Artículo Periodístico 3.228º: “Ruano y los interlocutores”.
¿De
dónde nos vienen las ideas, los conceptos, los datos, los argumentos, las
imágenes…? ¿Todos sentimos que percibimos y pensamos, pero de dónde nos vienen
estas…?
Cuentan, no sé, si es cierto a medias
o en una tercera parte, o solo sucedía de vez en cuando, o era frecuente, que Ruano, considerado uno de los grandes articulistas
de toda la historia de este lagar-país-lengua, comparable a Larra, sin
entrar, porque alguno lo estará pensando en sus obscuridades morales y
psicológicas. Realizaba una especie de rito secular y laical, que tomaba todas
las mañanas un taxi, e, iba a su guarida que era el café, dónde escribía su
artículo. Y, por la tarde hacia lo mismo, dónde redactaba su columna. Y, así durante
muchos años, no demasiados, porque falleció demasiado joven, para la época.
En
su época, quizás, el columnista literario más conocido y con más fama, y,
quizás, el que se le otorgaba mas estipendios en nuestra Celtiberia. Por tanto
imán para muchos, entre otros Umbral, Alcántara, y decenas de personas y
personajes de los mundos culturales, literarios, de la moda y de la información
del Estado del momento. Pues se acercaban, algunos con timidez, otros, con
menos, y esperaban que les invitase a sentarse. Y, que Ruano, algunas veces,
que estaba redactando su artículo o sus dos artículos del momento/día. Le
indicaba o espere usted, o le mostraba parte de la cuartilla que estaba a
medias. Y, le preguntaba su opinión. El interlocutor, no sabiendo muy bien qué
hacer o decir, si era la primera vez, exponía alguna idea. Y, dicen las
malas/buenas lenguas, que algunas ideas de otros, Ruano las incorporaba al
escrito…
Esta es la cuestión eterna del
autor, sea el género que sea, el arte que sea, el saber que sea. Ahora, dicen que la IA, puede al menos en
las artes plásticas, crear obras nuevas, solo indicándole algunas palabras.
Una imagen nueva que no existe, que no es copia de ninguna otra. Sino una
innovación a y en todos los sentidos y formas y maneras. Es decir, la creatividad ha cambiado, ha dado un
salto desde el Everest. Ya, en este terreno, y seguirá perfeccionándose los
sistemas electrónicos, pueden inventar-crear-criar imágenes nuevas, en
cualquier estilo. Si ya se hace en la plástica, pronto, dentro de unas décadas
se hará también en el resto de las Artes…
¿Para qué servirá el escritor, pensador, artista plástico, músico
compositor, y, cien mil otros seres que viven y existen, hasta ahora, con el
sentido profundo de ser autores o autoras y creadores y creadores y
criadores y criadores de significados y sentidos, sea en una técnica o
estrategia o tendencia o estilo o temática…? ¡Si este artículo o mejor que
este, dentro de diez o treinta años, un sistema de Inteligencia Artificial,
pueda hacerlo, mejor que yo, mejor que mil yos o autores, y, además pueda
hacer, no uno por la mañana y otro por la tarde como Ruano, sino uno cada media
hora o uno cada diez minutos, uno detrás de otro, docenas al día, quizás,
cientos al día…! ¡¿Qué será de los
articulistas escritores dentro de diez o cincuenta años, qué oficio tendrá, o
se habrá terminado esta rama del saber humano como humano, seguirá o
proseguirá, un salto evolutivo, desde el homo habilis del articulismo al homo
Cromagnon de la Inteligencia Artificial, en el columnismo…!?
Ahora, los columnistas, sean los
que reciban $ por su trabajo, o, los que no recibimos esas realidades
monetaria, pues tomamos un tema, y lo diversificamos, como pequeños bonsáis o
algunos arbustos, porque la pequeñez del formato, lo máximo una página y algo,
pues no permite para árboles de cien metros, al menos en este sub/género.
Tomamos un tema, y, dentro metemos e insertamos salchichas, quesos, jamones,
garbanzos, alubias, aceitunas... O, mejor, dicho trocitos de cada uno de esos
alimentos o substancias. Los mezclamos y combinamos de mil modos posibles. Y,
se lo ofrecemos a un hipotético lector-a, que puede estar en mil situaciones
existenciales/vivenciales/experienciales posibles. Para que de alguna manera,
le entretengamos, le hagamos olvidar algún pesar, para que pase el tiempo, para
que reflexione sobre algún tema, para ampliar su horizontes, para agradarlo
porque le gusta nuestra estética, para y para…
Un artículo es como un pequeño
jacuzzi de palabras e ideas e imágenes, en el cual, intentamos que lo grave y
serio y triste, lo sea menos, intentamos encontrar explicaciones, que son
salidas en un laberinto de la realidad cotidiana. Un artículo es un artilugio
que intenta dar esperanza. Demasiados columnistas, quieren que su nombre y su
firma y su rostro, se vayan elevando y tenga la posición de las Musas en
templos de papel/digital, que sean recordados en el futuro. Pero un artículo,
cientos de miles, se plantan y siembran cada día en el mundo, una columna
periodística, es algo, más modesto y humilde. Y, como humilde y modesto es profundo y esencial, porque nos dice algo
de nosotros mismos, algo que de otro modo, nadie se atrevería a decirle a
usted, sea de un estrato social o sea de otro. Un artículo es un invento
que los humanos hemos descubierto, para que alguien nos hable de realidades que
de otro modo, nadie se atrevería a describirnos. Un articulista es un
columnizador o articulizador de trozos del espacio/tiempo de la
realidad/ser/estar… ¡Ruano, lo mostró y demostró, también Larra, Umbral, Vicent,
Alcántara, Alarcón, Azorín, Clarín, Cunqueiro, Plá, Pemán, Unamuno, Ortega, Machado,
y, otros cien…, mil…!
Una columna periodística, aunque
no sea usted consciente, es algo, que sirve para que usted, se mire al espejo
de las palabras, y, note un granito o arruga o manchita en su bello rostro…
¡Paz y bien…!
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© jmm caminero (08-12 octubre 2022 cr).
Fin artículo 3.228º:
“Ruano y los interlocutores”.
E. 12 octubre