Artículo Periodístico 3.926º: “Gastrococido de Lalín y, III”.
Dicen
los maestros antiguos de la literatura y de la filosofía que la vida está llena
de paradojas. Una es ésta, que el humilde cocido esté haciendo a un pueblo
conocido mundialmente.
Los humanos nos movemos en varios
mundos o en varias dimensiones, según distintos pensadores o filósofos: uno, es
el mundo natural o material o de la naturaleza, otro sería el mundo humano, que
en parte es naturaleza y en parte es libertad o indeterminación; otros hablan
que nos movemos en otra esfera, el de la sociedad, que va muy unido al mundo de
la cultura o cultural, -entendiendo por cultura, los modos de hacer y obrar y
de pensar y de sentir y de hablar o de no hacer o no hablar…-, y, por último,
un mundo metafísico o religioso o espiritual –sin entrar en la complejidad de
estos términos y vocablos y conceptos-.
¿Qué suele suceder, como no somos
una cosa, sino una unidad indivisible y substancial, como nos diría el viejo
maestro Aristóteles…? ¿Pues que todo
lo que hacemos o decimos o hablamos está conformado por variables de las
distintas dimensiones…?
El cocido y el cocido de Lalín,
es una realidad tomada de la naturaleza, como garbanzos y el cerdo, pero es a
la vez, una realidad social y cultural, el cerdo está domesticado, los
garbanzos también. Todo tiene una interpretación cultural. Es una interrelación
con el ser humano, el cocido es un sistema de captación de energía para poder
vivir y sobrevivir. Pero es también, una entidad social, una fiesta. Es una
forma de economía, el fin principal y primero, que se constituyó esta fiesta.
Y, también tiene componentes metafísicos o religiosos o espirituales –en las
religiones monoteístas occidentales, el cerdo ha sido objeto de prohibición o
de aceptación…, pero eso ya lo explicaremos en otra ocasión-.
Los teóricos de la gastronomía
abordan dicha realidad humana y social. Todos los animales necesitan captar
energía para vivir y sobrevivir, nosotros también. Energía en forma de
alimentos, energía en forma de radiación calórica. Energía en forma líquida o
de agua. Todos los gastrónomos teóricos abordan dicha realidad desde muchos
puntos de vista, unos más técnicos fijándose en las recetas y modos cocinar y
todo lo que lleva consigo. Otros más en la salud y la relación de la alimentación
con estos aspectos. Aquellos más en aspectos sociales o culturales o económicos
o políticos…
Lo que toca el ser humano, lo
hace inmenso, podríamos indicar. Una inmensidad en sí, toda realidad es
inmensa, los humanos lo convertimos en más inmensidad, es nuestra capacidad de
entrar en los entes y hacerlos enigmas y misterios, y, entrar en los enigmas y
misterios y convertirlos en entes reales.
Dirán ustedes, que no comprenden
la frase. Pero en todos estos artículos sobre gastronomía, es necesario dedicar
uno, a insertar algo más de filosofía y algo más de metafísica, no solo
aspectos sociales, culturales, religiosos, económicos, gastronómicos en sí.
Sino que como realidad en sí, la comida es compleja, tiene muchas dimensiones.
Aquí, en estas palabras hay ecos de Heidegger
y de otros pensadores que han pasado por este planeta. Ya, ya he indicado la
necesidad de que se realice un Congreso de Gastronomía y Filosofía –quizás,
ustedes los habitantes de Lalín podría invitar a la Universidad de Santiago,
que sus catedráticos les preparasen un Congreso de Filosofía y Gastronomía, o
de Cultura y Gastronomía, o de Literatura y Gastronomía, o de Arte y
Gastronomía, o de todo a la vez, según años…-.
La humanidad, en todas las épocas
y tiempos y culturas y sociedades, ha estado siempre con y bajo la espada de Damocles y de Alejandro Magno
y de Aníbal y de César y de Napoleón, la espada del hambre. Siempre la
sociedad, cada familia, cada individuo e individua ha luchado para sobrevivir y
vivir con los suficientes alimentos en cada día. Hasta el Padre Nuestro lo
cita. Cierto que existen otras necesidades humanas, lo que los psicólogos
hablan de necesidades primarias y secundarias y terciarias…-.
Incluso escribir textos, son
formas de intentar satisfacer la necesidades alimentarias. Unos, intentan vivir
pescando peces, otros sembrando patatas, aquellos dirigiendo el tráfico, otros
vendiendo o fabricando hilos, algunos redactando textos de palabras… Todos los
humanos, hacemos cosas, por diversos motivos y razones y causas, pero uno,
potencialmente, siempre es intentar vivir y sobrevivir, obtener energía para
alimentarnos. Energía que puede ser en forma de dinero, y, después cambiarlo
por alimentos…
Este año organizar el Cocido de
Lalín mayor, que bata un record Guinness al cocido más grandes del mundo, si
puede ser de todas las galaxias..
El cocido y el cocido de Lalín,
puede ser el símbolo y la metáfora de la realidad humana. En un modesto y
simple combinado de varios ingredientes, de vegetales y minerales y animales,
los humanos somos capaces de no solo sobrevivir, sino de intentar interpretar
el mundo. De interpretarnos en el mundo. Al final, vamos dejando a los que
vienen la receta de la vida. Y, ésta es siempre la misma, intentar vivir con
honestidad y dignidad. Tener lo suficiente, en los aspectos esenciales de la
vida, para vivir y existir con dignidad y honestidad. Seguir y poder seguir
siendo y estando, en este ovoide de planeta, que llamamos Tierra, los años o
docenas de años que podamos.
El cocido y el cocido de Lalín,
es una pequeña pieza, que nos puede ayudar a vivir y existir en este mundo. El
cocido de Lalín en su humildad y en su modestia, es una razón, pequeña razón,
un pequeño motivo para seguir viviendo y existiendo en este mundo, un motivo
para seguir mirando al mundo con una sonrisa y con una esperanza. Paz y bien.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (30 noviembre-04 dic. 2023 cr).
Fin artículo 3.926º:
“Gastrococido de Lalín y, III”.
E.
04 diciembre