Artículo Periodístico 3.930º: “Todos llaman a una puerta”.
Todas
las personas llaman, no a una puerta, sino a muchas, alguna se le abre, la
mayoría no. Los escritores, pensadores, artistas, catedráticos, economistas,
científicos, todos-todas.
Podemos centrarnos en un campo el
de los escritores, pero aplicables a todos, escritores en todos los géneros y
formas y maneras y estilos y épocas. Cuándo se leen sus biografías, te
percatas, que tocaron muchos timbres, pero la mayoría no recibieron oídos, pero
alguno, se les abrió. Esa obertura y abertura, en sus vitagrafías, si son
honrados y honestos, les permitieron avanzar un paso o muchos...
De ahí, que en todos los terrenos
culturales, pongamos el ejemplo, de artistas, músicos, literatos, danzistas,
cantaores y, los mil oficios posibles, no solo como creadores, sino
interpretadores, directores de revistas, museos, fundaciones y mil otras cosas
humanas y culturales. Todos están y son y sonsonean para que algún pasillo
cerrado se les abra. En el articulismo también…
Unos, pueden ser que tengan
talentos y no se les abra ninguna ventana, otros puede ser que no tengan
talento y si se les abra. Unos, pueden que sean capaces después de correr un
buen camino y trecho y sendero y autopista. Otros, apenas avancen unos cientos
de metros. Unos, serán olvidados desde el principio, otros, quizás, pocos serán
recuperados, después de una existencia, de medio aceptación, y, como algo
portentoso y único, alguien, totalmente desconocido, se valore su obra, después
de su fallecimiento o, los últimos meses y años, se pone siempre como
paradigma: Proust, Pessoa, Kafka, V.
Maier, pero existen algunas decenas más que se conozcan. Siempre la
pregunta está, cuántas producciones culturales de valía se perderán. Nadie sabe
contestar a eso.
Muchos, llaman a puertas, pero no
saben a qué doseles tiene que rozar sus nudillos, no disponen de números de
teléfonos, no tienen suficiente agenda, no tienen mentor que les presente a
otros… Pueden que se hayan pasado, toda su existencia, en su actividad
cultural, diez o cincuenta años sin exagerar, enviando miles y miles de cartas,
miles y miles de correos electrónicos. Y, salvo alguna excepción, la respuesta,
siempre ha sido el silencio.
Nadie ha apostado por la valía de
su profesionalidad, capacidad, talento. Nadie. Y, se van apagando sus colores y
sus esperanzas. Puede que no dispusiesen de esa capacidad sobresaliente de
percibir o transformar la realidad con la percepción y las ideas. Puede que como
jamás se le permitió y se le dio la llave, pues nunca pudieron que la campana
de los colores y de los sonidos florecieran. Siempre, nos quedará la duda.
Las mismas personas, llegará y
les llegará un momento que tendrán dos preocupaciones: no sabrán en el fondo la
valía de su producción, hayan construido mucho o poca. Y, en segundo lugar, se
encontrarán en su última trayectoria, y, saben, que posiblemente, ya se haya
perdido mucho, y, más lo hará en las siguientes décadas. Al final, dentro de
unos lustros, nadie conocerá que hubo un ser que intentó cantar unas melodías,
en tal o en cual campo de la interpretación cultural… ¡Y, todo o casi se
olvidará y destruirá y deteriorará y perderá y hundirá en la nada…!
¡Pero es mil veces mejor,
construir un mundo cultural, sea talentoso o parco en valores, que no rellenar
el vientre de güisqui o semejantes realidades, es mejor, fracasar intentando
producir un edificio cultural, y, no conseguirlo, que no reventar tu mente y tu
alma y tu conciencia en los hedonismos sin medida que ofrece el mundo…! ¡Es
mejor fracasar en el intento, que no empezar a andar por estos caminos…!
Hay personas que dentro de un
área grande, pongamos por caso de la escritura, han ido de un género a otro. Se
han dicho haber si tengo un lugar o talento o discernimiento o capacidad en el
cuento, y, dedican más tiempo y esfuerzo a él, después, el bronce de las
puertas le rompen las narices, y, van de un género a otro, a la novela, al
teatro, al ensayo, al artículo periodístico, al cuento infantil… Y, así, en
distinto orden de la realidad y de las posibilidades, de las formas y de las
maneras, de los lugares y de los tiempos… Así, así existen muchas historias…
De alguna manera, es algo
semejante, a aquella persona, que va buscando un trabajo remunerado, en un área
de un oficio o profesión o especialidad. Va pasando de una carga y cargo y
responsabilidad y labor a otra. A unos, se les abre posibilidades, y, van
ascendiendo, otros, parece que tienen que ir de empresa en empresa, de
categoría en categoría, de labor en labor… Así, dicen, que cada vez, más
personas van aumentando, y se van complicando la vida. Los estudios
profesionales y oficiales, a algunos les valen mucho, a otros, muy poco. Como
en todo, a unos se les abren puertas, a otros, apenas…
También ocurre, que a algunos
escritores, y, ésta es la metáfora, puede ser aplicado a muchos oficios y
lugares y vocaciones, les abrieron ventanas, y, a través de ellas, y sus
talentos, arribaron a posiciones altas. Pero después, cuándo a sus puertas,
otros en otras décadas después llamaron, pero ellos, cerraron los cerrojos
detrás de ellos. Ellos, salvo alguna excepción, ya han ocupado el palacio de
invierno, y, parece no desean permitir que otros puedan pasear, por la avenida
de los campos eliseos, con cierto éxito… Son, son solo ellos o ellas, y, alguna
excepción. Olvidaron, cuándo les abrieron la ventana a ellos o ellas. Claro
está, ellos tenían talento y lo han demostrado, y, usted no… muchos usted no.
Eso piensan y eso sienten y eso les permite seguir durmiendo…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (22 nov.-04 dic. 2023 cr).
Fin artículo 3.930º:
“Todos llaman a una puerta”.
E.
04 diciembre