Artículo Periodístico 3.916º: “Me dicen: no cites a otros articulistas”.
Me
indican, sugieren, dicen no cites a otros articulistas, ni otras columnas
periodísticas concretas a no ser que sea como una excepción…
No lo hagas, porque para muchos,
es una mostración y demostración de no conocimiento de la realidad, del oficio,
de la riqueza cultural que dispones, de la cantidad temática que tus ojos y
cerebro y sensibilidad es capaz de realizar.
Si citas artículos antiguos o
articulistas, que ya, la sombra del sol no les produce frío, ni calor, porque
fueron al sitio “donde están los más”, como decían los antiguos, pues parece,
que no tienes inspiración o creatividad. Si citas a los presentes, pueden ofenderse,
porque creen que no has entendido su artículo, o eres como un ser parasitario,
o, temen que lo hagas mejor que ellos o ellas…
Tú, sé que piensan, debes hacer
como todos, tomar ideas o temas o conceptos o preguntas u observaciones o
argumentos de unos y de otros. Como todos hacen o hacemos. Además de la
realidad o actualidad. Pero salvo excepciones, no los citas. No expreses que lo
haces para homenaje, para esa necesidad académica de citas y un mar de citas.
Por mil razones, de buena voluntad. No, porque de cualquier tema, se han hecho
ya cientos o miles de artículos, a lo largo de dos siglos, posiblemente más…
Cambian nombres de personajes de
la historia, pero la materia esencial, es semejante, un nuevo gobierno, un
nuevo partido de futbol, un nuevo libro… Todo cambia y nada cambia. Diríamos
que se modifican los personajes con sus nombres, que van entrando en la escena
del drama y de la comedia y de la alegría y de la felicidad de la vida…
Tú, coge una frase o una idea o
un hecho que se narra hoy o ayer o hace diez o cien años. De ese hecho realiza
una nueva escultura de palabras, que llamamos columna o artículo. Mézclalo con
algo de la realidad del presente, y, envíalo como si fuese una paloma nueva.
Haz esto, como todos hacen. Y, tendrás más éxito, parecerás más original y más
creativo, parecerás más innovador. Y, algo de nuevo y de creación tiene. Algo,
pero las explicaciones del universo físico van cambiando muy poco a poco.
Esperamos ya un siglo la “teoría del todo” que nos explique el universo material,
y, no somos los humanos capaces de encontrar la solución…
Puede ser que lleves redactando
miles de artículos, más de cinco o diez mil, de llevar una vida en este oficio.
Ya sabes, que se olvidarán, que la inmensa mayoría de ellos, sean electrónicos
o sea en papel, sirvan para conservar aceitunas o tapar el bocadillo, o, estén
en el inmenso océano de estrellas de Internet. Pues se olvidarán.
O, puede ser, que pienses que
intentas hacer obras maestras, pequeñas piezas, como pequeños poemas, que tienen
voluntad, que sean leídos, dentro de diez o cincuenta o cien años… Quieres, que
sean piezas, como relojes de orfebrería y de platino, que pueda servir a un
corazón humano dentro de cien años…
Aunque ahora te salta la duda,
que dentro de nada, alguien le dirá a un programa de IA, más avanzado, escribe
cien artículos sobre el paraguas o el botijo o las castañeras, cada uno de
quinientas o mil palabras. Y, ese sistema, te habrá obtenido cien artículos en
una hora o en diez horas… O, le dirás, redacta cien artículos sobre el tema
equis, en distintos estilos o distintas estéticas… Y, le dirás cita a un autor
o a diez. Y, lo hará. O, mil modos posibles que aparecerán…
Mientras tanto, muchos, sí muchos
pensamos, que no sabemos qué sucederá con el oficio de la escritura. Si la IA
tendrá un efecto de competencia tan feroz y tan enorme sobre los humanos de
carne y hueso que escriben. Muchos se preguntan, yo también, qué va a suceder
con el ser humano, al menos este que conocemos de carne y hueso…
No digo, que todo lo que la IA,
crea o pueda hacer, sea negativo o malo. No, porque abrirá nuevos horizontes…
Podrás indicarle, que realice diccionarios de literatura, de filosofía, de
pensamiento, de teología, de física, de matemáticas, de música…
Alguien, le podrá decir, a un
sistema de IA que puedan adquirir, alguien le podrá decir, “¿Desarróllame,
porqué en mi cultura no podemos degustar aceitunas…, qué base conceptuales
tiene y desde cuándo…?”.
Y, al cabo de una hora o cinco
horas. Ese programa, te habrá enviado diez hojas escritas, o cien hojas
escritas, indicándote, que esa prohibición es, a partir de tal siglo y de
tales autores, que no es una norma
absolutamente necesaria e imprescindible, ni esencial, sino histórica y
circunstancial… Y, entonces, ese día, “el mundo habrá cambiando
definitivamente, hacia el principio de otra era…”.
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (12-28 noviembre 2023 cr).
Fin artículo 3.916º:
“Me dicen: no cites a otros articulistas”.
E.
28 noviembre