Artículo Periodístico 3.250º: “¿Qué podemos/debemos exigir a la sociedad…?”.
La
gran cuestión, que está como espada de Damocles, sobre nosotros, es doble, qué
podemos como individuos exigir y esperar de la sociedad y del Estado. Y, qué
debe dar el individuo a la sociedad y al Estado.
Esta
es la grave cuestión, que siempre ha estado en la historia humana, pero que
puede que en estos dos últimos siglos, se haya radicalizado en la teoría y en
la práctica, ¡cuánto los demás tienen que darte a ti como individuo o a mí, y,
cuánto yo, como ser individual tengo que dar a los demás, sea sociedad, sea en
la forma de Estado…?
Podríamos,
aquí situar, todo tipos de conceptos e ideas, teorías e hipótesis, datos y
enunciados, argumentos y razones, desde los liberalismos a los socialismos,
pasando por toda la escala de horizontes. Pero la cuestión, cuánto y cuándo un
individuo de su ser debe ofrecerlo o darlo, directa o indirectamente, a los
otros, sociedad y Estado. Y, cuándo y cómo y cuánto la sociedad y el Estado y
los otros, tienen que ofrecer y otorgar a cada individuo o persona individual.
No
sé si existe una respuesta a esto, no sé, si alguien la ha encontrado. Yo, como
todos, pienso que solo tengo aproximaciones, e, incluso en estos temas, a
veces, has abdicado de intentar concebir una hipótesis racional y coherente,
porque es tan enormemente compleja. Porque si un individuo equis, no quiso
aprovechar los estudios oficiales que le ofrecieron gratuitamente, si por mil
razones, tampoco desea trabajar en una labor legal y moral, si, por otro lado,
no quiere seguir una serie de costumbres sociales que son correctas y han sido
probadas durante milenios, y, si en algunos aspectos de la legalidad y del
sistema jurídicos, piensa que debe saltárselos, si por otro lado una ética o
moral de siglos, en algunas variedades, piensa que esas normas no están hechas
para él.
Y,
podríamos añadir otras cuestiones. Sin entrar en el libre arbitrio,
responsabilidad, culpabilidad del individuo, quizás, haya tenido desde la etapa
del engendramiento unas condiciones enormemente negativas, sin juzgar a ningún
individuo, su situación en el seno materno, en la hora de la concepción, en su
familia, en su ambiente, en su barrio, en su subculturas, y, mil otras razones,
se sea mujer o se sea hombre. Y, mil otros motivos y causas y razones y
percepciones. Sin juzgar reitero y repito… ¿Pero qué tiene que hacer la
sociedad y el Estado por ese individuo o por cada individuo o por cada persona…
cada uno en una situación, porque todos somos frágiles, unos, en unos temas,
otros, en otros diversos…?
Javier
Marías, que ha
sido victima del virus, por desgracia, hace unas semanas, ha fallecido, por la
epidemia actual, el candidato posible y potencial para el Nobel, hemos perdido
posiblemente un Nobel serio y profundo. Javier Marías, en El País Semanal, del 20
de diciembre del 2009, redactó una columna que tituló: Libres según. Y, en la
que desde distinta óptica y ejemplos y lenguajes trata este tema, qué relación
existe y debe existir entre individuo y colectividad y sociedad y Estado.
Debo
confesar que no tengo suficiente inteligencia, ni suficientes conocimientos
verídicos y verdaderos, ni suficiente buena voluntad y perfección moral, para
sintetizar una serie de principios que pongan armonía en todas las teorías
sobre este tema. Pero sé, que esta cuestión es uno de los goznes esenciales de
toda cultura, y, desde luego de la cultura occidental y europea desde hace dos
siglos, cuándo emergieron todas las teorías de la transformación social.
Recordamos aquello de Kennedy, “no pienses lo que América debe hacer
por ti, sino lo que tú debes hacer por América…”.
Hemos
llegado a un concepto y práctica del Estado de Bienestar, como jamás en la
historia de la humanidad, y, que si Marx levantase la cabeza, jamás podría haber
soñado que se pudiese llegar a este estado de libertades individuales y
sociales, de derechos individuales y colectivos, teóricos y prácticos. Quizás,
la gran utopía de ese regimiento revolucionario que ha jalonado la historia de
estos dos últimos siglos, alucinarían del grado de perfección social al que se
ha llegado –sin negar heridas profundas y errores esenciales que sufrimos-,
pasando por distintas revoluciones políticas en estos últimos tres siglos…
Revoluciones políticas y económicas y culturales y morales y tecnológicas y
metafísicas, y, también científicas. Todos formando una enorme sinfonía de
cambios…
Siempre
es/está la misma cuestión, cuánto el individuo debe dar al todo, cuánto el todo
al individuo, cuánto la sociedad-Estado al individuo. Tanto en derechos y tanto
en deberes. Porque olvidamos, que a cada derecho hay deberes, a cada deber
derechos. Pero derechos y deberes tienen que ser de todos. Yo, yo tengo que
procurar trabajar, tú debes procurar trabajar, para que así, todo produzcamos
algo, algo legal y moral, y, así todos perfeccionemos la tierra, así, todos
podamos tener derechos y deberes. Empezando por el derecho a aprender en la
escuela, el deber de aprender en la escuela.
Porque
si pedimos más al sistema-sociedad-Estado que este pueda ofrecer, en cada
momento, lo único que conseguiremos es la destrucción del sistema, y, la
perdida teórica y práctica de derechos. Y, esta es la gran partida que jugamos,
que no somos conscientes, si el balón social y el balón del Estado se rompen,
perderemos, lo que se ha conseguido después de siglos, de siglos de dolores,
sufrimientos, trabajo, esfuerzos, penas, angustias y alegrías…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero
(24-26 octubre 2022 cr).
Fin artículo 3.250º:
“¿Qué podemos/debemos exigir a la sociedad…?”.
E. 26 octubre