Artículo Periodístico 3.756º: “¿Debe existir una moral social y pública sexual?”.
A raíz de varios episodios,
ocurridos en el terruño patrio, porque varias mujeres han mostrado sus pechos,
ya creciditos, se ha planteado una controversia pública sobre el tema.
Tocar estos temas, es siempre
equivocarte/se. Encontrar el punto justo y comedido y racional y prudente y
moral y eficiente, es casi imposible. Si todos los artículos periodísticos son
piezas instrumentales, que dentro de la teoría del articulismo están
hechos-fabricados, antes de hacerse, antes de publicarse, al ostracismo y al
silencio, al día siguiente de la publicación ya están pasados de moda, ya están
equivocados, por exceso o defecto, por contenido o por forma, por estética o
por lenguaje. Los temas semejantes a éste son aún más…
Existen enormes posturas
confrontadas-enfrentadas-polemizadas ante estos temas pasionales, emocionales,
voluntariosas, irracionales, arracionales con finalidades y teleologías
diversas –utilicemos un palabro hoy, miren en el diccionario si no lo
entienden-, distintos intereses y causas y distintos fines y controles sobre la
antropología y psicología del futuro posible.
Todos los sistemas de
ideas-prácticas, porque las ideas-conceptos tienen consecuencias prácticas, las
prácticas o ideas en acción tienen causas y razones y motivos, y, a su vez, las
ideas-prácticas traerán otras ideas y prácticas en el futuro. Diríamos que el
campo social es una enorme batalla, de ideas y de actos y de actividades y de
usos y de costumbres. En ese marchamo los humanos nos movemos y conmovemos…
¿Pero la pregunta y la cuestión
es si debe y deben existir “normas de conducta y de actividades y de actos, no
solo en el espacio privado, sino en el público, lo que podríamos denominar una
ética y moral, no solo política o económica o de cualquier campo de la
realidad, sino también sexual/sensual o no?
Este es el problema que existe de
fondo en esta cuestión. Usted, sea joven o menos joven o mediano o más bien
no-joven, cree que usted, y, los demás deben tener un ámbito de corrección y de
adecuación de los signos de la sexualidad o del cuerpo… o no. Esta es la
cuestión…
En mí, que se han sembrado ya
canas en el vergel de mi testuz, soy consciente, de que aquellos de hace varias
décadas, que querían abrir más el campo de la libertad y la libertad sexual,
hoy, ya les parece que los cambios han resultado demasiado extensos y amplios y
extremos.
Pero claro está, cada generación,
como las olas del mar, van arribando a la pared de los corazones, cada
generación quiere una conquista más. Y, la pregunta vuelve a ser la misma, ¿no
tiene límites, los usos y actos y actividades y costumbres y palabras y modos y
modales y formas de vestir en los terrenos del cuerpo, de la sensualidad, de la
sexualidad, no tiene límites…?
Decir, que “enseñar los pechos en
un acontecimiento público musical es correcto o incorrecto”. Diríamos que esa
es la discusión, es la nata del pastel, porque lo que hay que plantear además,
es el fondo de la realidad. La sensualidad y la sexualidad siendo dimensiones
esenciales al ser humano –ya que somos carne-cuerpo, psique-mente-cerebro,
alma-espíritu substancial y esencial-, tenemos que incardinar todas las piezas
de lo que somos en una entidad bien organizada, por el bien nuestro…
Hay, quién piensa, que por
necesidades de la historia, de la sociedad, por la enorme hambre de empleo y de
trabajo, hemos convertido, al menos, en verano, una gran parte de nuestra sociedad
y geografía y territorio en un vergel de hipersensualidad e hipersexualidad e
hiperirracionalismo… ¿con palabras antiguas, se parece, mucho que en nombre de
libertades sin límites, hemos (nos) convertido/reconvertido en unas especies de
neosodomas y neogomorras? Ya sé que
a muchos, no les gustará estas palabras o estas imágenes o estos conceptos o
estas ideas… pero un articulista tiene que mostrar realidades, tiene que
mostrar preguntas, y, tiene que mostrar ideas –incluso aunque no le agraden al
propio columnista-…
Todas estas preguntas me han
surgido, no solo por lustros de reflexión sobre estos temas, de los que apenas
escribo, porque como he indicado los límites son difíciles. Tampoco deseo tener
controversias con nadie, pero realidades-entes-cuestiones, que hay que analizar
y comentar y pautar. Todas estas cuestiones, han surgido no solo por los hechos
que arrastramos y que no sabemos dónde nos llevarán, sea aplicados y aplicables
por minorías o medianías…
Sino también al encontrarme con
el artículo de la columnista y filóloga y escritora Carmen Domingo, publicado el 17 agosto del 2023 en El
País, titulado Enseñar las tetas no es feminismo.
Siempre se habla que hay que poner límites a los terrenos de la tecnociencia,
de algunos campos de la investigación, algunas aplicaciones de las ciencias o,
al menos de reflexiones sobre esos temas, límites a la proliferación nuclear,
ahora, de la Inteligencia Artificial, de las tecnologías biológicas en algunos
campos, etc.
¿Pero alguien se pregunta si hay
que poner límites, a los conceptos e ideas y prácticas sensuales y sexuales de
la población, aunque sean minoritarias…? ¡Ahora, ya pueden crucificarme con
palabras…!
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (24-30 agosto 2023 cr).
Fin
artículo 3.756º: “¿Debe existir una moral social y pública sexual?”.
E. 30 agosto