón muchos. Pero la técnica y tecnología, si se le
incentivan dineros y personas investigando, llega a superar al hombre/mujer en
ese aspecto. Más hoy, que te cruzas por la calle, con diez personas solas, y,
la mitad van con el artilugio informático en las manos. Ya no existe realidad
exterior, para ellos/ellas, me temo que tampoco realidad interior…
García Márquez, el escribiente y
escritor y polígrafo y periodista y articulista, indicaba que escribía para que
le quieran. Pero, no fue consciente, de los cientos de miles que ponen palabras
en papeles, y, que nunca sale de sus bodegas, ni siquiera tienen el consuelo
que con sus letras los querrán. Uno, observa, y, no sabe la libertad y no
libertad de los otros. Están condicionado mucho por los determinismos e
indeterminismos, de su genética, de su grupo social, quizás, los ambientes
sociales, son selecciones que condicionan determinadas conductas, y las
conductas determinados genes… Al final, millones de palabras salen cada día de
los labios, de miles de millones de seres que respiran, unas se escriben, otras
las graban el aire. Pero el problema es saber, cuales son realizadas con deseo
de verdad y bondad…
Dicen que el que escribe está
solo frente al trozo blanco de la pantalla/papel. No sé si es cierto, están
detrás millones de fantasmas que existieron y que dejaron actos y palabras, en
mármol o en acciones, que condicionan las acciones de los siguientes. Qué
sabemos de aquellos que realizaron el Puente de Alcántara o el Acueducto de
Segovia. Todavía, nos condicionan y nos influyen. Personas, que muchas de
ellas, en su tiempo, eran anónimas ya para su época, que muchos no eran
considerados ni siquiera como seres humanos plenos de derechos en su tiempo.
Quizás, arrastraron algunos decenas de piedras, quizás, las levantaron. Jamás
pensarían que después, dos mil años después, mil años después, quinientos años
después, todavía alguien agradecería esa labor y ese trabajo…
Puedes que seas el peor escritor
del mundo, de los millones que han ido sembrando este planeta, durante estos
miles de años, desde la invención de la escritura, hace cuatro milenios y pico.
Puede que tus palabras no tengan ni originalidad, creatividad, ingenio,
innovación, calidad, y, mil otros factores. Pero también has dejado rastros de
sangre y agua y labios en ellas. Puede que el que no hayas querido nunca
ofender a nadie, ni a nada, individuo o colectivo o ideología, porque no
percibes el mundo, como blancos y obscuros, ni buenos y malos, sino una mezcla
ilimitada e infinita de posibilidades y potencialidades y… siempre siendo
ciudadano de segunda en tu propia sociedad, siendo de tu Estado, hasta dónde
sabes, cinco o quién sabe, diez generaciones antes que tú –tanto y tanto trabajar,
tanto y tanto estudiar, tanto y tanto esforzarse en ser una persona de buena
voluntad, y tanto y tantas puertas siempre cerrándose y cortándote los dedos…-.
Porque aquí, unos son y han sido de primera, otros, de segunda, y, por
desgracia, los que vienen de otros mares, de tercera…
Algunos entre tantos proyectos
vitales y existenciales del mundo, porque existen unas docenas de miles de
oficios y profesiones y vocaciones, una, un trocito es rellenar
columnas/artículos periodísticos de opinión o literarios… Incluso,
perteneciendo al grupo de aquellos que no reciben $ por esa ristra de
palabras/conceptos/ideas/imágenes/visiones erradas o acertadas. Pero cada día,
mostrar en ochocientas palabras un trozo de realidad. Este es el oficio, puede
parecen realidades pequeñas o grandes, pero realidades, cómo alguien entra en
un comercio, como cambia un ministro, como se prepara una tortilla, cómo se
materializa una columna.
En definitiva, es un espejo. No
se está hablando de mares o lunas o gobiernos o panes, sino de usted. Abra los
ojos, no hablamos del autor/a, aunque redacte en primera persona, todo puede
ser falso o imaginario, su tristeza que cuenta o su alegría que narra, solo
está poniéndole delante de usted, unas ideas para que usted se perciba en el
espejo de usted mismo –incluso se dejan errores gráficos y ortográficos y
sintáctico y semánticos, para hablar de usted…-. Estamos hablando de usted.
Abra la mente. De uste, repito, si, de usted…
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (06-12 octubre 2022 cr).
Fin artículo 3.227º:
“Una columna más…”.
E. 122 octubre