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Artículo Periodístico 4.137º: “Las Lecturas y Clarín”.

                         Artículo Periodístico 4.137º: “Las Lecturas y Clarín”.

Ha cambiado el artículo de opinión, Clarín en este artículo que son en el tamaño de cinco o seis de los actuales, son cuatro o cinco mil palabras. Es publicado en varios números.

¿Por qué ha cambiado el concepto de artículo periodístico, de pasar de cuatro o cinco páginas o más, en el siglo diecinueve, empezando por Larra, aunque otros autores de su época, sean menores en tamaño, hasta llegar a Clarín, que continúa en algunos de ellos, como éste que comentamos o nos sirve de acicate para construir un conjunto de palabras de opinión?

En el siglo diecinueve, siempre no olvidando que hay diferencias de tamaño, quizás no tanto de temática, el periódico era el medio de información, casi único, y, también el sistema sustitutorio de “libro”, -ya que no todo el mundo podría comprar un libro o varios, no existían tantas bibliotecas-, y, si tener acceso al periódico o disponer más fácil de esa realidad. Los periódicos cumplían una función que después hizo el libro a nivel masivo, pero no existía televisión, en aquella época todavía no había surgido la radio o no se había extendido. Y, desde luego, no existía Internet y tampoco el “microordenador movible y transportable” que es el móvil.

Hemos pasado de artículos de cuatro o cinco mil palabras, pongamos de media, reitero también existían pequeños, al siglo veinte, que se pasó a las mil o mil quinientas palabras, ahora, que estamos en las ochocientas palabras, y, ya en muchas mentes, están las microcolumnas, que serían unas quinientas o seiscientas palabras, a veces, trescientas…

Este hecho puede parecer sin relevancia, pero es esencial, porque no es lo mismo viajar con un coche de caballos que con un vehículo de cuatro ruedas que se traslada a ciento veinte mil metros por hora, e, incluso más, si la normativa le permitiesen.

En este macroartículo, podríamos titularlo ahora, denominado Lecturas, de Clarín, publicado en La Ilustración Ibérica, nº 554 y siguientes, con fecha de la primera entrega del 12 de agosto de 1893, y siguientes.

En este macroartículo periodístico de opinión Clarín, habla de muchos temas, pero lo centra en la literatura y el concepto de lectura. Nos indica que cuándo un gran escritor fallece, algo se rompe dentro de sus seguidores o lectores, pero cuándo de alguna manera, dejan obras inéditas, de calidad, y, se siguen publicando, por un lado, los escritores han fallecido, pero sus obras siguen renaciendo y refloreciendo y reflotando del silencio. Y, van completándose unas a otras, podríamos añadir, modestamente, nosotros…

Hoy, tenemos un problema, nos llega y producimos muchas informaciones todos. Todos somos un agente de creación de información, información en todas sus formas, y, todos consumimos una enorme cantidad de información. Utilizo la misma palabra-término-vocablo y concepto-idea. Porque hoy estamos saciados de nuevos datos, argumentos, razones, percepciones visuales y auditivas y musicales y olfativas y táctiles. De tal modo, que los humanos no son y no somos capaces, creo, la inmensa mayoría de saber lo que es importante y esencial y lo que no es. Hoy, o se lee muy deprisa, o unas cuantas líneas de un escrito de mil palabras, o, ni siquiera se abre o se lee. Porque la vida es corta, cada día es corto, para toda la información y noticias e ideas y hechos y percepciones que nos llegan del mundo, e, incluso de nuestra existencia y vida concreta y en su propia situación…

Hoy, es difícil detenerse y parar y silenciar y silenciarse, para dejar que el corazón de dentro nos hable a nosotros mismos, porque siempre tenemos un dato que como una flecha nos viene del exterior. No dejamos que nuestra alma nos hable a nosotros mismos. No hay que irse a Oriente, hay que sentarse y decirse, solo voy a mirar y, y ya con ese ejercicio la flota de la realidad interior emerge poco a poco. Solo hay que hacerlo unos veinte minutos cada día…

Hoy, los sistemas de censura del pasado no se tienen que ocupar y preocupar, la enorme e ingente cantidad de escritura y de sonidos y de imágenes que se crean cada día. Esto permite que cualquier producto quede reducido y ahogado por la inflación de la cantidad. Nadie se tiene que ocupar del tema de la censura, porque ya está censurado cualquier producto de antemano. Hoy, lo que hacen los grandes poderes utilizando los instrumentos de los media, de la cultura oficial y organizada y gestionada, de los sistemas educativos y de otros similares, es elevar a unos, y, dejar que otros se olviden. Se amplifican algunas realidades cognoscitivas y conceptuales y culturales, y, se dejan que otras se duerman y olviden y se mueran en sí mismas.

Hoy se eleva una película o un documental o una música o un libro o una determinada información al Everest, y, las otras, que no convienen o no interesan, no se les hace nada, ni siquiera hay que censurarlas, se deja que se vayan sesteando eternamente, se les deja que se vayan muriendo en el silencio. Con solo no ponerlas en una página de periódico digital o en muchas cabeceras dentro de ellas, en sus senos, que no se informe en las radios o televisiones, que apenas en las Webs importantes, por lo general, entonces no caminan por las autopistas de Internet tampoco. Y, si lo hacen, durante unos días, pues se deja se vaya olvidando, y olvidadas se quedan para siempre…

Pero incluso para alguien que desee en tranquilidad leer, el ejercicio de la lectura, se tiene que preguntar, que puede hacer, en tantas miles de producciones culturales de posibles lecturas –sin contar todos los medios que hemos indicado, incluidos Internet-. ¿Qué libros seleccionar, qué autores, qué temáticas, que géneros, qué artes, sin menoscabo de las lecturas obligatorias de su profesión y actividad profesional…?

Este es un artículo un tanto entristecido hay que preguntarse qué se puede hacer, para no equivocarse con las lecturas. Pues lea a los clásicos y las obras maestras, lea primero a Dante o a Shakespeare o a Platón o a Kant antes que a mí, por poner un caso y un ejemplo, y nadie se ofenda. Lea primero usted a los clásicos y grandes obras, que ya están reconocidas… antes que a mí.

Segundo, lea y piense y analice manuales de distintos saberes. Uno o dos o tres manuales de quinientas o mil páginas, de todos los saberes ortodoxos, porque ellos les darán un entendimiento y comprensión más profunda de la realidad: Varios manuales de geografía, varios de economía, varios de política, varios de psicología, varios de sociología, y, así hasta una veintena de ramas del saber… Porque los manuales, le darán una estructura de entendimiento más profunda de la realidad, y, varios de cada rama, para mirar varios puntos de vista.

Y, después, en tercer lugar, lea, si desea y quiere, algo de mis páginas. Y, junto a mis páginas de otros autores y autoras que usted quiera… Así el ejercicio de la lectura le hará comprender y entender mejor a los humanos, a las circunstancias de los humanos, a la sociedad, a la Naturaleza, a las realidades metafísicas. Y, así no se perderá en las lecturas y en los libros y en las noticias y en las informaciones, o al menos, no se perderá tanto… Paz y bien.

http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (26 marzo-01 abril 24 cr).

Fin artículo 4.137º: Las Lecturas y Clarín”.

E. 01 abril 2024 a Rota al Dia.com. Galicia Digital.com.

Humor Gráfico de JMM publicado en periódicos digitales.

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