Artículo Periodístico 3.762º: “La inferioridad como causa del mal”.
Durante
siglos desde todos los saberes nos hemos planteado cual es la razón o razones o
causas del mal y de la maldad.
Desde
las religiones, filosofías, literaturas, artes, y, todos los saberes, desde
hace milenios, posiblemente desde el origen de la humanidad, quizás,
posiblemente desde el primer homo, quizás eso es lo que nos diferencia de otras
especies animales, los humanos se han planteado sobre el problema del bien y
del mal. Cada generación, de mil modos, se hace esta pregunta. A lo largo de
los siglos se han ido acumulando teorías e hipótesis, que surgen desde la
hibridación e interrelación entre los campos de las literaturas, la metafísica,
las religiones, las teologías, las filosofías, las ciencias sociales, etc.
Y,
sobretodo y especialmente, desde la práctica, ¿por qué este mal, esta maldad,
cual es su origen, porqué y por qué este mal tan profundo… que se puede
originar a y en todos los ámbitos, a y en todos los corazones, a y en todas las
ideologías, culturas, religiones, filosofías, sociedades, grupos, colectivos,
etc.?
Los
desastres que ocurrieron en el siglo veinte. Donde ya existe suficiente
documentación, datos, observaciones, llevaron a la humanidad, a hacerse
preguntas, sobre estos temas tan radicales y tan graves. Que se resucitaron
todas las teorías que durante siglos se habían descubierto o inventado o
diseñado o creado o imaginado para la explicación del mal y de la maldad.
Pero
todas, siendo verdad o verdaderas en algunos aspectos, parece que no han
satisfecho a los humanos… Podría citar a Leibniz,
Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Arendt, y, cientos de filósofos en el
mundo occidental, por no citar a los creadores de religiones-filosofías
orientales, Confucio, Mencio, Buda,
Mahavira, los libros Vedas y todos los libros sagrados, etc. Y, todos
están intentando resolver esta cuestión…
¿Qué
hace que unas persona realice un enorme mal hacia otras personas, sea sobre un
niño, una mujer, un colectivo, un grupo ideológico… y, esto desarrollado desde
ámbitos personales e individuales, colectivos o de grupos, sociedades, Estados,
culturas, ideologías, etc.?
En
este tema, este ha sido uno de las cuestiones que he estado reflexionando, si
digo cinco décadas, es literal y no exagero, y, quizás me quede corto.
Evidentemente, con distintos instrumentos y formas de entender y de percibir y
explicaciones, etc.
Y
he llegado a la conclusión, que todos o casi todos los tipos de males y de
maldad, tienen un punto en común: “todos un individuo, personal o colectivo, se
siente superior a otro, que es inferior, o que está en condiciones de
inferioridad o vulnerabilidad”.
Este es el punto, donde convergen,
casi todos los tipos de mal o de maldad. Que un individuo A –que puede ser
persona individual, grupo, colectivo, sociedad, parte de la sociedad, Estado-,
siente que puede hacer un acto o tipos de actos, sobre otro individuo B
–individuo o colectivo-, que lo puede hacer, y, que no va a recibir ningún
castigo o ninguna sanción, o, puede no recibirla, o puede no ser castigado, o,
incluso el grupo o la sociedad o el Estado lo ampara…
Y, es en esa realidad dónde se
produce el mal y la maldad. En esa indefensión grave del individuo B frente al
A. y, esto es aplicable a una mujer que va por la calle a las tres de la mañana
y puede ser asaltada, un niño o adolescente que en la escuela sufre mobbing,
las violencias sin nombre que se producen en las guerras, los engaños y
mentiras en la vida real, producidos de muchos modos, la violencia en los senos
familiares de una manera o de otra, lo que sucedió en cientos y miles de campos
de concentración que se extendieron por casi toda Eurasia, en el siglo veinte,
bajo distintas banderas, y, distintos grados de mal y de maldad…
Pienso que ese carácter o
categoría o impronta de “vulnerabilidad e inferioridad” de un individuo B
–persona o colectivo- frente a otro es la razón esencial o al menos, es el
elemento esencial que está en casi todos los tipos de mal y de maldad. No digo
que sea el único. Pero cuándo sucede esto, y, puede darse en un número
ilimitado de temas y cuestiones, y, por diversidad de entes de todo tipo y de
situaciones. En ese momento estalla, la “posibilidad del mal y de la maldad”,
que puede tener mucha diversidad de especificaciones y materializaciones y
cristalizaciones…
Sintetizando, a todas las teorías
sobre el bien y el mal, que se han ido desarrollando en el tiempo, en todas las
culturas, pienso que los especialistas, deberían sumar ésta hipótesis que
estamos planteando. Porque pienso que aunque parece una obviedad y evidencia y
una simplicidad. Pienso que es esencial. He tardado décadas en darme cuenta y
ser consciente, de este elemento común o mínimo común…
A esto, evidentemente, para
completar, “habría que añadir todo ese complejo de pasiones, deseos, pulsiones,
libidos que los humanos tienen y tenemos, pulsiones no controladas, no
racionalizadas, no moderadas, no suficientemente morales”, que son diríamos el
enorme complejo o magma interior, que individuos y colectivos pueden tener –que
se materializan en iras, cóleras, lujurias, vanidades, soberbias, gulas,
perezas, etc.-, además de saltarse las normas morales mínimas universales –no
matarás, no robarás, no mentiras, no adulterarás…-.
Y, un tercer gran elemento, en el
cristianismo esencial, como explicación del mal, que además de esos dos
conjuntos de realidades anteriores. En el cristianismo el Tentador y el Malo
está detrás de todo mal, incentivando al hombre hacia el mal -pero esto sería
una explicación teológica, que supongo una parte de los lectores, ni siquiera
contemplarán como posibilidad-. Paz y bien…
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (05 julio-30 agosto 2023 cr).
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“La inferioridad como causa del mal”.
E.
30 agosto
E. 06 septiembre