Artículo Periodístico 4.153º: “Los grandes autores y la moral práctica”.
Existe un problema en las ramas
del saber, es si juzgamos/valoramos solo las producciones culturales de los
autores o también juzgamos hechos positivos/negativos de sus vidas.
Podríamos enfrentarnos a cientos
de autores en todas las disciplinas: ciencias, filosofías, artes, tecnologías,
cultura en general, y, nos encontraríamos que han descubierto, inventado,
diseñado, creado nuevas concepciones del mundo que son para nosotros de una
elevada calidad, que nos han cambiado en mucho o en algo el diseño, las
tecnologías, las ciencias, la filosofía, la cultura, las artes, pero que puede
que en sus vidas, hayan tenido decenas y cientos de buenas palabras, docenas y
cientos de buenos hechos, pero algunas realidades negras, algunas muy negras.
¿Qué hacemos con esta cuestión?
¿Me temo que nadie sabe la solución? Personalmente, me fijo en sus
contribuciones positivas, sea en palabras, sea en hechos, sea en sus
producciones culturales, y, esos espectáculos negros o muy negros o grises los
olvido… pero también soy consciente, que una biografía-vitagrafía-vida no es
solo, no solo está hecha por las contribuciones de esos seres humanos,
masculinos o femeninos en su disciplina cultural o de investigación o de
creación, sino están hechos por las palabras que dicen, las obras que hacen, y,
lo bueno y lo no-bueno… que hacen.
Es cierto que juzgar, sentenciar,
valorar una persona en un acto en sí. Es enormemente complejo. No conocemos
todos los hechos, habría que formar un juicio de alguna manera a esa persona y
a ese acto –y, todo se pierde con el tiempo-. Pero tampoco podemos olvidar
hechos y realidades positivas y negativas. Quizás, de este modo,
comprenderíamos y entenderíamos mejor la naturaleza humana, individual y
colectiva, de las personas normales que no destacan en ningún punto de vista,
-que somos nosotros la mayoría-, pero también de los grandes genios y genialidades
y genias de la humanidad.
Puede que alguien sea un padre
muy trabajador y tenga cien grandes virtudes paralelas, sea una persona normal,
pero después, cae en un error o un defecto enorme, o ha hecho a una persona un
mal grave. Cierto es que para saber lo que ha sucedido habría que oír todas las
partes, no solo algunas. Un juicio debe tener un juez independiente, un fiscal
independiente, y un abogado defensor
independiente, y, un abogado actor independiente... Esto puede suceder también
en las grandes figuras, más como ahora, que hablan de todo y de todos y de
todas las cuestiones…
Suele suceder, seamos sinceros,
si la mancha negra o muy negra de la persona, es de una determinada ideología,
se tapa y se esconde, incluso en las biografías semioficiales, aún más en los
medios de comunicación. Pero si la mancha es de otras ideologías o de otros
bandos, se está recordando a y en cualquier momento… Es decir, tenemos dos
modos de medir y de juzgar la obra y las vidas de los otros, dos tablas de
medir o el símil del embudo, dos metáforas de la sabiduría popular, que quizás,
alguien alguna vez, sea del pueblo o sea de las elites culturales, debió de
inventarla y pasó al mar de los siglos. Solo a unos si se agachan se les ve el
culo y todo lo del culo, y, a los otros, solo las rodillas, aunque enseñen más.
Esta es la cuestión y este es un
problema grave. Debemos al juzgar la obra de un ser humano, sea del pueblo o
sea de la cultura o sea de la política o sea de cualquier saber, sea un
especialista o sea un Nobel o sea un plebeyo, como el que escribe este
artículo, hay que valorar no solo sus hechos buenos y sus palabras buenas y sus
gestos buenos, sino también los grises y los negros… ¿Pero cómo y cuánto y
hasta cuánto y en qué temas y cómo se le pregunta al interesado o al actor…?
Pero nos enfrentamos al problema
de siempre, todos los días lo estamos viendo en la sociedad, a personas se les
juzga mal, sin oír su opinión, lo que ellos tienen que decir. Demasiadas veces,
nos encontramos en la vida diaria y rutinaria, personas que son los malos y las
malas, por un grupo o colectivo, sea lugar de trabajo, sea familia, sea
vecindades, sea amistades de un tipo o de otro, pero nunca se les pregunta a
ellos o a ellas. Y, quizás, son las personas que llevan la razón, la verdad, la
bondad y el bien. Que solo se han defendido y mal, y, los malos y los agresores
son los otros, y, encima pasan a ser los buenos... Pues esto también puede
suceder en el mundo de la cultura, creación, invención, del saber, de las
ciencias, de la filosofía, de las artes, de la literatura, del periodismo…
Estamos acostumbrados, que a unos
se les eleva por encima de las nubes, a otros, se les van poniendo zancadillas.
A unos, no sabemos porqué y por qué y en qué y cómo se les cierran todas las
puertas, y, si han llegado a una altura, se van buscando que se vayan
olvidando. A otros, se les elevan a los rascacielos de las glorias. A unos, si
tienen alguna mancha, se les está recordando todos los días, a otros, si tienen
mares de negruras se olvidan o se intentan buscar razones para el olvido, o se
les echan colores encima, para que se desnuble los negros.
Así, es la vida, así es también
la vida de y en la cultura. Podríamos poner cientos de nombres y colores y
firmas. Hágalo usted, haga usted ese ejercicio si desea y si es capaz. Pero si
lo hace, que sean de todos los colores y bandos y manadas, del presente y del
pasado… Paz y bien y equidad…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (03-15 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.153º:
“Los grandes autores y la moral
práctica”.
E.
15 abril