Artículo 5.049º: “Usted botijero, ceramista… 1.200 fábricas de cerámica…”.
Te encuentras con una persona que
se dedica a realizar botijos, platos, pucheros de barro, ahora se les denomina
ceramistas. Desde que la revolución industrial ocupase ese oficio…
Durante siglos, milenios desde
que se descubrió la cerámica o cocer el barro, desde el Neolítico o una de sus
fases o etapas, cientos de miles, quizás millones de personas, millones de
familias hayan vivido a lo largo de su vida haciendo botijos, cántaros, platos…
y, después decorándolas en mayor o menor grado… pero vino la Revolución
Industrial, y, en una de sus fases, devino la revolución del petróleo,
y, de los productos derivados del petróleo, se inventaron los plásticos. Y, los
plásticos y otros artilugios de materiales, quitaron a la cerámica y a los
ceramistas de la industria. Los llevaron a ser un oficio que todo el mundo
tenía que comprar cacharros de barro, a solo convertirlos en objetos de
cerámica artística, en mayor o menor grado, de loza artística y estética para
usos especiales, fiestas especiales y específicas…
Según Internet existen en España 1.200 fábricas de cerámica. Supongo que
el ceramista que está solo o en soledad, hombre o mujer, que realiza cerámica
artística que se llama “autónomo”, no entra en este grupo. Quizás, en este
sector y cifra sean fábricas con varios empleados, que hagan cerámica popular o
artística o estética pero en mayor o menor grado industrialmente, aunque
construyan distintos diseños, formas y materiales y adornos con alto nivel
estético y de belleza…
Diríamos que existen dos tipos de
oficios y de profesiones, sintetizando mucho, aquellas que “tienen un nivel
industrial”, son industrias aunque sean pequeñas, y, la actividad humana, que
se realizan por una persona, individualmente, y, que pueden vender mucho o
poco, hacer mucho o poco, pero que apenas tienen influencia en el mercado
global… Un ceramista, o alfarero como durante siglos o milenios se le ha
llamado, un alfarero de hoy, puede hacer unos cientos de cacharros al mes,
incluso puede ser “autónomo” a nivel industrial y fiscal, pero su influencia es
limitada, puede ser de un alto nivel estético y artístico.
Pero en cambio una pequeña
industria de alfarería, de las pocas que van quedando, que tenga una nave
industrial importante, y, aunque solo tenga cuatro o cinco empleados, sus
hornos y sus decoradores pueden realizar miles de piezas al mes, y,
distribuirlas incluso por el planeta. No pongamos en este artículo nombres de
marcas, que todas las casaderas y sus madres procuran lleven una vajilla de
esas grandes o medianas marcas y diseños y estéticas… en todo hay categorías y
niveles y precios…
Pero estamos hablando de ese
alfarero o ceramista, que han podido heredar el oficio de su padre y de su
abuelo y de su bisabuelo, que medio vive o vive a medias con un negocio que a
él, o a ella, también hay mujeres, lucha para pelear y contrapelear en la vida.
Ese pequeño o alto o grande o mediano alfarero o alfarera que está sólo y en
soledad frente al peligro. Éste puede ser el símbolo de multitud de oficios y
profesiones, que durante siglos, tuvieron una gran presencia en la realidad
humana, sociohumana, y, después, ahora han ido quedándose en un rincón de la
historia. Oficios que se celebran a solas, casi. Cuántos millones de pequeñas
tiendas han cerrado en estos últimos cincuenta años en Occidente, en Europa,
cuántos millones de tenderos de todos los productos se han quedado en el
silencio del no-trabajo…
Hablamos del ceramista y del
alfarero como realidad, pero también como símbolo. Algunos quedan, algunos
seguirán quedando, luchando como el último mohicano… sucede también en los
escritores. Uno, uno de mil triunfa, pero el resto malviven de la escritura, o,
simplemente no viven, viven de otros oficios, y, después varias horas al día la
dedican a la escritura o a la pintura o a la composición musical… me dicen un
día ya lejano, el la comida y en la alta comida sucede lo mismo, a unos cientos
les otorgan las medallas, pero cientos, medio viven en sus restaurantes y
tascar y bares con comidas populares o imitando la alta cocina…
En todos los oficios sucede lo
mismo, la historia va cambiando los gustos y las fabricaciones. Hubo un tiempo,
que había millones de alfareros en el mundo, después se redujeron con la
industria de la cerámica y semejantes, por la competencia de otros materiales
aplicados a esta finalidad, el vidrio, el plástico, las combinaciones de aceros
para guisar, etc. Después vendrá que artilugios informáticos, ocuparán los
puestos de los humanos en las fábricas… y, quién sabe lo que vendrá después de
después…
Hoy, hablamos de los ceramistas y
de los alfareros. En casi todas las comarcas de este terruño ibérico, existe un
museo etnológico, donde se exponen, todos los utensilios de todos los
materiales y para distintas faenas que durante siglos, fue la base de la vida,
de la vida rural. Exponemos en museos, cientos de materiales con distintas
finalidades, desde correas para caballerizas, hasta cuchillos de hierro, hasta
cacharos de barro, de antiguos alfareros.
Hoy, hoy recordamos a todos los
oficios del pasado, a todos los que hacían esos oficios, que fueron barridos
por alguna de las oleadas de la revolución industrial. No hablamos mal de la
revolución industrial, porque sin ella, quizás usted, ni yo viviríamos, ni
respiraríamos… Paz y bien.
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (12 agosto 2025 cr).
Fin artículo 5.049º:
“Usted botijero, ceramista… 1.200
fábricas de cerámica…”.
E.
24 agosto