Artículo Periodístico 4.164º: “La necesidad de la ascética-mística y Valentín Arteaga”.
Todo el mundo se esfuerza para
conseguir una serie de fines y por una serie de motivos, pero hoy hemos
olvidado que se necesita el esforzarse moral y éticamente…
Nada hay en el mundo o casi nada,
que no se tenga uno o varios motivos o causas y que tenga uno o varios fines o
metas o finalidades y que se consiga con uno o varios métodos. Todo o casi todo
en el mundo humano se organiza de ese modo: motivo, medios, fin. Sea aprender a
conducir un vehículo, obtener un trabajo, buscar una novia/o, comprar una casa,
escribir un artículo periodístico.
Pero quizás, los humanos
actuales, en parte o en gran parte o en media parte o en algunas ocasiones o en
muchas ocasiones han olvidado y obviado que “actuar o hacer”, tiene dimensiones
o variables, llamemos instrumentales, que son las que exigen diríamos ese acto
o esa actividad –si uno va a realizar una comida, necesita una serie de
alimentos, objetos, instrumentos, por eso denominamos instrumentales o útiles
instrumentales-, y, otros que son éticos o morales –es decir, se realiza por y
para un bien moral, no solo un bien alimentario-.
Todo acto, tiene una componente o
variable o dimensión o área moral y ética. Conducir un vehículo se dispone de
un instrumento mecánico, y, hay que realizarlo con una serie de reglas y normas
de conducción y de seguridad vial, pero además, realizar esta finalidad o
función exige una moralidad correcta. Olvidar y obviar y no tener en cuenta
esta realidad humana, porque somos animales racionales morales –para muchos
también espirituales o con alma inmortal-. No tener en cuenta la disposición
moral y ética, es como quedarse “paralítico”, pero no paralítico físico, sino
paralítico moral y ético. De todas formas aunque no quieras, siempre existe esa
dimensión ética y moral.
Por lo cual, cada ser humano, una
de sus fines o sus obligaciones, una de las más importantes de y en la
existencia es esa búsqueda de una “ética y moralidad correcta”. Entendemos
ética como el conjunto de conceptos e ideas que buscan cual debe ser la
conducta moral correcta, a nivel teórico. Denominamos moral, las normas y
conceptos e ideas, de una conducta práctica o en la práctica lo más correcta
posible, teniendo en cuenta, circunstancias, situaciones, y, la teoría
anteriormente que hemos indicado.
Y, existe un tercer nivel, que
podríamos denominar “ascética de la ética o ascética de la moral”, en un doble
componente teórico y práctico, que “es cómo una persona se tiene conducir o ser
conductor de su realización moral”. Dicho de otro modo, recordado a Tomás de Aquino, santo y filósofo y
escritor y teólogo, una cosa es saber que tienes que ir del punto A al punto B,
pero desde el punto A al punto B tienes que recorrer un camino largo, saber
cómo tienes que ir, cómo conducirte, como recorrer ese camino, en qué fondas o
ventas o paradas o restaurantes puedes dormir y alimentarte, etc.
Los humanos actuales,
muchos/algunos humanos actuales, hemos perdido muchos de estos tres puntos de
vista o de orientación o de búsqueda o de finalidad. En este recorrido por el
articulismo hispánico y español de la Península Ibérica, este viaje que estamos
haciendo por el columnismo de opinión y personal y literario, que tantos
nombres tiene, me voy fijando también en algunos autores, en algunos artículos
de algunos autores, de estos tres últimos siglos. Y, hoy ha tocado al escritor,
presbítero, poeta de larga trayectoria, articulista notable, pero que yo creo
que por ser precisamente sacerdote, se le han cerrado muchas puertas de forma
injusta en los palacios de la cultura, llamado Valentín Arteaga, de nacimiento la Mancha, de destino, el mundo.
Redactó un artículo titulado: La
Rebelión de los Místicos, que
vio la luz del sol y de la luna, en El Periódico del Común de la Mancha –desconozco
fecha y día y mes y año y hora-, en el cual nos combina y nos mezcla y nos
relata aspectos del corazón humano, porque de qué habla la ascética y de qué la
mística sino del corazón humano.
Hace
unas décadas, tantos pies y cabezas marcharon al Lejano Oriente, para buscar la
meditación y la salvación, no dándose cuenta que a unos miles de metros, miles
o decenas de miles de metros, existía un convento o monasterio, en el cual
desde hace siglos están buscando lo mismo, sin tener que haber ido tan lejos.
Están buscando la interioridad, el estar consigo mismo o el habitarse a sí
mismo o el conocerse a sí mismo, grito y axioma del gran Benito de Nursia, entre otros fines y causas. En esos lugares dónde
se imparte, heredado de siglos ascética y mística y ética y moralidad. Hagamos
una llamada que tanto que usted viaja y tanto que usted está perdido en sí
mismo, vaya a un monasterio durante unos días, que le permiten, y, quizás,
entienda y se entieda mejor en su corazón…
Pero no hay que alejarse miles de
metros, cerca de su casa a unos cientos de metros, existen iglesias o templos
donde puede usted beber de las fuentes y los mares y los lagos y los ríos y los
embalses y los pozos de una moral y ética y ascética que ha sido probada y
limada y comprobada durante siglos.
Quizás, cada mañana oiga el
sonido de sus campanas, quizás perciba la sombra de su torre con campana y con
cruz. Acérquese y aprenda moral y ética y ascética. Acérquese también a leer a Valentín Arteaga, que injustamente,
está un poco/demasiado olvidado en la cultura oficial de nuestro terruño
pentagonal o rectangular… Paz y bien y bondad, paz y bien y bondad que tanto
necesitamos…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (08-22 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.164º:
“La necesidad de la
ascética-mística y Valentín Arteaga”.
E.
22 abril