Artículo Periodístico 3.809º: “Peligros y riesgos urbanos para niños”.
Somos
conscientes que la urbe y la ciudad tienen que disponer de medidas para que
personas con vulnerabilidad puedan caminar de forma correcta y adecuada, sin
peligros.
La
ciudad o el pueblo o la aldea o el barrio debe disponer en sus tramos públicos,
de todas las medidas de accesibilidad
para que toda la población pueda caminar sin peligro real, y, que puedan llevar
una vida normal, lo más fácil y asequible posible. Supongo que este principio,
planteado de mil formas, es aceptado y aceptable universalmente. Nadie niega la
necesidad de que los bordillos desaparezcan en algunas zonas para que los
carrillos de niños o de personas con movilidad restringida puedan realizar un
uso correcto.
Pero
existe un capítulo, que quizás, no nos hayamos fijado mucho o demasiado. La
calle tiene muchos peligros para niños y niñas especialmente pequeños. Que
siempre están al lado de padres y madres, pero puede ser que en un descuido,
entre otros motivos, no puedes llevarlo de la mano siempre. Sino que van
corriendo o corriendillo, que sería el concepto más exacto.
Y,
puede suceder, que en esa fase entre dos o tres años hasta cinco, los padres no
sean conscientes de todos los peligros y riesgos posibles, y, los niños y
niñas, por su edad tampoco lo sean. Es esa edad muy compleja en todo esto, y,
se pueden producir, por descuidos o por no ser conscientes, ni niños, ni
adultos, que quizás, algunas realidades tampoco las pueden captar del mismo
modo, porque un niño puede tener una altura de cincuenta centímetros o menos,
un adulto de ciento sesenta centímetros o más. Por lo cual, la perspectiva
puede ser diversa y diferente.
Entre
otros peligros estarían los atropellos, las caídas, correr sin ninguna
dirección, la pérdida, los balones, etc. Con lo cual, no sé si hemos incidido
lo suficiente, en fijarnos en estas realidades y en otras. Es hacer una ciudad
más segura también para los niños y niñas, en todas sus etapas, no es lo mismo
entre dos/tres hasta cinco años, que desde cinco a diez años…
Ocurre
una realidad, que puede ser muy estética para adultos con adornos y polivalente
en significados y significantes para el entorno urbano. Me refiero a esculturas
y elementos de diseños arquitectónicos. Que pueden tener muchos valores
estéticos y conceptuales y artísticos, pero que los niños y niñas, pueden utilizarlos
como campo de juego, en la medida que pueden y, en la medida que no es un
peligro para esas esculturas o monumentos para adorno y conocimiento más
profundo de la ciudad en la misma ciudad…
Pero
para un niño o niña pequeño puede ser un peligro potencial. Los casos pueden
ser muy diversos. Por ejemplo, una escalera de entrada a un monumento público,
un museo por ejemplo, que tenga una barandilla que en su tramo inferior deja un
espacio muy grande, dónde se puede introducir un niño, y caerse desde un metro
o metro y medio a la calle. Y, por tanto ser un peligro real y claro y
evidente.
Pero
como estos peligros, por fijarnos en alguno, tienen un claro potencial
artístico y estético y es un elemento que va combinado con una entidad
material, sea escultura, monumento, escalera que tiene un componente, sea solo
estético o sea de acceso a un edificio. Y, ese hueco, o esa realidad no son
visibles totalmente para los adultos, no somos capaces de percibir el peligro
que se puede correr. Porque al final, si muchas veces, va el cántaro a la
fuente, éste se puede romper…
Cierto,
en miles de días, puede no suceder nada. Pero un día, se pueden conjuntar todas
las estrellas del infortunio, todas las variables negativas… que un niño de
tres años, vaya con su padre o su abuelo, que se le deje subir por la escalera,
que vaya un poco más deprisa, que se introduzca en el hueco, y, que ocurra el
accidente, se caiga desde un metro y medio, de cabeza, o, de otra manera, y se
rompa la cabeza, o se quede tetrapléjico, ya que sus huesos y su columna no
está preparada para un choque de esa altura y esa distancia, o, se precipite de
una forma incorrecta...
Puede
parecer exagerado el anterior enunciado, pero hemos puesto un caso o ejemplo.
Desconozco aunque he buscado las cifras de accidentes de niños en las calles,
porque otra realidad es en las casas. No conozco el número ni por aproximación,
cosa que nos podrían facilitar, crear, diríamos, si no está hecho, un epígrafe
estadístico, de esta temática… Porque pueden ser de muy diverso modo y manera:
desde la subida y bajada de los vehículos, caminar por calles estrechas, mal
aparcamientos de vehículos en las aceras, irse con alguien que no es familia,
etc.
La
tasa de mortalidad infantil de niños en España está ahora, por diversas causas,
en 2,6 defunciones por mil nacidos vivos.
Los
articulistas de opinión, tenemos un grave defecto, es que hablamos y escribimos
de todo, pero es obvio y evidente que no sabemos de todo. Es imposible, conocer
lo suficiente de cientos de temas, que en diez años de columnismo una persona
puede tocar o rozar. Explico esto, porque es obvio y evidente, que en este
tema, pues como en tantos, mis conocimientos son limitados.
Pero
si creo o estimo que se debería crear “una manera organizada y sistematizada”,
para entre toda la ciudadanía, pueda indicar a las entidades públicas, defectos
potenciales, en los cuales los niños podrían sufrir un accidente. Hemos puesto
un ejemplo, de una escalera artística y de diseño, en el acceso a un monumento
museístico. Especialmente, para niños y niñas de tres a cinco años, que podrían
caer por sus huecos estéticamente bien diseñados, pero con un peligro y riesgo
innecesario para dicha población…
¡Pongan
ustedes otros ejemplos, busquen ustedes otras soluciones…! ¡Hagan una campaña
para indicar errores potenciales de diseño en los entornos urbanos para niños y
niñas…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (14-25 sept. 2023 cr).
Fin artículo 3.809º:
“Peligros y riesgos urbanos para niños”.
E. 25 sept.