Artículo 5.038º: “805 incendios forestales y Unamuno”.
805 es el número de incendios
forestales acumulados en España hasta principios de agosto, 6.811 desde el año
2016 –datos de Internet-.
Como toda realidad se puede
abordar desde mil puntos de vista. No puedo negar que mi perspectiva es como
erradicar esta plaga socionatural. Creo, siempre he pensado que el ser humano
tiene enormes capacidades para hacer el bien, y, también para hacer el mal. Y,
también creo que hace más bien que mal, quede claro… ¿Pero cómo solucionamos el
problema de los incendios…?
Como tanto me gustan los datos,
porque creo que es una manera de entrar en una realidad sea la que sea. Los
datos por sí, nos abren muchas puertas. Al final, de los cinco o seis pasos del
método científico, el llamado de la Escuela de Padua-Galileo, el
inductivo-deductivo, uno es la
matematización de una cuestión. Creo que el mundo avanzaría mucho si
matematizasemos, aunque sea aproximadamente todas las realidades. Me pregunto
cuántos incendios hay en España, tanto forestales o en el ámbito de la
ciudad-casas-empresas –dato que se conocerá, por los Seguros, las empresas de
Seguros-, cuántos en Europa, cuántos en el mundo…
Estimo y creo que si los seres
humanos se proponen reducir esta realidad, que trae sufrimientos, muertes,
angustias, pérdida de bienes materiales, pérdida de animales, cambios
climáticos, y, todo las consecuencias de estos males. Creo que podríamos
plantearnos a nivel de cada sociedad o Estado, de cada continente y del mundo
como reducir esta realidad, cuándo no se hace por la voluntad racional y moral
del ser humano –ya saben que algunos incendios se provocan en la naturaleza por
el ser humano, para evitar otros males, pero de estos no estamos hablando-.
Existen dos categorías de
incendios: los provocados por la naturaleza, rayos por ejemplo. O, la segunda
provocados por el ser humano, aquí dos subcategorías o grupos: los realizados
adrede para hacer un mal o con algún fin, y, en la segunda subversión, por
descuidos de los seres humanos, por errores humanos…
No he entrado en tocar este tema
solo por la actualidad, de los incendios que están apareciendo, en estos tres
meses, de junio, julio y agosto, que como siempre el calor como cuchillos se
nos mete en las células de la carne y del cerebro. Sino también porque me he
encontrado con un artículo del maestro Unamuno, Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936), publicado en Las
Noticias de Barcelona, con fecha del 20 de agosto de 1900, titulado: El
incendio de la Torre, que nos habla que paseando por Salamanca percibió como salía humo de
una de las torres de la Catedral de Salamanca.
No sé, si todavía en la
conciencia popular del pueblo de Salamanca
se acuerdan de ese incendio. No sé las consecuencias pero nos recuerda otro,
acontecido hace pocos años, en Notre Dame de Paris, que toda Europa
se encogió las vértebras de tristeza y de pesadumbre. Porque suponemos que han
existido miles, decenas de miles de incendios en catedrales e iglesias en todos
los siglos que han existido los humanos haciendo estas realidades materiales y
espirituales y culturales.
Unos incendios habrán sido por la
Naturaleza, antes del pararrayos como dedos del
Zeus de la Naturaleza, otros habrán sido por guerras y
conflictos, otras adrede por mil razones, quizás por las velas de las mismos
templos religiosos, -no sé, si usted ha vivido o visto o ha nacido antes de
esta realidad de las velas, se podría dividir el cristianismo histórico y
popular del siglo veinte, no solo por el famoso Concilio Vaticano II,
sino desde que se erradicaron las velas de cera y de fuego y de lumbre, y, se
fueron transformando por velas eléctricas, por cierto, dicen que la primera
iglesia en España que se instaló este artilugio, fue en la Parroquia de la Virgen de Gracia
de Puertollano-.
Ya hace unos meses, no sé si
algún año o años, redacté un artículo o dos, en distintos tiempos, indicando
algunas ideas, para intentar reducir el número de incendios forestales, porque
hubo hace unos veranos, no recuerdo bien, que hasta el expresidentes de
gobierno, señor Felipe González,
planteó/sugirió la razón o raíz o causa de estos incendios, porque hubo muchos,
y, si existían razones inconfesables de parte de muchos de ellos… Como se suele
decir en la calle, parece que nuestra sociedad y país, además de las fiebres
que tenemos por nosotros mismos, no sabemos si desde fuera nos producen también
fiebres y calentamientos y desequilibrios, o al menos, al menos los intentan.
En fin, esta pregunta está ya en la calle…
Ya he voceado como vocero,
utilizando este término de los latinoamericanos, ya he indicado la necesidad de
unas Obras Completas actualizadas de Unamuno,
y, dónde se inserten, también los famosos géneros menores. Que yo creo que ya
no lo son tanto, los artículos, los aforismos, los microrelatos si es que
produjo, las cartas, las conferencias, los guiones de sus clases, etc.
A mitad de verano, cuando este
conjunto de hormigas de palabras se están juntando en un papel electrónico,
esperamos y deseamos que este año no abunden muchos los incendios. Pero si de
verdad quieren erradicarlos o reducirlos, la prensa y los medios de
comunicación hagan el siguiente experimento social: Creen una especie de
sección, recibiendo las soluciones que el pueblo se le ocurren, y,
publíquenlas. Ya verán como surgen nuevas respuestas y algunas de ellas, aunque
sea una de cada diez, los expertos pueden perfeccionarlas…
Espero que ya pronto se va a
celebrar el centenario del fallecimiento de Unamuno, faltan once años, espero estén preparando Homenajes y
Recuerdos y Congresos y Exposiciones en su recuerdo y su nombre… Quizás,
mirando atrás, hace un siglo seamos capaces de percibir mejor el presente, cosa
que tanto necesitamos. Paz y bien y verdad.
https://www.youtube.com/channel/UCP1qKD3iC1dhkOschAftOAQ © jmm caminero (07 agosto 2025 cr).
Fin
artículo 5.038º: “805 incendios forestales y Unamuno”.
E.
17 agosto