Artículo Periodístico 4.127º: “Gastrosofía y gastrocultura: Sorropotún cántabro”.
También denominada la marmita de
bonito o el sorropotún cántabro o marmitako vasco. Es famosa la fiesta
culinaria de la Marmita en Castro
Urdiales.
A
veces pienso, no sé si de forma correcta, o mejor dicho, me viene a la
cabeza-consciencia desde el interior, no sé si estaré equivocado en la
interpretación, aunque no dudo que el hecho es cierto, que los santanderinos,
las veces que los dos viajeros han posado y pasado por sus calles han notado
más amabilidad que en otras zonas de nuestro terruño ibérico. Y, he pensado que
quizás, deberían estudiar, si este hecho es cierto, y, qué interpretación tiene
si es que no tuvieron que pasar todos los sucesos de la Edad Media, o, al
menos, no tanto como en otras zonas de Celtiberia. Pero en fin, al construir
estos artículos de opinión literarios y personales, pues cabe cualquier
disquisición o elucubración. Porque además, esto me parece que tiene que ver
con este plato.
Denominado
plato marinero fabricado con patata, bonito, cebolla, tomate, pimiento. En San
Vicente de la Barquera, conocido en toda la Piel de Toro, por varios
acontecimientos, algunos unidos a la música y a un cantante en particular, y al
famoso programa Operación Triunfo, ya tardío en el tiempo buscando nuevos valores
musicales. El dicho pueblo de San
Vicente de la Barquera, se le denomina sorropotún.
Para
parecer más culto, pero no lo soy en este tema biológico, al bonito del norte o
atún blanco, que es el ingrediente esencial de este plato, su nombre técnico
biológico es Thunnus alalunga, -que
bien queda como una flor de oro en esta columna periodística-. Es obvio y
evidente, que es el alimento que disponían los barcos que se tiraban al mar
lanzando hilos entrelazados como peinados de novia, para vivir y sobrevivir, y,
pescar atunes. Como en cualquier otra zona del mundo se degusta de lo que se
tiene a mano. Después se va depurando y perfilando y enriqueciendo de
ingredientes. Y, al final, se transforma en alimento típico o popular de una
zona o comarca o región. Y, así sucede en cualquier parte del mundo.
La
marmita y no solo la de Asterix es
una olla de metal con tapa, y, parece ser que en los barcos se llevaba en las
travesías para buscar los seres vivientes que nadan. Supongo e imagino que al
ser de metal era más fácil para la protección de los barcos. No olvidemos que
durante generaciones eran de madera, y, los incendios eran un peligro en los
enormes movimientos de la mar de agua salada. Y, tampoco debemos olvidar que es
un plato que se extendía y extiende como tapiz de flores y peces por todo el
Norte de España. Se consume más en verano porque la etapa de la pesca del
bonito del norte, ahora, también de más influencia del turismo, dos realidades
que hay que tener en cuenta.
Me
pregunto si podría deducirse e inducirse o crearse o inventarse una filosofía
genitiva, filosofía de, una más pero de la filosofía de la comida o filosofía
de la gastronomía en sentido estricto. El nombre ya lo han puesto gastrosofía,
pero posiblemente, si se incentivase o marcase una disciplina así, se
utilizaría filosofía de la gastronomía o de la comida. Porque con este término
se intentaría insertar todos los saberes que se dispongan en un momento, más la
vertiente o corriente o perspectiva o dimensión filosófica. Pensar es lo propio
del hombre. Dirán que no solo es pensar, pero pensar o razonar o meditar o
argumentar es una realidad humana, por algo ya Aristóteles lo definió al humano: como animal racional, Tomás de Aquino y todos los
monoteísmos, como animal racional con alma-espíritu inmortal.
La
filosofía de la comida podría ser una sección de la filosofía de la
antropología o antropología filosófica. Quizás, enmarcándola de este modo,
sería más fácil que el mundo académico y universitario se atara a esta
posibilidad, a este estudio, a este desarrollo de esta disciplina o
subdisciplina. Tendríamos que recoger la historia de todo lo que han indicado
algo en estos temas: escritores, pensadores, literatos, filósofos y otros
humanos y humanas desde sus puntos de vista sobre la comida. Recoger todo lo
escrito o dicho en cualquier medio o género, desde entrevistas, a manuales, a
diarios, a cartas, a artículos, a libros, a documentales…
Y,
con ese magma o materia conceptual empezar a dar forma a una filosofía de la
comida, que puede estar dentro de una rama de la antropología filosófica.
Esto
que indico no es baladí, porque si el sector social de la academia
universitaria, no percibe, que esos estudios y temática son de cierto nivel de
prestigio y de importancia, no entrarán en ello a investigar y crear y diseñar
nuevas ideas y conceptos y argumentos. No invitarán a nuevos doctorandos a que
realicen tesis doctorales y TFG sobre estas materias… el prestigio y las flores
y los laureles son importantes, que otros colegas-correligionarios no piensen que
tal o cual profesional está perdiendo el
tiempo. El prestigio y la escala entre ellos y ellas es importante, divididos
en profesiones concretas. Porque no solo existen ranking de puentes más largos,
sino también de fama y notoriedad en cada materia del saber universitario…
Mientras
tanto, apreciable y estimado lector/a le he intentado mostrar una comida o
plato típico o popular desde otro punto de vista. Supongo que agradecerá, que
no le haya escrito la receta, y, otras cosas semejantes. Por lo menos, quizás
cuándo perciba algo de la comida, ya se dará cuenta, que esta realidad humana y
de todo ser viviente, es más compleja de lo que pensamos, tiene más ramas y más
raíces de lo que pensamos…
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (21-25 marzo 2024 cr).
Fin artículo 4.127º:
“Gastrosofía y gastrocultura:
Sorropotún cántabro”.
E.
25 marzo