Artículo Periodístico 4.171º: “Homenajes y recuerdos y olvidos y resentimientos”.
Dicen que vivimos en una sociedad
y país del olvido. Que los nuevos quieren olvidar a los viejos, salvo algunas
excepciones, pero olvidan que con ellos les sucederá lo mismo.
Hablo
de cultura y de Cultura, que creo es, en lo que entiendo un poco, supongo que
en el resto de campos ocurre lo mismo. Otros hablarían no solo de olvidos, sino
de resentimientos, rencores, inquinas, guerras intestinas y demás realidades
negativas.
Creo
sinceramente que Occidente, debido a muchas causas, pero una es que lleva tres
siglos autoflagelándose cultural y moral y metafísicamente. Occidente, el mismo
Occidente lleva tres siglos quitando los pilares de su fundamentación como
civilización. Y, ahora, nos encontramos que una parte importante de la
población, incluidos nosotros, hemos perdido el norte. Ya no sabemos,
ciertamente el norte moral de forma correcta y pausada y razonada y mesurada y
racional… Estamos desnudos, y, no hay nadie que nos lo diga.
Durante
siglos y milenios, hemos hecho el mal, cada uno, en su mal particular, pero al
menos sabíamos que era un mal, y, cuándo hacíamos el bien que era un bien. Pero
ahora hacemos el mal y creemos que es un bien, hacemos un bien y dudamos si es
un mal. La transformación de todos los valores, de los grandes valores, Nietzsche ha vencido. Lamentablemente,
estamos lanzando generaciones a la lucha de y por la vida, desnudos, sin
escudos y sin espadas y sin lanzas morales, que son lo que les pueden permitir
el autocontrol personal y la autoperfección moral. Se ha adueñado del mundo una
especie de enorme soberbia que demuestra un enorme complejo de inferioridad, o
un enorme complejo de inferioridad que demuestra una enorme soberbia y vanidad.
Escápese de este juicio quién lo tenga que hacer…
Podría
continuar con este artículo, sin citar lo siguiente, nadie se daría cuenta,
pero esta columna, me la ha recordado al medio leer, un artículo del maestro
del columnismo, Umbral, FU, que en El
Mundo, el 11 de junio de 1991, titulaba El Resentimiento. En la
cual nos habla que en un homenaje a Cela,
faltaron muchas personas, de las instituciones públicas y privadas.
No
tengo datos, ni información, ni conocimientos si en otros lugares europeos,
existe tanta competitividad cultural como ocurre aquí en esta Celtiberia de
siglos. No puedo saber, si existe más o menos, o tiene otro carácter o tiene
menos. Pero a veces, da la sensación, que desde los ámbitos locales, cuándo
alguien empieza a y en una actividad cultural, parece que enseguida, si notas
que puede ser competencia, empiezan las zancadillas, los grupos y manadas
culturales o estéticas, que parece tienen el mismo fin. Y, otras zarandajas.
Muchos árboles que se siembran, apenas cuándo empiezan las primeras hojas, el
primer tallo verde y pequeño, ya se encargan de que no continúe y se convierta
en madera. Parece que existen sistemas o redes de zancadilleos y zancadillear,
como deporte nacional cultural.
Desde
el principio, personalmente, no quise entrar en esa dinámica y en ese juego
cultural. Y, la única manera, es apartarse porque de todas formas te apartan,
si no entras en las reglas. Existe demasiada propensión a asociarse y a formar
grupos y bandos, para ir en contra de otras banderías. Aunque sean
culturalmente. Existe mucha propensión a no valorar el trabajo de los demás, y,
para eso se utiliza un arma cargada de siglos, el silencio.
Se
repite en provincias y en localidades, lo que se percibe que ocurre a nivel
nacional. Las dagas están abiertas a borbotones. El espectáculo del siglo de
oro, en la literatura, suponemos que también en otras facetas culturales es
enorme. Ha sido ese siglo de oro, en ese sentido un mal ejemplo –unos autores
contra otros, y, todos genialidades-. Pero también, lo encontramos en la
sacrosanta generación del 27, que no hay semana que no oigas alguna reflexión
sobre esa temática y forma y manera y disciplina y estilos…
No
he deseado entrar en las guerras culturales, y, he pagado un precio muy alto.
El precio del silencio y la invisibilidad, de la que tanto hablan ahora.
Invisibilidad y silencio a nivel cultural, al trabajo cultural que he
realizado.
Es
cierto que el mundo cultural ahora ha pasado, en gran parte, al mundo académico
y universitario. Por lo cual, el sello del valor y de la valía, ya no lo dan
solo las tertulias culturales, como durante generaciones, sino la impronta de
los catedráticos universitarios.
Aquí
en España, no solo se necesita producir libros, pongamos este arte, no solo
libros de literatura, ni solo tener un periódico o varios detrás, sino también
un grupo ideológico que apoye directa o indirectamente tu persona y las ideas
que difundes, pero también, un grupo de catedráticos y académicos de la
enseñanza oficial…
Son
muchas condiciones, para tantos cientos y miles de cultivadores del cultivo de
la cultura, que nos movemos en provincias, que solo conocemos al vecino o
vecina, que está como nosotros. Sabiendo, o terminará sabiendo que su
producción cultural, sea buena o mediocre o menos buena, tiene como finalidad
el olvido. Dentro de cien años, solo existirá el olvido, de la obra y del
nombre.
¡Reitero
otra vez, hagan Directorios Virtuales por territorios de distintas áreas de la
cultura y de la Cultura…! ¡Qué menos, darle a cientos de personas, que se han
pasado décadas haciendo fotografías o poemas o novelas o ensayos o artículos o
moda o diseño o…! ¡Qué menos, es solo cuestión de justicia y de equidad y de
sentido común y de racionalidad y de prudencia y de buena moral…! ¡Cuánta
riqueza cultural se pierde y se perderá, aunque sea mediocre…!
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (13-22 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.171º:
“Homenajes y recuerdos y olvidos
y resentimientos”.
E.
22 abril