Artículo Periodístico 3.757º: “Entender la libertad de pensar y pensamiento”.
Me
temo que mucha población no entiende correctamente lo que es la libertad de
pensamiento y conciencia y expresión con que esas libertades se tengan que
llevar a la práctica.
En
forma sintética y simple, la libertad de pensamiento es tener la capacidad y
libertad de pensar y de pensamiento y conciencia. Que no quiere decir, que esas
ideas o conceptos o conocimientos o argumentos o datos o razones se tengan que
llevar a la práctica o no.
Primero, pongamos por caso, alguien
puede decir, que siguiendo la práctica del Antiguo Régimen en todo municipio
debe existir un alcalde para la nobleza y otro para el pueblo, al mismo tiempo.
No podemos entrar ahora, en el concepto de alcalde, por ejemplo, en la invasión
napoleónica de España, que los dos alcaldes de Móstoles, escribieron el panfleto de la rebelión en España y de
España contra los franceses.
Pero
imaginemos que yo pienso que eso sería el ideal. Entonces, la libertad de
pensamiento o de pensar, es que yo tenga la liberad, la capacidad y la
autoconciencia de pensar eso para mi mismo. En primer lugar, sea capaz de
pensarlo en mi conciencia. En segundo lugar, sea capaz de escribirlo y redactarlo
en papeles en mi casa. Que tenga la capacidad que nadie va a ir, a mirar mis
escritos, y, por tanto a ser sancionado por algo que he escrito y que está en
el ámbito de lo privado. Y, ya después, vendría la libertad de expresión o
publicación de esas ideas…
Esto
es lo que estamos hablando y tratando y, me temo que no se entiende, que yo
“tenga la libertad de pensar y de pensamiento”, cercano a la “libertad de
conciencia y consciencia”. Es un paso, o primer paso, o mejor, conjunto de
primeros pasos… Y, eso es lo que ha permitido, que el saber avance en toda la
historia. Que a alguien se le ocurre, que quizás, se pueda inventar el fuego o
la rueda o el arco y las flechas o mil, miles de cuestiones. Ese pensar y
repensar interno es el primer paso o los primeros pasos y movimientos…
En
un segundo paso o nivel o estadío
estaría la libertad de expresión y publicación. En definitiva hacer pública una
idea, sea hablando o sea publicando, antes en imprenta, ahora en los artilugios
de Internet.
Occidente
se ha dado esa garantía, porque piensa que de cien o mil ideas o conceptos o
teorías o hipótesis que los individuos de una sociedad piensen o sientan,
quizás una, sea aceptable y buena y eficiente. Es decir, se piensa, que el
noventa y nueve por ciento, no tienen sentido, ni racionales, ni prácticos,
pero quizás una, una entre cien o una entre mil sí. Una es positiva, aunque el
resto no sean totalmente aceptables…
El
ejemplo, que siempre se dispone es Copérnico
y Galileo. Aunque los poderes del
momento, piensen que están equivocadas o son erróneas o son negativas, en
muchos sentidos. Se deja la libertad de expresión, sea en un discurso o en un
artículo periodístico o en una noticia o en una conferencia o en un libro o un
documental en Internet. Porque así se abren nuevos campos teóricos y prácticos
posibles. Es diríamos, la aplicación de la libertad de conciencia, que es una
cuestión del cristianismo, que después, retomó Lutero, dándole otras posibilidades, por ejemplo, interpretando la
Biblia.
La
libertad de conciencia ante la Biblia. Y, si se tiene libertad de conciencia y
consciencia ante la Biblia, es lógico pensar que se aplique a todo. Si tenemos
libertad de interpretar la Biblia, es racional que alguien, muchos, piensen que
debemos interpretar la Naturaleza de otro modo, o la sociedad o el Poder o la
política… Y, esta es la raíz de todas las revoluciones que han sucedido en
Europa en estos cinco siglos…
Cuándo
yo era joven, se hablaba entre los pasillos, que deberían haber muchas grandes
obras literarias y del ensayo, en los cajones de tantos escritores y pensadores
y filósofos y políticos, muchas memorias, biografías, novelas, poemas, etc.
Porque claro está en el Anterior Régimen no habrían podido publicarse. Pero
nadie negaba la posibilidad de redactarlas y tenerlas en sus cajones y armarios
y doble altillos.
Pasó
el tiempo, y, apenas emergió casi nada. Quizás, los autores que tenían el
talento se cansaron, quizás miedo a publicarlas, quizás, miedo de los
herederos, quizás desidia de los descendientes, que tiraron miles de páginas al
retrete de la historia. Se decía, de alguien por los años cincuenta y sesenta
que residía en Madrid, un escritor, que había escrito miles y miles de páginas,
decenas de miles, formando un solo libro-título, decían, sobre una crónica de
su mundo en varias décadas. He esperado algo de ese enorme diario o memoria o
recuerdos… Pero me temo que se ha perdido…
Y,
un tercer nivel o dimensión, “es que
alguien puede tener libertad de pensamiento-conciencia, libertad de
expresión-publicación, y el tercer grado es libertad de acto-aplicación”.
Aquí,
en este tercer nivel o dimensión esta la problemática. Que tengamos ideas
libres de pensar, y libres de publicación, no quiere decir, que la sociedad, y
todo lo que conforma la sociedad quiera que esas ideas se apliquen…
Yo,
puedo pensar y razonar, que todo pueblo mayor de diez mil habitantes tiene que
tener un museo de arte contemporáneo, porque yo no pueda vivir sin el Arte. Y,
puedo pensarla, puedo publicarla, pero lo que no puedo es obligar a que cientos
de localidades de más de diez mil habitantes tengan un museo de arte
contemporáneo. Eso es lo que tendría que discutir la sociedad. Puede ser, un
museo en general, un museo múltiple, de distintas áreas. Porque quizás, el país
y la sociedad, no tiene el dinero suficiente. Quizás, sea una medida a tomar
dentro de varias décadas. Quizás, en algunos lugares pueda hacerse, en otros,
tenga que esperar. En fin…
De
ahí, cuando está usted hablando de libertad de pensamiento, de cual de los tres
niveles o dimensiones está usted dialogando… ¡Paz y bien…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (24-30 agosto 2023 cr).
Fin artículo 3.757º:
“Entender la libertad de pensar y pensamiento”.
E. 30 agosto