Artículo Periodístico 3.797º: “Sobre lo barroco y C. Bonald”.
Los estilos son formas de la
conciencia y del alma, o, y, son maneras posibles de expresión del lenguaje,
sea literario o artístico.
Los estilos o tendencias o ismos
van pasando por los corazones de los siglos. Y, ya inventados, nunca terminan
de terminar, nunca terminan de morir, nunca terminan de fenecer. Diríamos que
puede indicarse, que el barroco o el gótico o el románico o el renacimiento son
del pasado. Pero la realidad es que siempre están emergiendo de nuevas formas y
de nuevas maneras.
Se podría indicar que es como un
producto o un ingrediente cuándo se descubre, y se empieza a construir en los
platos, se va transformando. A veces, opino y pienso y me pregunto, que los
estilos del pasado, esos estados de la mente o conciencia o del alma, se van
injertando en los nuevos. Podríamos indicar que el surrealismo como tendencia
tiene elementos barrocos, incluso el cubismo o los expresionismos/neoexpresionismos…
Algunos piensan y opinan, lo
expresan a media voz, que las vanguardias de estos dos últimos siglos, han
tenido muchas razones y causas, no todas, totalmente racionales y morales. Una
de ellas, es y ha sido el protagonismo de los autores, sean del arte que sean,
por destacar y diferenciarse de los demás, de antes y del momento, para
perdurar en y para el futuro.
Los mercados y la sociedad, al
aumentar el número de habitantes, se han creado una necesidad de inventar
nuevos estilos, para que las nuevas clases medias y altas, pudiesen adquirir
obras, sean literarias o plásticas o musicales, en la medida de cada género o
expresión, para sus palacios, sus gustos, sus casonas, sus museos. Y, así,
continuar con un negocio y un modo de ser y de estar en el mundo, que son las
formas estéticas.
Existen incluso, también,
razones, que apenas se indican, que los movimientos de vanguardia de occidente,
era una demostración de la libertad occidental frente a otros mundos
ideológicos, en los cuales se continuaba en un realismo que después fueron
imponiendo adjetivos –que usted apreciable lector-a conocerá-.
Podríamos indicar más razones de
los estilos y las tendencias. Pero con estas anteriores es suficiente para
saborear, las posibilidades de interpretación de esta temática. Por otro, lado,
algunos autores, indican que España es y ha sido siempre barroca. Que con el
barroquismo llegó a su culmen de expresión, literario y artístico plástico, las
grandes figuras de las letras y los grandes monumentos arquitectónicos, incluso
la creación de un imperio. Y, que siempre estamos mirando hacia atrás. Que todo
lo que inventamos o creamos, siempre está trufado y mediado por notas del
barroco y del barroquismo.
Caballero
Bonald,
nos describe y reescribe y escribe en un texto titulado: Persistencia del barroco,
insertas en Literatura de Dos Mundos, publicado en Murcia, 1992, algunas
ideas y reflexiones, sobre nosotros mismos, porque al final, que somos nosotros
mismos, sino las formas de entendernos y comprendernos, y, cómo llegamos a este
fin, de muchos modos, pero uno de ellos, creando o habitando estilos estéticos,
la estética nos habla y dentro de la estética hablamos.
Hoy, que tantas personas de
América, ¡que tantos, con rostros caucásicos claramente!, es moda, rechazar a
Hispania, pero que llevan apellidos de Europa y que llevan rostros de Europa,
que tienen alma mezcla de Europa y de América. Hoy, y ahora, que se ha abierto
esa veda ideológica, hay que reconocer que ese movimiento del barroco, se
extendió por medio mundo, llevado por
Reinos de la Península Ibérica, al final, la palabra barroco, parece ser, que
procede de una palabra portuguesa, que definía algunas perlas con ciertas
deformaciones… -América, debemos recordar, siempre fue parte del Reino de
España, como pudo ser Andalucía o Extremadura, con las mismas leyes y normas,
con los mismos derechos y deberes…, hoy, quizás haya que reivindicarlo y
recordarlo-.
No vamos aquí, en un texto,
modesto texto de un artículo periodístico, fijar multitud de definiciones de lo
barroco, y, multitud de concreciones. Quizás, podríamos fijarnos que el
barroco, es la expresión del interior. Y, el interior, no suele tener paisajes,
casi siempre, renacentistas, fijos y con líneas claras, sino que el interior,
individual y colectivo, es un torbellino de ideas, conceptos, deseos, imágenes,
pasiones, emociones, sentimientos, y, todo lo demás. Y, eso es lo que refleja
el barroco, en todas sus formas, sean musicales, literarias, plásticas,
arquitectónicas. Es diríamos, por un lado el intento de reconocer el volcán que
llevamos dentro y que somos dentro, y, por otro lado, sabiendo que arrastramos
esa realidad, intentar, ponerle un poco freno y equilibrio y acuerdo y mesura y
medida…
Somos barrocos, todos, cada ser
humano, porque llevamos dentro un mundo irracional y arracional y antinacional.
Son los dos caballos de Platón, por
poner una imagen larga en el tiempo. Y, somos también racionalidad, es decir,
intento de medir y poner medida, de razón, inteligencia, creatividad, imaginación,
libertad. Somos una realidad en dos mundos, lo irracional y lo racional, muchos
piensan que tenemos alma-espíritu inmortal.
Y, esa son las luces con las que
tenemos que entender y comprender el mundo. Si negamos la irracionalidad
cortamos mucho de lo que somos, si negamos la racionalidad, nos convertimos en
marionetas de nuestras pasiones. Si no admitimos el alma-espíritu, estamos
perdidos en un laberinto, sin una clara salida… ¡Esta es la gran temática de
cada ser humano, saber lo que se es, y, con ello hacer una buena paella…! ¡Paz
y bien….!
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (11-19 septiembre 2023 cr).
Fin artículo 3.797º:
“Sobre lo barroco y C. Bonald”.
E. 19 sept.