Artículo Periodístico 3.966º: “¿Personas que no saben hablar, pero saben pensar?”.
¿Pueden
existir personas que les cueste mucho hablar, precisar el lenguaje oral natural
a los asuntos, pero que tengan una capacidad alta de pensar, analizar,
argumentar…?
En un mundo que dicen que las
personas que disponen de mucha capacidad de hablar o de lenguaje o lingüística
se les abre muchas posibilidades en el mundo social, cultural, económico,
político, incluso afectivo o sentimental. La pregunta o cuestión es saber, si
puede que existan personas, que si tienen capacidad de hablar, de forma normal
y rutinaria, pero les puede costar mucho, y, en cambio tengan un alto nivel de
análisis de la realidad, de hechos, datos, argumentos, interrelaciones,
conceptos, e ideas… en definitiva, de razonar, pensar, analizar, argumentar,
contrastar tesis y datos y conceptos y hechos…
Puede que existan personas, que a
la hora de hablar, tengan que traducir de alguna manera, un lenguaje o visión o
perspectiva de dicho tema o cuestión que es más bien una intuición, que es o
tiene mucho de imágenes mentales o conceptuales, tenga que pasarlo a lenguaje
oral natural, y, en ese cambio de lenguajes, por expresarlo de alguna manera,
tenga que dedicar un tiempo. Por tanto, no son tan rápidos como otras personas,
que quizás, no tengan que hacer esa traducción desde un “lenguaje intuitivo
visual” en un tema, a un “lenguaje oral natural”.
Pero también, además de lo
anterior, dicho de forma muy bosquejada y abocetada, y, que la psicología,
tienen que enseñarnos si es verdad, y, en qué grado de verdad son y existen.
Además, tiene que seleccionar entre varias posibilidades que en su mente se han
formado. Tiene que dedicar un tiempo, a cual de esas posibilidades es la más
justa y adecuada y racional y verídica y verosímil y verdadera. Con lo cual, la
respuesta se retrasa, en el tiempo. Y, en un lenguaje oral natural, que las
conversaciones van más deprisa, el interlocutor, quizás no le permita, o no
quiera esperar, o entra en otro tema o en otra cuestión… Porque ese “enunciado
conceptual mental intuitivo” tiene que contrastarlo con toda la memoria de
datos y hechos y conceptos y saberes, sobre ese tema o cuestión sabe o conoce,
para dilucidar cual de las posibilidades es verdad o tiene más verdad…
Pero además, tiene que dilucidar,
si de las dos o tres soluciones mentales que se le han ocurrido, no solo cual
es la verdadera o más verdadera, y, tiene que hacer un análisis rápido de la
cuestión y mental. Sino cual es más bondadosa o es bondad, es verdad-bondad.
Que aunque sea verídica, verdadera es también buena, buena en los sentidos
instrumentales del término, buena útil, y buena moral y ética.
Porque una respuesta o solución
puede ser verdadera, o le parezca al dialogante verdadera, pero no le parezca
útil o buena como instrumento, o no le parezca buen como moral, porque aunque
sea verdadera o crea que lo es, dicha respuesta, no le parece bondadosa
decirla, en esa conversación, por mil motivos, porque habla de otras personas,
que no quier rozar la fama de nadie y el honor de nadie, por prudencia de la
bondad o prudencia moral, porque no todo lo que se sabe es verdad, se debe
decir, porque no quier hacer daño a otras personas, o, incluso al propio
interlocutor. Porque no quiere que se sienta inferior, porque en definitiva, ha
indicado una cosa sin substancia, y no se le puede demostrar al otro, que está
en el error y equivocado totalmente. Con lo cual, debe dedicar otro tiempo, a
dilucidar esta cuestión…
Cuándo se ponga a responder, lo
que crea conveniente, en el mundo o barullo de la conversación, si es de dos
personas, ya han pasado a otro tema, si es de tres o cuatro intervinientes, ya
habrá como la corriente continúa, haber tocado y rozado una variedad de temas
distintos. Y, dicha persona, quizás, solo haya expresado la mitad de una frase
o idea o concepto o enunciado, porque en el lenguaje oral natural, las personas
se cortan los diálogos, las conversaciones, los argumentos, los datos…
Y, al final, cuándo quiera
intervenir, quizás, ya se esté hablando de otro tema… cuando en una
conversación de un tiempo suficiente, ya se hayan hablado de dos o tres o cinco
temas, insertando en medio, risas o chistes, o comentarios sin importancia
sobre mil cosas, o, preguntas sobre la salud y la situación de hijos o
biznietos o como están de los achaques los bisabuelos, o lo que le ha pasado al
perro que tuvieron que operarlo el otro día, y, también, algunas notas sobre la
situación económica, o, el tema eterno de la política, etc.
Al final, esa persona que tiene
más capacidad, si es que existe dicha realidad, de pensar y analizar, que de
hablar, quizás apenas haya dicho nada o casi nada. Queda como tímida, siendo o
no siéndolo, pero es que el lenguaje oral natural, para esa persona tiene muchas
limitaciones, por las anteriores razones y por otras, que en un artículo de
ochocientas palabras, no se puede indicar tampoco…
¿…? ¡…!
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (11-25 dic. 2023 cr).
Fin artículo 3.966º:
“¿Personas que no saben hablar, pero saben pensar?”.
E.
25 dic.