Artículo 5.103º: “Biblioteca Brautigan de libros inéditos”.
La Biblioteca Brautigan en Vancouver guarda y colecciona libros
inéditos o libros rechazados de autores, en su mayor parte, también inéditos o
rechazados.
Hay
quién piensa que la situación de la inmensa mayoría de autores y autoras de las
letras, pongamos letras en general, en estos momentos es una situación anómala.
Es cierto, partimos del hecho o del principio que Shakespeare, Dante, Calderón, Cervantes surgen, como en el resto de
saberes, tres o cuatro por cada siglo en todo el planeta, igual que en el resto
de ciencias y saberes, ¿cuántos Einstein
surgen cada siglo en el mundo, cuántos Picasso,
cuantos Darwin, cuántos Ford, cuántos Churchill, cuántos Euler…?
¿Y, cuántos nacen, pero se pierden, cuántos nacen y no se valora lo que
producen, o no tienen los medios para producirlo, o cuánto nacen y se pierde lo
que han inventado o creado o diseñado…?
Pero
esta es la cuestión, que la sociedad hoy y la cultura y la enseñanza tienen que
dilucidar, Si admitimos que la genialidad es limitada en cualquier campo de la
realidad, qué hacemos con miles de autores y autoras, con decenas de miles de
obras, que son autopublicadas, o difundidas en Internet ahora, o que se quedan
en los vientres de sus mesas de despacho y de sus ordenadores. Y, que al final
se pierden. Esta es la situación real y sin idealismos y sin imaginaciones.
Muchos piensan que los escritores y los hombres y mujeres de letras viven en
una situación parecida a la de los proletarios y obreros de la Europa del siglo
diecinueve… Esta es la cuestión que la sociedad debería plantearse.
Que
la inmensa mayoría, como es lógico viven de otras actividades, porque se
producen más libros o más cultura que la que se consume, porque se produce más
cultura, digamos de nivel medio o bajo que la notable o excelente o genial.
Porque quizás, tampoco sabemos lo que es la obra maestra o genial en las
humanidades, y, quizás también no seamos capaces de descifrar si alguna surge,
¿eso de qué hoy no se perdería un Quijote, pero alguien sabe cómo sería hoy un
Quijote…?
Existe
una Biblioteca Nacional en un país
de Europa, no diré cual y dónde, por respeto, que al menos hasta hace un par de
años, libros que van publicados, que se han hecho ediciones, pero van
unidas-encuadernadas sus hojas con gusanillo no los catalogan, no les hacen una
ficha, por si alguien quiere verlos o analizarlos o estudiarlos. Por tanto, no
sé, no sé en qué lugar de ese depósito que se supone conserva todos los libros
de su territorio que se publican, no sé en qué lugar se quedan. Y, los DVD, libros
publicados en DVD si el etiquetado es manual tampoco… Con lo cual, volvemos a
la misma pregunta.
Richard Gary
Brautigan
(1935-1984) estadounidense, fue un escritor que llevó una vida dolorosa y
angustiosa, por situar unos adjetivos suaves y misericordiosos. Al final, los
traumas de la infancia se van pagando, si no se curan psicológica y moralmente
de forma correcta. Esta es la gran lección que deberíamos aprender y aprehender
de muchos escritores. Hablamos de los escritores, porque ellos nos cuentan sus
heridas, sus traumas, sus angustias, sus penas profundas, o, al menos se pueden
traducir y traslucir en sus escritos. Quizás, como una parte de la población,
de ahí, la enorme importancia de intentar curarse las heridas, cada uno las
suyas, utilizando la ciencia ortodoxa y el saber ortodoxo, y, la moral ortodoxa
y correcta, y los hábitos correctos...
Brautigan como tantos otros, intentó ser
escritor literario. Ser escritor literario significa esencialmente dos
dimensiones o dos proyecciones: una, escribir, dos, intentar vivir de lo
escrito, por tanto, publicar. Publicar es hacer público. Publicar un escrito
hoy, tiene dos variables, una, hacerlo público con ediciones en las que están
detrás la empresa privada o pública, por lo cual, se puede demandar algunos
honorarios. O, hacer público un libro pero por cuenta del autor, o algo
semejante, y, los dineros o dividendos suelen ser muy pocos –cuando existen-,
las famosas autoediciones, y, las difusiones, salvo excepciones, que también
existen pequeñas excepciones. Ahora, una modalidad es publicar en las redes de
Internet, corriendo diversas suertes. Siempre esperando a la editorial
industrial privada que se fijen en el autor/a.
Cuando
falleció Brautigan por incentivo de
varias personas, en principio un fotógrafo y también la hija de Brautigan, se creó en dos sedes
diferentes, la Biblioteca Brautigan que incluye libros, libros inéditos,
libros no publicados, libros en manuscritos… Hasta dónde conozco, existen
actualmente unas trescientas obras de distintos autores. Se puede visitar y ver
y leer los libros, pero no se pueden llevar a casa, por razones obvias. No sé
si se pueden hacer copias. Pero esto es lo que nos tiene que hacer reflexionar.
La biografía de esta persona, en muchos sentidos trágica, y, la realidad de
esta biblioteca…
He
escrito muchas veces, he sugerido muchas veces, quizás demasiadas que las
bibliotecas, o al menos algunas, los archivos literarios o semejantes o
similares, o al menos algunos –de bibliotecas, museos, fundaciones, entidades
diversas-, deberían intentar. Primero, saber y conocer, todas las personas, con
mayor fama o menos, que se han dedicado o dedican a la producción cultural, en
todos los campos y saberes, al menos de sus territorios y geografías. Tener
directorios mínimos.
Y,
segundo, a partir de esos directorios, que es simplemente una etiqueta en una
Web de las bibliotecas locales o provinciales, quinientas palabras de cada
autor y autora, tengan mucha fama o sean inéditos. A partir de ese momento,
empezar a estudiar si tienen la posibilidad de conservar manuscritos, obras,
cartas, documentación de esos autores, sean en una temática o sean en otra… al
menos, en páginas de papel, que ocupa poco lugar y espacio, y, con el permiso
pertinente de los propietarios de la propiedad intelectual y herederos o
autores, si es que ellos ya no respiran, quizás algunas insertarlas y
publicarlas en Internet en las mismas Webs de esas bibliotecas…
Hoy,
que tanto se valora, la ermita de tu pueblo y de todos los pueblos, que tiene
tres siglos. Creo que se valora con razón, o la casona de tu municipio igual.
Creo que no somos conscientes, que miles de autores y autoras, de todas las
disciplinas, en unas más que en otras, se han pasado diez o cincuenta años de
su vida, haciendo poemas o cuentos o novelas o teatro o fotografía o arte o
ensayo o música… y, al final, al final de su vida saben que su trabajo, sea de
calidad mediana o menos que mediana está condenada a la desaparición… ¡Esta es
la realidad, pasará de una generación a otra de herederos, y, al final, se
perderá…! ¡Se irá perdiendo, hoy, que tanto nos preocupamos del reciclaje, las
minas del futuro se dice, nos permitimos que miles de obras, esta es la
realidad, se pierden cada año, de todas las disciplinas del saber humano…! ¡Paz
y bien… bien y paz!
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (10 septiembre 2025 cr).
Fin artículo 5.103º:
“Biblioteca
Brautigan de libros inéditos”.
E.
21 septiembre