Artículo Periodístico 3.239º: “¿Estamos abiertos al Misterio?”.
Releyendo
un artículo de David
Gistau que pone la excusa-tema-motivo-digresión el famoso milagro de
la transformación del lobo de Gubbio por
Francisco de Asís…
A veces, uno se levanta por las
mañanas pensando que los humanos o no
creen en casi nada, que al final si creen, o creen en demasiadas cosas.
Hemos olvidado en Europa, estamos en proceso de olvido, cada vez más
amplificado, o hemos disminuido la creencia en Europa, en el cristianismo que
ha sido el sistema de ideas-conceptos-prácticas más extendido durante siglos en
este trozo de Eurasia, y, hemos empezado a creer en cientos de patrañas o
ridiculeces… la famosa frase, hemos
echado a Dios por la puerta de nuestra casa, y, hemos abierto a mil
supersticiones, ídolos, negatividades que nos entran por las ventanas…
Es un pequeño enigma humano,
porqué en los suplementos culturales de
libros, de la mayoría de periódicos, en estas décadas, nunca o casi nunca se
cita, un libro, de importancia, de teología. Y, existen teólogos, teólogos
que son una mezcla, en el fondo de su ser, seres que intentan aunar cuestiones
de su teología bíblica, en el caso del cristianismo, con la filosofía de
siglos, con muchos aspectos de las ciencias sociales, y, con cuestiones del
mundo moderno. Quizás, sean pequeños o medianos o grandes sintetizadores de la
observación y percepción y análisis de la realidad del hoy. Pero, si observan
los grandes libros de los teólogos, sean evangélicos o católicos u ortodoxos,
raramente se citan, en la ristra de comentarios sobre nuevos libros y obras de
todos los saberes que se mencionan en los suplementos culturales de los medios
de comunicaciones, de las revistas culturales, de y de…
Con lo cual, incluso las personas
que tienen un interés en el mundo cultural, sea desde un saber o desde una
especialidad o un arte o sea de/en otro, diríamos que nunca sus aguas rozan, de
pasada con esas temáticas. Pueden que en
un año si está suscritito a una cabecera, haya recibido los comentarios/crónica
de cien novelas, de cien exposiciones de arte, de cien obras de cine, de cien
obras de teatro… pero, será una excepción si alguien le haya recomendado un
libro que intenta explicar el Misterio, ese misterio entre el misterio del ser
humano y el Misterio del Buen Dios.
Una obra o libro que comente algo de la biografía, bien escrita,
no solo imaginaciones, bien escrita-documentada-analizada, de alguien que haya
sido considerada por la Autoridad Católica, como santo o beata. Nadie que
analice los milagros aprobados oficialmente, por tal motivo o tal otro. Ni
siquiera los de estos dos siglos últimos. Por ejemplo, el famoso de la multiplicación del arroz de Olivenza,
los de la Beata Madre Esperanza, los del Padre Pío, los de Juan Bosco
y un largo etcétera –parece que hay interés que el Misterio existente del
cristianismo no le llegue a los hombres, empezando por los más cultos, y se
vaya extendiendo por las capas menos lectoras de la sociedad-.
Por tanto, el famoso o conocido
medieval, del encuentro del lobo feroz de Gubio, en el cual, habló con
Francisco de Asís, y convirtió en un perro domesticado sin dejar de ser lobo.
Solo nos entra en la imaginación de los cuentos, de las películas de los niños,
como esas posibilidades infantiles en las que los animales hablan, cuentos y
leyendas desde la más antigua tradición grecolatina. No voy a entrar, en este
signo de Francisco
de Asís, esta leyenda, que para su tiempo el concepto de leyenda
tenía otra acepción, no tan imaginaria como hoy, sino historia que había
sucedido. No voy a romper una lanza en entrar si esta pudo ser cierta. Porque
existen otros signos de Francisco de Asís. Ni en ninguno medieval, ni en
ninguno de hace cinco siglos, ni de hace cuatro o tres. Pero si, pienso, que si de verdad, queremos
comprender-entender mejor lo humano, tendríamos que enfrentarnos-confrontarnos
con este hecho o tipo de actos, que se narran, por y en la Autoridad del
Catolicismo del siglo veinte.
David Gistau, publicó un artículo titulado Hermana
Col, en XL Semanal, que como todo maestro del columnismo nos habla de
muchas cosas, pero solo de una. Siempre de una, siempre del ser humano. El
tiempo me ha ido enseñando y aprendiendo y aprehendiendo, cosa que créanme no
ha sido fácil, he tardado lustros, desde mi juventud, en asimilar que el artículo es un género hibrido, el
columnismo periodístico es literatura y es filosofía y ciencias sociales y es
noticias de actualidad y son novedades de temas que ocupan/preocupan en todos
los siglos. Y, con una excusa-motivo-sugerencia, de gran calado, alguien
monta, y nos describe en palabras, algo de lo real.
Quizás, el periodismo tiene dos
vertientes/temáticas, por ejemplo, una es la gran reunión de ministros el
viernes, e, informar de cientos de medidas que van a dirigir en los próximos
días, pero también, está aquella persona que se fija, que aquella ministra
tiene cinco uñas pintadas y otras cinco no pintadas. Puede que sea un detalle
baladí y nimio y sin importancia. Pero desde ese soplo de aire y de paja de la
realidad que flota en el tiempo. Se monta grandes cuestiones sobre la
condición, trascendencia, misterio humano y Misterio del Buen Dios.
Gistau,
lamentablemente, gran columnista, nos ha dejado, no podemos leer sus nuevos
comentarios.
Estuviésemos de acuerdo/desacuerdo con sus palabras, con todas sus palabras o
con sus silencios. Pero debemos aceptar, que ha sido una pérdida enorme en el
mundo de la cultura y de la literatura y del periodismo, ya van pasando los
meses, ya se van contando los años. Aquí mi homenaje reiterativo a esta
persona/escritor. Aquí mi homenaje al articulismo literario de opinión, como
una forma fácil y sencilla e inmanente, de acercarse a enormes preguntas,
empezando, con la observación, de un tapón que se cae de las manos de un
turista en la plaza de Zocodover de Toledo, por ejemplo. Paz y bien, frase que inventó un tal Francisco de Asís, que no sé si
hoy hemos hablado algo de él…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (18-19 octubre 2022 cr).
Fin artículo 3.239º:
“¿Estamos abiertos al Misterio?”.
E. 19 octubre