Artículo Periodístico 4.158º: “Siempre estamos con El Quijote, siempre…”.
Estamos siempre con/en El Quijote,
porque estamos siempre con/en nosotros mismos. Estamos mirándonos en el
Quijote, porque no lo entendemos, tampoco a nosotros mismos…
No
hay día, que no leas o veas una referencia al Quijote, al menos, en esta
Castilla Nueva o ya Vieja también. Sea un anuncio de un queso, sea un bar,
ahora menos, por influencia anglosajona, que ya no ponen letreros del Quijote,
sino del mundo europeo. Quizás sea para hacernos más modernos, quizás sea para
aparentar por fuera, que hemos cambiado, cuándo en el fondo seguimos siendo lo
que este libro nos narra, lo único que los vehículos de carne y sangre de los
caballos, se ha pasado al motor de combustión, ahora al Tesla de la
electricidad.
Pero
no somos originales, los ingleses y todo el mundo anglosajón, no han superado a
Shakespeare, por eso siempre están
con él, y, los italianos no han superado a Dante,
y, siempre están con los infiernos y los paraísos, y, los rusos son eternos
deudores de Dostoievski, y, los
franceses de una mezcla de Montaigne y
Moliere, algunos dirían de Racine,
otros de Proust, los portugueses no
saben que hacer con Pessoa, los
irlandeses con Joyce, los checos y
alemanes con Goethe y Kafka, pero
todos, no continuemos narrando todos somos hijos y nietos de La
Biblia, aunque sean/mos ateos o agnósticos...
La
Biblia
tomada de mil modos y de mil maneras. Pero todas las historias están en la Biblia,
el Quijote
también… Siempre se está escribiendo el mismo libros, cambian las manos y las
firmas, pero siempre el mismo, dicen algunos, dicen muchos, quizás, un artículo
como éste, es una nueva forma de contar un capítulo del Quijote de otra manera, o de un artículo de la Summa de Tomás de Aquino…
Te
das cuenta, muchos quieren ser originales, pero a un tiempo, ya largo, ya
pasado en mí, te das cuenta, que siempre estamos escribiendo el mismo libro.
Porque las ideas esenciales, quizás, las preguntas y problemas esenciales,
siempre son los mismos. Como habitador de esta tierra, harto estoy y sin
hartura, de mirar el Quijote, en mi caso de forma fragmentaria, lo he leído
siempre a trozos, saltando de un lugar a otro, no he seguido, hasta ahora, del
principio al final. Me podrán perdonar esta herejía, que sé que la hacen
muchos, pero pocos se atreven a escribirla.
Pero
además, todas las interpretaciones que vas encontrando por el camino,
especialmente, síntesis de artículos académicos, en parte, y, muchos artículos
de opinión, como éste. Al final, todos los libros se mezclan en tu cabeza, de
todos, leídos fragmentariamente, especialmente, los literarios. Diríamos, que
he descubierto lo que todo el mundo hace, salvo algún libro, se leen la
mayoría, de forma fragmentaria, se empieza, y, en medio se va cambiando de un
capítulo a otro, hasta el final, y, si ya te interesa mucho se vuelve al
principio o al medio. Y, se vuelve a empezar otra vez, por otro lado, y por
otro sitio.
Pero
es más, llega un momento, que se mezclan todos los libros o grandes libros en
tu cabeza, todas las literaturas, el
Ramayana con la Summa o con la Fenomenología del Espíritu o con la Divina Comedia
o con Hamlet o con lo último del último autor que está creyendo que será Shakespeare, cosa que hay que dejarle
tenga/n esperanza, porque no sabemos si será, porque surgirán otras
genialidades, aunque no sabemos cómo y cuándo.
Pero
si, no le deseo engañar, los manuales de saberes ortodoxos, esos si, que me los
he leído enteros, y, muy enteros, algunos varias veces, algunos después,
también a trozos. Eso sí, el saber ortodoxo y sistemático, de muchos saberes y
especialidades, si los he troceado poco a poco, siguiendo la continuidad… Un
buen manual de algunas de las ciencias humanas, de quinientas o mil páginas, si
pueden ser dos o tres, de distintas orientaciones te abren un horizonte tan
grande de entendimiento del mundo. Que se puede dar un antes y un después.
Recuerdo ya lejano en el tiempo un manual de Geografía, de hace tantas décadas,
que me abrió otro modo de pensar y sentir y comprender el mundo.
Ahora
bien, si unes esos manuales de los saberes ortodoxos y la literatura seglar y
las literaturas religiosas, se combinan un modo de pensar y de percibir el
mundo, que será otro, al que tenía diez años antes. No comprenderás todo, ni
todas las partes, ni las totalidades de todo. Pero te puedo asegurar que habrás
entrado en otros mundos. Aunque pagarás un enorme precio, te lo debo indicar,
serás como el Quijote, mirarás y percibirás el mundo de otra forma, quizás
estarás juzgado y sentenciado a caminar solo en tus pensamientos. Te lo digo de
verdad, quizás, no encontrarás un Sancho como amigo del Quijote-Quijano-Quejada,
te lo digo de verdad, irás y caminarás posiblemente solo/a, porque en casi
ningún grupo o manada o ideología o banda, encontrarás la verdad o toda la
verdad, que tú has encontrado al unir los manuales de los saberes ortodoxos,
los manuales literarios de la gran literatura seglar y, los manuales de la
literatura religiosa…
Te
condenarás a ir como El Quijote, y, para que no te
encierren en alguna cárcel de madera o de hierro, apenas dirás todo de todo,
todo lo que piensas y percibes y argumentas y olvidas. Te verás condenado a
como el
Quijote a estar casi en soledad, de vez de en cuando, entrarás en algún
capítulo del Quijote o de Hamlet o de la
Divina Comedia o de la Biblia, para que tu corazón se sosiegue… para ser
como los demás hombres, para ser una
mezcla de Sancho y Quijote, de Quijote-Sancho que es lo que somos todos…
¡¿Ha comprendido usted esta columna periodística…!?
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (05-15 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.158º:
“Siempre estamos con El Quijote,
siempre…”.
E.
15 abril