Artículo Periodístico 3.968º: “No olvides que somos animales irracionales y racionales…”.
Hay
que intentar que los acontecimientos históricos, sociales, políticos que van a
venir, no te afecten psicológicamente tanto como lo van a hacer.
Bastante que lo harán, de mil
modos o mil maneras, empezando por todos los económicos, sociales, políticos,
culturales, religiosos… pero tienes que refugiarte en tu paz interior. Porque
no solo, tendrás que sufrir por hechos, datos, acontecimientos, ideas, eventos
que ocurrirán, ya están ocurriendo, fuera de ti, sino que los que están dentro
de ti, los que sucederán en los cercanos. Y, todo se hará un popurrí/pupurri y
un combinado en tu mente, tu conciencia, tu sensibilidad, y, te llenarán de más
tristeza y de más angustia y de más pena…
Tendrás, sin negar, ni renegar de
la realidad. No puedes estar de espaldas a ella, de todas formas, te atravesará
las carnes. Pero intentar que te afecte lo menos posible. Vives en un mundo de
seres humanos, que somos, por definición
aristotélica, animales racionales. Tenemos mucho de racionales, pero
tenemos mucho más de animales y de animales irracionales… Creo que la
definición debería ser del hombre “animal irracional y racional”. Animal en
todos sus combinados biológicos y fisiológicos, irracional en todos sus
entramados afectivos, pasionales, instintivos, libidos que a medias controla,
y, racionales, con todo su complejidad de libertad, racionalidad, inteligencia,
creatividad, amor correcto…
Hay que intentar, que lo que está
sucediendo, lo que venga a ocurrir, en multitud de campos, no te afecten
demasiado en tu interioridad, que no te angustien y no te apenen y no te
traumaticen y no te entristezcan más de lo que lo hacen ya. Porque el corazón y
el alma y la carne y los ojos no pueden soportar tanta tristeza y tanta pena y
tanta angustia… como los transcursos de los tiempos, pueden terminar la partida
de ajedrez de los grandes, que están jugando con las piezas que somos nosotros…
En esta irracionalidad de tantas razones y argumentos y causas y fines e
intereses, de tantos que quieren destrozar, más de lo que ya está, esta
realidad humana de esta sociedad, y, de mil entidades e instituciones y
realidades, por fines, diversos, fines de todo tipo…
Da la sensación que no conocen el
corazón humano, que está hecho de grandes colores de todos lo bueno, pero que
puede caer en todos los negros y grises de todos los males. No conocen el
corazón humano. No lo conocen, o, se han olvidado de cómo es, en todo el brillo
de lo bueno, en todo lo negro de lo malo. No saben que somos, ya el viejo
maestro Platón, somos una cuadriga
con dos caballos. Estamos llenos de pasiones, libidos, impulsos, deseos que no
somos capaces de controlar… Olvidamos que padres destrozan a algunos hijos, que
algunos hijos destrozan a los padres –no todos, pero existen-, y, si esto
ocurre, qué puede ocurrir en otros ámbitos…
Que las éticas y morales, sean
filosóficas o religiosas, intentan de algún modo, que los seres humanos, se
autocontrolen y se autoequilibren. No matar la pasión, ni el deseo, ni las
emociones pero encauzarlas de modos correctos, porque siempre son fáciles de
desbocar, siempre hay razones de presente y futuro, temores del presente y del
futuro, siempre hay banderas, que pueden llevar a situaciones límites. Unos,
presionan y presionan, y, otros callan y callan, y siguen presionando y
presionando y presionando, y, los otros, siguen callando y callando y callando,
y, así siempre. Hasta que una mañana, los que están dormidos y callados,
callados y callados años y lustros, se levantan y, ya ocurre siempre la misma
historia. La misma historia de dolor y de temor y de terror y de injusticia
sobre injusticia, angustia sobre angustia, trauma sobre trauma, dolor sobre
dolor…
No conocen al ser humano, que es
animal racional e irracional. Que tiene en unos momentos más de racionalidad
que de irracionalidad, pero la animalidad y la irracionalidad, siempre está
detrás y dentro y al lado y encima y abajo… Siempre está en el interior. No
dejen que salga como volcán y seísmos y terremotos y maremotos, porque siempre
se llevará a demasiada gente y personas con nombre y corazón y alma y sonrisas
e ilusiones. Y, volver otra vez, la misma historia, de rencor y re-rencor, de
traumas y retraumas, de aquello que le sucedió al bisabuelo y a la bisabuela…
Y, otra vez, empezar la historia… la leyenda… otra vez, la misma película con
distintos colores de banderas…
Tienes que refugiarte en la paz
de tu corazón. No puedes poner solución a lo que vaya a ocurrir. Ya has
predicado con miles de palabras, durante decenas de años. Pero la curva se ha
ido cayendo y temblando y decayendo. Año tras año, se ha ido nublando el
futuro. Ese temor, que en tu corazón arrastrabas desde hace décadas, no ahora.
Porque veías venir, lo que vendría, porque escuchabas los corazones de muchos.
Pues ya parece, que estamos en el acto final… Por tanto, ya tienes que
refugiarte en tu rincón, y, esperar no te toque el zarpazo de algún oso
ideológico y de algún color.
Ya, tienes que meterte en tu
madriguera, y, que los acontecimientos que vayan viniendo, no sea un dolor más
al dolor ya acumulado de décadas. Ya, se está exponiendo la película y el
teatro que sabías iba a venir, porque se han hecho demasiadas cosas mal. Porque
demasiados seres humanos han olvidado una moral mínima tradicional, porque se
han desbocado los corazones y las pasiones. Y, demasiados hombres han olvidado,
en un rincón bajo diez llaves al Buen Dios. Y, todo el teatro se está
preparando para las escenas finales…
Tienes que refugiarte, para que
tanto dolor te vaya afectando lo menos posible… Los que han movido las piezas,
que como siempre se marcharán, y te dejarán a ti, con la animalidad tuya y de
los otros, a soportar el sufrimiento de la animalidad irracional tuya y de los
otros… ¡Y, siempre la misma historia…! Paz y paz y paz y bien…
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (19 nov.-25 dic. 2023 cr).
Fin artículo 3.968º:
“No olvides que somos animales irracionales y racionales…”.
E.
25 dic.