Artículo Periodístico 3.810º: “El arte y artes y las botas y Zamacois”.
Puede
que alguno o algunos se ofendan porque pongo nombres, pero los nombres es
homenaje, si no usted recordarían a Nicolás
Zamacois, recordarían a Miguel Salmerón.
Las botas es un símbolo o
realidad que utiliza Zamacois,
quizás las botas de Van Gogh, quizás
una metáfora. Quizás, la eternidad del problema de toda mercancía, sea
artística o no lo sea. Siempre se produce más que lo que se consume. ¿Qué hacer
con los tomates que sobran, qué hacer con las pinturas que sobran, qué hacer
con los poemas que sobran…?
Los autores y autoras están en
eterna lucha con ellos mismos y con los demás. Todos quieren que sus palabras o
sonidos o colores perduren. Dicen que es vanidad o soberbia o petulancia o
grandilocuencia. Quizás, sea todo eso, además
de una enfermedad que todavía no le hayan puesto nombre. Una enfermedad
pequeña pero grande. Quizás, sea una manera de que a esa persona la quieran, la
quieran un poco, se quiera a sí mismo un poco. ¡No lo sé, usted tampoco, y, no
lo sabremos porque apenas hay estudios, de todos aquellos seres que han
dedicado uno o diez o treinta o cincuenta años a actividades culturales de
búsqueda e investigación o creación, y, han sido olvidados, ellos y ellas, y,
al final, también sus obras…!
Alguien puede estar mirando,
cuarenta mil páginas escritas, formadas por cien libros, o por solo uno.
Alguien puede estar pensando, que habrá sucedido de los miles de dibujos y
pinturas que están o deberían estar por el mundo. Alguien puede estar
observando, cientos de hojas de partituras de composiciones que ha ido
realizando durante lustros… Alguien… Sí, alguien. Sí muchos alguien, con nombre
y dos apellidos, existiendo en un lugar o en otro. Alguien que sabe que no solo
su carne se convertirá en ceniza, sino que toda esa producción se perderá. Y,
que los Gobiernos van cambiando, los nombres de las elites de los Ministerios
Culturales, pero una cosa tan sencilla en la solución de esta cuestión, nadie quiere
poner solución. Que haya una posibilidad que perduren los manuscritos y
originales, aunque sea en forma de imágenes o electrónicas.
Te enfrentas a un texto, véase
artículo o composición musical o libro o pintura o, quién sabe qué y quién sabe
quién… por ejemplo de Nicolás Zamacois, titulado: Las botas de campo,
publicado en La Esfera, el 16 de mayo de 1914. Lean y vean y perciban que ha
pasado un siglo, y todo ha avanzado, se ha producido un enorme salto en
derechos sociales y en bienestar social y en el Estado del Bienestar, y, en mil
otras realidades conceptuales y prácticas. Pero la situación de los que se
dedican a las artes, están casi como siglos ha ido transcurriendo, se pierden
cada generación, década, año: miles, decenas de miles de hojas escritas y de
lienzos pintados o cartulinas dibujadas o…
Este es el drama. Entienden todos
los que se dedican a estas actividades, que son muchos más los que se ponen en
la fila, que los que serán escogidos. Pero, la producción cultural, se deberían
buscar maneras o formas, para que quedasen. Si no se pueden guardar cientos de
miles de pinturas, pongamos el caso, se podrían conservar en forma de bits de
información electrónica. Es tan difícil y tanto pedir y sugerir y animar para
que tantas entidades culturales existentes, creen directorios de autores y
autoras por ramas del saber. Es tanto, una etiqueta o pestaña o Web, o decenas
con nombres que quieran estar. Aunque solo sea eso, la forma, no por vanidad o
soberbia, sino que quizás, alguien de ahí tire y se busque la producción
original. ¡Acaso no sería una noticia mundial, si en una doble pared de una
casa de Castilla o caserón de la Mancha, se encontrase cien obras de veinte
autores de quinta fila del Siglo de Oro…!
Pues si se encontrase esa
realidad libresca, sería una noticia internacional cultural. Porqué se rechaza
tanto y a tantas personas de quinta categoría en todos los terrenos de la
cultura, diciendo que son paja, que son mediocres, que no tienen importancia y
mil otros adjetivos, que solo los conocen los que los han sufrido. Sobretodo
ese vacío de silencio que entra en los huesos. Esos silencios de nunca nadie
contestar una carta o un correo. Ese silencio eterno que sufren todas las
personas o casi todas, que están en este mundo…
Se valoran a una veintena por
cada generación, después otra treintena considerándolos de segunda categoría y
ese saber, y, después, cientos, si no miles, según la actividad cultural o el
arte, van quedando olvidados, ya desde el principio, y, sus obras, se van
muriendo y destruyendo. Esta es la realidad cultural. Esta es la realidad.
Cierto es que mejor que alguien dedique algunas horas al día, todos los días,
después de cumplir con todos sus deberes a rellenar poemas con palabras o
palabras con poemas, que no a los mojitos y semejantes…
Hoy homenajeamos, a Miguel Salmerón y a Nicolás Zamacois, que
no sé si fue un sujeto real, el primero, que tenía sangre real, o solo es un
símbolo o una metáfora del segundo. Pero que el mismo hecho de no saber, si fue
real o fue imaginario o símbolo. Refleja la situación de la cultura… Es una
prueba de lo que estamos hablando. Y, solo ha pasado un siglo…
Mientras tanto, alguien puede
estar mirando, las cuarenta mil páginas que ha escrito y que nadie valora, o,
alguien pensar, que ha pasado con los diez mil dibujos y pinturas que ha
realizado y, que no sabe si todavía existirán, y, alguien pensar que va a
suceder con sus mil composiciones musicales, o, alguien…
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (16-25 septiembre 2023 cr).
Fin artículo 3.810º:
“El arte y artes y las botas y Zamacois”.
E. 25 sept. 2023
a La Voz de la A6.es. Miciudadreal.es.