Artículo Periodístico 4.159º: “¿Qué saben y qué deben saber de nosotros y Arrabal?”.
Un
enorme tema conflictivo más desde los acontecimientos de hace unos lustros, qué
deben saber de nosotros, y, cómo se debe utilizar esa información.
El
genial Arrabal, que aquí en estos
lares y en estos pagos se olvida, es como el Guadiana, que amanece y desaparece
de vez en cuando. Nos hemos acostumbrado, como modestos comentaristas que somos
de la rex pública, porque eso es lo que es un articulista, como la Flora de tal pueblo y de tal calle,
o de la Flora y la Ramona que se
ponen de acuerdo para salir a la calle, a la misma hora y minuto, para limpiar
y barrer su trozo de acera, y, ya, se acercan las dos o tres vecinas o cuatro,
y comentan realidades del pueblo. Después, por la tarde, quizás exista otra
sesión.
El
Arrabal, que estimo debería tener un
museo-fundación aquí en nuestro terruño, antes que sus ojos se cierren. El Arrabal del arrabal exiliado en Paris,
en cierto modo, que como toda persona-personaje no estamos de acuerdo en todo
lo que dijeron e hicieron, pero si solo comentase a quiénes están de acuerdo,
no podría escribir un párrafo, ni siquiera de mi mismo, porque voy
evolucionando y cambiando, porque la cabeza es semiredonda, como nos diría Savater, y, está para darle vuelta a
las ideas.
Bueno
el maestro de las letras, Arrabal,
que por cierto, ahora que tanto se habla de las altas capacidades, ya le dieron
un premio a los diez años, hacia 1942, por ser un superdotado en un concurso de
esa materia, y, era en plena guerra mundial, con lo cual, un día, supongo que
los historiadores, de verdad, escriban la historia más real de la realidad.
Decíamos
que el gran Arrabal, Fernando, que
no lo hemos dicho, redactó un texto, que estimo es un artículo periodístico,
por tanto, nos abre un género, una categoría o un paradigma, titulado: ¿Por
qué Mitterrand pinchó mi teléfono? No puedo indicar, cuándo y cómo lo
publicó originalmente, lo he encontrado y hallado y bien hallado en una
antología de textos-escritos cortos del genial y estrambótico y pánico y surrealista
Arrabal, al final, el movimiento
pánico de las artes, es una derivación del surrealismo, se podría autotitular
neosurrealismo.
Y,
dentro del texto cita que el señor Presidente de la República Francesa de
aquella época, oía en su despacho, le llevaban trozos de conversaciones de
multitud de entidades francesas, de todo tipo y de toda ideología. Debo
confesar que no acabo de creerme esa información o noticia o dato o argumento
que cita el señor Arrabal, porque no creo que el señor Mitterrand tuviese tiempo de todo ello, más disponiendo, según
dicen las malas lenguas de dos familias que cuidar al mismo tiempo, y, al final
tener que gestionar un país con armamento nuclear, y con dedos y manos que
llegaban entonces y ahora, a muchos lugares de este planeta.
Cierto
es, que pienso que en cierto grado, instancias y entidades inferiores al
presidente, si tienen o tengan que hacer o realizar ese trabajo o esa
información. Y, aquí, se debate el tema del “realismo político”, como corriente
de sociopolítica y teoría política y teoría del Estado –más en una guerra fría
bastante caliente en aquella época-, y, aquella moralidad y eticidad y ética
estricta del bien individual y del bien personal, que es intransferible y que
los demás, ni la sociedad y el Estado deben inmiscuirse… Es un debate eterno.
Pero
siempre recuerdo, el hecho o dato, que supongo es cierto, que llegó a España en
el siglo diecisiete, a la Inquisición
Española, informes de un tal Baruch
de Spinoza, que entonces, además de creador de vidrios-cristales ópticos de
alto nivel, además de disponer de una pequeña tertulia, además de haber tenido
problemas con su comunidad de origen, y, además de haber sufrido un atentado
por parte de sus mismos correligionarios, además de todo ello, solo había
publicado un librito o un libro, todo sus escritos estaban en secreto de su
grupo, se entiende de amigos y discípulos. O, dicho de otro modo, Spinoza en aquel tiempo, no lo que
después se convirtió cuándo publicaron sus amigos y amistades sus obras
completas, después de fallecer. Entonces Spinoza
no era nadie o casi nadie, en Europa. Y, ya, si es cierto, ya tenían informes
sobre esta persona.
Si
lo anterior es cierto, debemos aceptar, que la realidad de la política real es
la que es. Y, que la diferencia es que sociedades y Estados democráticos, se
informarán, la esperanza, de todo lo que puedan y quieran, pero no la
utilizarán contra las personas concretas de carne y sangre. Que será una
información preventiva. Se decía, hace unas décadas que los sistemas de información
e inteligencia de todos los países de Europa, disponían de un aparato que
podría seguir las conversaciones de mil teléfonos al mismo tiempo. No sé si es
cierto o no lo es.
Pero
evidentemente, desde ciertos acontecimientos que sucedieron hace unos lustros,
que se cayeron dos torres y otras más pequeñas, el mundo cambió. Y, ya desde
entonces, suponemos que las entidades que tienen que ocuparse de estos temas,
para que no vuelva a suceder lo mismo o algo parecido, teniendo en cuenta la
tecnología actual, pues deben rastrear no mil, sino decenas de miles de
teléfonos, decenas de miles de noticias y de informaciones y de datos y de
comunicaciones… Porque como siempre es necesario que no vuelva a ocurrir esa
salvajada, que no existen palabras para ponerle nombre.
Por
tanto, si desean saber sobre mi, modesto articulista, les doy permiso, ahora
sí, jamás utilicen la información que obtengan de mí para ir en contra de mí,
cuándo yo, yo no soy un peligro ni para la sociedad, ni para ninguna ideología,
ni para ningún Estado, y, yo, me esfuerzo en seguir la moral tradicional de siglos, y las leyes de
mi sociedad. Si ese es el precio que tengo que pagar, yo y todos, para que no
se hundan dos torres o algo semejante, es un precio que tendremos que pagar,
desgraciadamente… ¡Es el sacrificio al dios de la época que tenemos que pagar…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (05-15 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.159º:
“¿Qué saben y qué deben saber de nosotros y Arrabal?”.
E.
15 abril