Artículo 5.097º: “Mil oficios: Sueño imaginario: ser columnista en un periódico nacional”.
Debo confesar que durante décadas
quise publicar artículos de opinión, como un género literario más. Nunca se me
ofreció esa oportunidad hasta que vino Internet.
Llevo
poniendo letras electrónicas en varios medios, ya casi once años. En este
tiempo he numerado cinco mil artículos, cuatro mil quinientos publicados en
distintos medios digitales o periódicos, pero el sueño, quizás un sueño de
siempre, -un sueño imaginario, quizás irreal-, pero que volvió a la mente y
conciencia, volvió otra vez, mi sueño era publicar en periódicos artículos de
opinión, en uno de audiencia nacional, si es posible moderado, sea de un color
o de otro, pero moderado… en estos años he llamado muchas veces, a esas
puertas. No ha sido posible…
Ya,
ya estoy perdiendo la esperanza. Llevo juntando palabras, que es como los
profesionales de la literatura-escritura llaman, sí llaman así, o lo piensan o
sienten, a aquellos que consideran que no tienen valor suficiente sus palabras,
ideas, frases, no tiene suficiente belleza, ni suficiente profundidad. Bueno,
llevo juntando palabras desde la adolescencia media, desde los trece o catorce
años, quizás antes. Llevo más de cinco décadas juntando palabras y verbos y
substantivos y adjetivos con ideas y si es posible con realidad. Entiendo el
articulismo como un género hibrido entre literatura y filosofía y algo de
periodismo o información.
Siempre
he querido publicar en un periódico nacional, artículos de opinión, ningún otro
oficio dentro del periodismo me ha interesado. Quizás, quizás por ese enigma y
atractivo de las cosas escritas, algunas imágenes. Quizás, porque todos los
escritores que han sido en esta sociedad, todos han escrito en periódico y
periódicos. Hay y ha habido decenas de miles de articulistas. Yo, yo también
soy uno, modesto. Aunque nunca he cobrado ni una peseta, ni un euro… en/con
ninguno de esos cinco mil artículos…
Pero
siempre he deseado ser columnistas, de esos que publican tres o cuatro a la
semana, no de esos de uno cada quince días, o, uno cada semana. No, sino tres o
cuatro a la semana. Porque siempre he pensado que eso obliga a bucear en
multitud de temas, eso obliga a equivocarte, eso obliga a hacer una
crónica-historia de la realidad bajo tu propia interpretación, una Busca
del Tiempo Perdido, que es lo que he escrito ya de Umbral, si juntasen todos los artículos que ha escrito, quizás
veinte mil, o seleccionasen quince mil, es una crónica como la de Proust pero de Madrid. Invito a que lo hagan… También aplicable a otros, a muchos.
Al final, eso hacen los articulistas hacer una crónica en trozos, una crónica
enorme de su paisaje exterior e interior… De su corazón y de otros corazones…
Pero
ya estoy perdiendo la esperanza. Llamo a las puertas, sea por carta postal y
curriculum, sea por correo electrónico y curriculum a tantos y tantas.
Especialmente, de la prensa nacional, pero también de provincias. A algunas
puertas en estos años, ya han tocado mis dedos muchas veces. Sólo pido una
entrevista. Que se me abra la puerta a una entrevista, para proponer a la
persona responsable e interlocutor, para proponer la posibilidad de redactar
artículos de opinión.
Durante
años pensé, que no me abrían esa posibilidad porque era joven y era de
provincias. A mitad de la vida, pensé que ya no se me daría esa oportunidad, en
el atardecer de la existencia, me digo a mi mismo, para conformarme ya es que
tengo mucha edad, ya estoy con el pie en la vejez. Da lo mismo, llevar más de
cinco décadas juntando palabras, juntador de palabras, para descifrar trozos de
la realidad, trozos de real. No busco la fama, ni la notoriedad, ni influir en
nadie, ni defender a nadie. Sólo escribir y publicar para un periódico
nacional, tres o cuatro piezas cada semana. Si de todas formas, si esto se me
permitiese, creo que duraría poco tiempo dicha posibilidad. No sé, cómo estará
mi salud y mis circunstancias y situación dentro de unos meses o años… Creo que
no daría mucha lata, durante mucho tiempo…
En
estos años y lustros y décadas, he visto cómo se han ido incorporando figuras,
cómo otras que nacieron han ido floreciendo y brillando y haciéndose gigantes,
muchas como han ido languideciendo, otras muchas ya saben si existe Dios o no
saben si existe Dios… pero ha sido un sueño… un sueño pequeño o grande o
mediano que uno ha tenido siempre, ser escritor y juntador de palabras,
mezclando realidad y alguno de los géneros de la literatura más filosofía, en
este entronque o invento del columnismo y articulismo de opinión…
Me
hubiese gustado vivir de ello, eso que decía Cossio, hermano del famoso, en Valladolid a Umbral, hacer un artículo por la mañana para desayunar y otro por
la tarde, para merendar –decía otra cosa, permítanme, que tenga la posibilidad
del cambio, cambiamos ideas heredadas-. Creo que la idea era “uno, por la
mañana para comer, otro por la tarde para beber”.
Bueno,
no sé, no sé, porqué he escrito este artículo con este tema. Teniendo en cuenta
lo pudoroso que soy como persona, con mis pensamientos, con mi interioridad. O,
quizás, si lo sé. Porque sé, que dentro de mí, se está alejando la esperanza,
de que un periódico nacional, me contrate, dándome dineritos, para publicar
tres o cuatro artículos cada semana. Ya, ya estoy perdiendo la esperanza, que
un periódico nacional me abra un despacho para otorgarme una entrevista, para
mi modesta persona exponerles que deseo publicar artículos de opinión en su
medio. Igual que lo han hecho cientos de escritores de este terruño en estos
dos siglos y medio. Internet y sus empresas deberían permitir que te enviasen a
cuántas personas y correos has enviado en los diez últimos años… así e verían a
cuántas puertas has llamado…
Pero
me temo que será otro sueño, de tantos que he tenido, que tampoco se cumplirá…
No tengo padrino, no puedo bautizarme –aunque esto no es exacto teológicamente,
parece ser-. Paz y pan y pax y bien…
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caminero (10 septiembre 2025 cr).
Fin artículo 5.097º:
“Mil oficios: Sueño imaginario:
ser columnista en un periódico nacional”.
E.
21 septiembre