Artículo Periodístico 4.148º: “Mil millones de niños y niñas victimas de abusos”.
Da
pavor y es terrible las cifras que indica la OMS: “Hasta mil millones de niños de entre 2 y 17 años en todo
mundo fueron victimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en
el último año”.
Da
pavor, miedo, angustia, pena en grado máximo, sufrimiento, terror solo oír
estas cifras que puede usted encontrar en el bosque de Internet. Reconozco que
hay temas que intento ir dejando pasar en el tiempo, por diversas causas, entre
otras por el enorme sufrimiento de hablar sobre unos temas tan complejos y tan
difíciles de encontrar la prudencia. No hay substantivos, ni adjetivos para
analizar esta cuestión.
Viene
este tema, ya por fin, he vuelto a tocarlo, por una controversia y polémica que
se ha dado en estas últimas semanas, no citaré nombres, ni medios, ni día, ni
título de artículos, entre una polémica entre un articulista con fama, y una
persona que ha tenido y ha sufrido esa experiencia de injusticia enorme.
Yo
creo que ese primer articulista que intenta quitarle hierro al tema, creo, que
habla en primera persona, que a él también le intentaron hacer esa realidad, o
tuvo esa experiencia, esa violencia o abuso, no sé de qué grado. Y, él, me
parece que su columna está sacando a la luz, digamos ese recuerdo de hace
décadas. En cambio, la persona que le contesta, también habiendo pasado por esa
experiencia, quizás más negativa, no puede comprender y entender la postura del
primero, una persona de fama de gran escritura y de gran pensamiento.
Cuento
esto, porque esta realidad textual y de palabras, me ha llevado a redactar este
artículo. Pero al mirar las cifras y los números, da pavor lo que nos indica la
OMS. Ya solo un caso sería una
tragedia, pero mil millones, ya es una catástrofe sin límites. Puede pensar
alguien que quizás, en ese número se incluyen realidades diversas, pero sean
mil millones o sean mil cien millones o novecientos millones, en un año, es una
barbaridad. No encuentro adjetivos, ni substantivos…
Creo
y estimo, que la raíz profunda y esencial, o al menos, una de las tres grandes
causas de esta realidad, no es solo la pobreza y mil otras vicisitudes de la
vida. Pero una esencial es la falta correcta de ética y de moral de una gran
parte de la población mundial. Creo que esta es la raíz profunda, no digo de
todas los casos, pero si de una gran parte. No es lo mismo la persona que no
sea capaz de alimentar a sus hijos, no es lo mismo porque fallezcan los padres,
no es lo mismo porque exista una guerra, no es lo mismo porque sean raptados,
no es lo mismo, decenas de causas. Nadie, nadie piense que no tengo en cuenta,
todas esas razones…
Pero
creo que la gran causa y la gran raíz, que se mezcla, en muchos casos con todas
las anteriores, es que la mayoría de la población, yo también, no tenemos una
moral y ética correcta, no conocemos una teoría ética correcta, y, no
intentamos aplicar y practicar una moral correcta a y en todos los sentidos.
Creo que el gran error metafísico del mundo, es que no nos damos cuenta, que
hay que seguir una ética y moral correcta. Una ética correcta mínima y
universal.
Con
solo diez o doce normas. Normas sencillas, que se pueden aprender en unos
minutos, que se pueden enseñar por televisión, por los medios de comunicación,
que los poderes políticos deberían hacer anuncios televisivos, de esas normas,
para que todo el mundo las conozca… “no
hacer daño a un niño o niña”, repetir todos los días, en todas las
televisiones y radios del mundo, esta frase o una similar –un día y otro, hasta
que se grabe en la mente de toda persona de este mundo, de cualquier lengua y
de cualquier cultura y de cualquier etnia y de cualquier religión…-.
En
Occidente, llevamos tres siglos, especialmente los intelectuales, escritores,
pensadores, filósofos, artistas, y, otros oficios semejantes, con un fin,
conscientes o no, destruir la moral y ética de siglos. Destruirla. Porque una
cosa es que evolucione, y, eso es un tema, y, otra destruirla… Y, qué ocurre si
destruyes la ética y moral que viene de siglos, que viene desde los griegos y
romanos y de los hebreos, que ocurre, que todo el mundo se queda desnudo. Que
aparentemente, todo el mundo se libera, todo el mundo ya puede hacer lo que
quiera, solo respetar un marco muy amplio de la legalidad vigente cuándo se
hace, todo el mundo se siente que ya encuentra su identidad personal, y, mil
otros discursos…
Pero
lo que sucede de verdad, es que lanzamos a la vida, a millones de personas, que
no llevan el escudo y la espada y la lanza para defenderse a si mismo de la
maldad de si mismo, de defenderse a sí mismos de la maldad de otros, de
defenderse a sí mismos de la maldad de uno mismo contra otros… Y, eso es lo que
sucede…
Se
ha materializado el cambio de los valores, a una escala enorme, la
transvaloración de todos los valores, muchos imitando a Nietzsche, se ha cambiado y mutado y valorado y ahora se dice que el bien es mal, y, el mal es bien,
en multitud de materias. Y, por tanto, la población está desnuda, pero quién le
dice, quién dice que la población está desnuda. Quién se lo dice.
Un
niño o niña que le suceda esto, es ya una barbaridad sin nombre, mil millones
sería para que todos los poderes del mundo, se sienten y busquen razones, y
busquen soluciones. Ahora, entiendo porqué El
Nazareno tuvo que morir y muerte de cruz, para sacarnos o salvarnos del mal
y de los males, del mal radical que llevamos dentro, también llevamos un bien
radical. Ahora comprendo y entiendo porqué El
Nazareno tuvo que tener muerte de cruz.
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (30 marzo-08 abr 24 cr).
Fin artículo 4.148º:
“Mil millones de niños y niñas victimas de abusos”.
E.
08 abril