Artículo 5.060º: “Baltasar Gracián y Aragón y España”.
A Baltasar Gracián, tuviese aciertos y desaciertos, le sucedió lo que
a todo intelectual con un grado de libertad suficiente le sucede: que sobra en
su época y en su tiempo…
Hay
que plantearse cual es el fin y la finalidad y el motivo y la razón del
intelectual. El intelectual un concepto y una palabras ahora poco utilizada,
por diversas razones. Pero encuadramos en ese oficio o profesión o vocación a
esas personas que con su intelecto o sus ideas y sus conocimientos, casi todos
tomados de docenas de tradiciones, de cientos de fuentes y ríos y autores, pues
interpreta lo real y la realidad y trozos de la realidad de un determinado
modo…
Quizás,
por influencia del romanticismo y de muchos movimientos modernos y
contemporáneos de las artes, literatura, de la cultura muchos piensan que para
tener un lugar en el termitero de la
cultura hay que epatar, que hay que ser un dandi, hacerse una imagen de marca,
que hay que ir en contra de todo y todos, que hay que ser el gallo que más
canta. Y, esto es un error. Hoy, hoy se puede ir en contra del parecer de
muchos grupos humanos, defendiendo la Ética a Nicómaco de Aristóteles o algunos de sus
principios.
El
pensador-intelectual-escritor-filósofo-científico social, no busca epatar,
llamar la atención, ser un dandi, dandizar la realidad –de dandismo o dandi-,
sino busca explicar aspectos de la realidad de la forma más real y cierta y
verídica y verdadera y argumentativa y demostrable, en la medida de lo posible.
Intenta decir la verdad y verdades y sobrevivir y vivir. Cosa muy difícil.
Porque siempre ante una nueva idea, no tiene que ser la rotación o movimiento
del sol. Aunque sea pequeña cuesta trabajo la aceptación… Sea el cambio de las
energías en la ciudad de Nueva York, de pasar del aceite de ballena, al gas, al
gasoil, la gasolina y semejante, a la electricidad. Esos cambios supusieron
muchos problemas en la ciudad, por los grupos de presión e intereses… Incluso
problemas de la electricidad alterna o continúa. No son necesarias las
revoluciones de Copérnico o Galileo,
sino las pequeñas cosas…
No
debemos olvidar todo esto, si queremos hoy recordar-homenajear a Baltasar Gracián (1601-1658) pensador,
escritor, filósofo, teólogo, sacerdote y jesuita. No sé, de todos esos oficios
y vocaciones cual y cuales serían las más importantes y esenciales en su vida.
Al final, un jesuita es alguien que siempre está discerniendo los caminos de
Dios y los caminos de los hombres, al final, los Ejercicios Espirituales
de Iñigo de Loyola, Ignacio de Loyola,
es una indagación profunda en el ser humano y del propio ser humano. Qué hizo Descartes, en el fondo, aplicar en
filosofía lo que había aprendido con los jesuitas, no la filosofía que se le enseñaba,
pero si el principio de examinar y examinarse y de discernir y de discernirse
interiormente: “pienso luego existo”.
Siempre
se ha dicho que en la literatura del Siglo de Oro Español, hay como tres
grandes movimientos ideológicos y estéticos: el cervantismo, el quevedismo y el
gongorismo… Pienso, y, opino que siempre han estado presentes. Que van dando
vueltas a lo largo de los siglos, pero siempre estamos situados en estos tres
grandes movimientos, se van añadiendo realidades y concepciones y motivaciones
y materialidades y estéticas y detalles y nombres nuevos. Cambian los géneros y
cambian los formatos de los géneros y se encuentran nuevos, pero siempre
estamos situados en estos y con éstos tres grandes movimientos… ¡Quizás
representan el alma profunda y la carne profunda y la psique profunda de esta
Celtiberia tan larga ya en el tiempo…!
¿Qué
es entonces Baltasar Gracián…?
Esencialmente un quevedista conceptista o un quevediano conceptista mezclado
con un jesuita de formación y vocación. Una persona que durante su vida, estuvo
siempre en la cuerda floja, entre su deber de obediencia, no olvidemos que en
dicha orden, es un cuarto voto, obediencia a los superiores y obediencia al
Pontífice, y, su vocación interna de escritor y pensador y observador...
A
veces, no nos damos cuenta, olvidamos el ambiente de las épocas. La influencia
del sector religioso en la época de Gracián
era enorme, la influencia de la nobleza era enorme, y, la influencia de la
pequeña burguesía que iba surgiendo relativa, y, al final el pueblo. Pero
olvidamos que en aquella época las universidades existentes en Europa, hay que
indicar Europa, porque los libros se escribían mayoritariamente en latín. Se
pasaban de un país a otro. No lo olvidemos. Existían cientos de catedráticos en
sus cátedras. No lo olvidemos con una enorme influencia, en cátedras de
filosofía y teología. Y, además estaba el problema luterano y las guerras de
religión en Europa. Y, también estaba el problema del Mediterráneo y de los
turcos. No hay siglo sin problemas, no hay, no hay al menos hasta ahora…
Siempre
volvemos a Gracián, nuestro Montaigne ibérico o celtibérico o
hispánico. Siempre volvemos a Gracián,
aunque no estemos de acuerdo en todo. Pero no podemos ignorar, que siempre nos
ha dado la sensación que se minusvalora… cuándo Gracián tiene la misma altura que Quevedo, Cervantes, Tirso de Molina, Calderón, Garcilaso de la Vega,
Espinel, Alonso de Ledesma, Hurtado de Mendoza, Juan de la Cruz, Teresa de
Jesús, Fray Luis de Granada, Rojas Zorrilla, Vélez de Guevara, Enciso, Mesa,
Fernando de Rojas, Laínez, Ana de Castro,
Lope de Vega… nunca hemos sabido vender bien a Gracián a nivel
europeo y occidental. Nunca hemos sabido vendernos bien a nosotros mismos a Gracián, esta es la cuestión ¿Cuántas
ciudades de España tienen el nombre de Gracíán
en alguna de sus calles o plazas, cuántas?). Porque Gracián a mi modo de ver, tiene la misma altura que Montaigne.
Es mi parecer. Parecer que puede estar equivocado. Paz y bien.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (29 agosto 2025 cr).
Fin artículo 5.060º:
“Baltasar Gracián y Aragón y
España”.
E.
31 agosto