Artículo Periodístico 3.768º: “Gastro: Pisto Manchego”.
Es esa combinación de pimiento,
tomate, ajó, cebolla, calabacín, aunque nació de una forma más modesta. Como
toda cocina popular con lo que ofrecía el campo en esa temporada.
Todo frito y refrito a trozos y
trocitos, en muchos lugares, se adorna con un huevo frito por encima como un
sombrero de primavera. Se ha extendido por toda la península con el nombre del
substantivo y se le ha quitado el manchego. Bueno sería dar al César lo que es
del César, aunque cierto es que las comidas tienen una evolución de siglos y
milenios…
Dicen los entendidos que la
palabra, es de origen romano, como tantas cosas, “pistare”, que significa,
según la Wiki, demos al César lo que es del César, machacar, prensar o sacarle
el jugo. También otros indican que deviene del latín “pistus”, -volvemos a la
Wiki-, que significa machacado.
Se puede rastrear a varios siglos
anteriores. Tenemos que tener en cuenta, que la carne siempre ha sido más cara
y más difícil de conseguir que los vegetales, tenemos que tener en cuenta, no
olvidemos, que en las tres religiones existentes en la Península, durante
siglos, al menos dos, tenían muchas restricciones y normas en los platos –el
cristianismo apenas ninguna-.
Si las magdalenas de Proust, le traían recuerdos de su
infancia y de su abuela. Tenemos que tener en cuenta, que Proust redescubrió algo que era evidente en todos los seres
humanos. Quizás, esa sea la labor y la función, o, una de ellas de la
literatura, mostrarnos algo, y, enseguida todos nos damos cuenta de lo mismo.
Para una persona será el olor y
el sabor de pan de su madre o abuela, el otro será el cocido, quizás aquel la
tortilla, y, usted quizás, el pisto y el pisto manchego. Tenemos unidas en la
cabeza más profunda, los afectos más profundos y los olores y los sabores y las
comidas… Recuerdo mucho al maestro Cunqueiro
en esto. Ese gran escritor y ese gran articulista y ese gran gastrónomo. Ese
ser de haber nacido en Francia habría obtenido el Nóbel de Literatura, pero
como nació aquí, en esta Península que mata o lleva al ostracismo a sus
escritores y pensadores. Además, de las circunstancias que le tocó vivir y
existir.
Esta sería de artículos y
columnas periodísticas, que estoy haciendo ya varias decenas, debo confesar a
usted, las razones, por las que las escribo y redacto y pienso. Primero, porque
no hay que tocar siempre temas, temas los normales en el columnismo, que los
normales son todos. Segundo, porque no soy un gurmet –castellanicemos el
vocablo-, ni un gastrónomo, ni nunca lo seré. Soy de gustos sencillos y simples
en la comida, como casi en todo. Bastante son los abismos de pensar y del
pensamiento en los que siempre he estado metido.
También debo confesarlo, que
opino que es una temática, no suficientemente tocada, aunque tenemos teóricos
de la gastronomía, muchos y buenos, ya realicé una vez un artículo sobre ello… Camba, Galdós, Cunqueiro, Montalbán, Plà,
Luján, Perucho, pereda, Palacio Valdés, Chirbes, Marqués de Villena, Ferrand,
etc. Y, me digo a mi mismo, voy a redactar unas decenas de columnas sobre la
gastronomía, algo concreto, especialmente, la comida popular y algo de
imaginación. Para estar quizás también en un grupo dentro del columnismo…
Dicen, que en el articulismo, es
muy importante, el ethos, que se divide en parte, el ethos como contenido, el
ethos formal o estético y el ethos como persona y personalidad del escribiente.
Le voy a ser sincero, también “gurmetizo”, porque deseo presentarme a un Premio
del Articulismo Gastronómico, quizás el más importante de nuestra lengua aquí
en la Península, el de Lalín, por sobrenombre
Cunqueiro.
No sé, si alguna vez, mereceré
ese elogio/honor/premio, tampoco sé, si esperan mucho, si tendré capacidad de
respirar aire, o ya, me habré olvidado de esa costumbre. Pero en eso estoy.
Dirá usted que mis columnas pueden ser, no demasiado atrayentes, pero no dirá
que no soy sincero. Que entre diez o doce razones, para redactar textos sobre
un tema, como ejemplo éste, uno es ganar un Premio, -aunque no se si el coche
que dispongo ahora sería capaz de llegar y arribar a esos paisajes-.
Por otro lado, necesitamos que en
la Mancha, vengan más persona, que al menos, se queden un día, que no las
atraviesen como flechas de un lado a otro de esta Península. Que nos visiten,
aunque sea un día, vean algo de nuestras sombras, algo de nuestros platos, y,
quizás así nos quieran más, quizás, así, los millones que con sus cuatro ruedas
atraviesan nuestros campos y almas, se queden unas horas, unos días, quizás así
los de la Corte y Villa, piensen que merecemos nos visiten un par de días cada
semestre, durante toda su existencia. Porque nosotros somos Mancha, Madrid es
Mancha, Madrid es también España…
Cuando viajo, por una razón o por
otra, por este territorio rectangular de la Mancha, con una cabeza que es
Guadalajara, pero sería un rectángulo casi perfecto si se incluye Madrid,
porque Madrid es también un poblachón manchego, ya saben quién dijo esa frase…
hecho en falta, que en los menús de los restaurantes, tengan uno que titulen
Menú Manchego o Menú de la Mancha, y, que expongan platos manchegos…
Quizás, así, los foráneos y
extranjeros y visitantes y turistas, se percatarían que existe una modesta y
profunda y sencilla y humilde y sabía y rica comida, en esta tierra, que lleva
con nosotros siglos, y, que ha ido evolucionando. Y, que solo espera que usted
acerque su yantar y su buen corazón. Paz y bien.
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (03-06 septiembre 2023 cr).
Fin artículo 3.768º:
“Gastro: Pisto Manchego”.
E. 06 septiembre