Artículo Periodístico 4.403º: “La perfección del artículo periodístico”.
Algunos
dicen, que la columna periodística perfecta es y será, aquella, que dispone de
las quinientas u ochocientas palabras pero que no habla de nada, pero dice
mucho de todo.
Dicen,
que el arte perfecto es la música, porque la música no habla de nada, la música
es solo forma, no tiene contenido. Cada oyente después interpreta, desde
dentro, recuerdos o conceptos o ideas o palabras, pero la música no dice nada.
Se le puede añadir letra, canción, letra con música, que puede ser una canción
de verano o una ópera egregia y notable.
Pero
dicen, que la música no tiene contenido, por eso es el mayor arte, por eso,
indican, que todas las artes aspiran a ser como la música. No decir nada, o al
no decir nada, al ser solo forma, dice todo o dice mucho, dice todo lo que el
sujeto que se confronta con ella, le surge y resurge de su carne y de sus
huesos y de su alma. Somos tantas cosas en tan pocas cosas… o somos tanto en
tantas cosas. Como usted quiera.
Se
puede decir un artículo de ochocientas palabras, sin decir nada, sin tratar
ningún tema, o solo rozarlos con muy poco color y muy poca forma. Que al final,
el lector/a se diga, de que ha tratado estas frases. Y, se responda que no lo
sabe. Pero ha emergido de su interior o de su dentro o de su semiconsciente,
recuerdos o palabras o conversaciones o hechos o datos… ¡¿Ese será el
artículo-columna perfecta!?
Es
escribir algo sin tinta, hablar algo sin voz, es contar algo sin narración. Es
y no-es. Ser y no-ser al mismo tiempo. Saltarse el principio de contradicción o
no-contradicción lógica, como ustedes quieran o prefieran. Es darle a la tecla,
sin buscar una dirección o finalidad o argumento o tesis o color o tesis o
tema. Sin tesis y sin tema o sin tema y sin tesis o sin tema-tesis. Todo al
mismo tiempo y todo sin el mismo tiempo.
Es
reventar la palabra, como las conferencias y conferenciantes, hablan de tantas
cosas, tantos libros que han leído. Tantas citas, no solo de frases, sino que
se han dedicado un tiempo equis, largo a ese autor. Pero a los diez minutos,
también a otro, y, a otro y a otro y a otro… Y, uno se dice, si es verdad, si
es verdad todo lo que dice, teniendo en cuenta, los millones de libros que
existen y nacen. Si es verdad, lo que dice, uno se pregunta, ha tenido tiempo
de pensar, ha tenido tiempo de respirar, ha tenido tiempo de comer, ha tenido
tiempo de descansar, ha tenido tiempo de dormir, ha tenido tiempo de besar…
uno, se dice, desde lo hondo le surge y resurge, si uno, uno mismo que ha
estado dedicado toda la vida a esto, sabe que existen cientos de libros que no
ha rozado, y, cientos de autores, que solo ha abierto algunas líneas o páginas.
Estos son supermanes de las letras, y, yo, no me he dado cuenta, porque soy un
pequeño gnomo pigmeo de la cultura…
¡Hay
y ay y cuánto ahí hay, cuánto pájaro de tantos colores, que no han volado
tanto… aunque digan que han revoloteado varias veces, la faz de la tierra…!
¡Ay, los peligros de las Humanidades y de las humanidades y de la humanidad,
porque los que tienen que interpretarla y así lo hacen, olvidan que en las
cátedras de Salamanca y Lovaina y París de hace siglos, existieron grandes
catedráticos, con grandes sombreros y grandes cabezas, grandes
teólogos-filósofos que brillaron más que la Luna, y, ahora, por desgracia para
todos, sus manuscritos y publicaciones, o se
han perdido o duermen en anaqueles de archivos que nadie conoce y nadie
entiende y nadie lee…!
Pero
estamos o estábamos hablando de construir un artículo periodístico sin tema,
como la perfección del columnismo de opinión literario. Y, entonces, percibes
que una mosca, cada vez se ven menos en las ciudades, y en los bares. Aquellos
tiempos de décadas, que entrabas en un bar, las puertas abiertas, en el calor
de agosto, calor fuera y calor dentro, y, demasiadas moscas. Aquello se ha
terminado en gran parte, ha sido un avance muy importante.
Cómo
se olvidan, aquellos tiempos, que con la tapa y la caña y la cerveza, siempre
el plato de la tapa se dejaba vacío, porque se consumía con la boca y los
labios, y, ahora, te encuentras y miras, y, parece es una olimpiada, quién se
deja más trozo de tapa en el plato, quizás por la barbarie de los hunos y los
otros, de no engordar, todo el mundo, bajo la dieta de la dictadura de no
engordar. No digo que sea bueno engordar, pero existen más realidades mucho más
negativas y malas, morales y psicológicas en el mundo. Y, no solo ésta. Bueno,
es un instrumento muy bueno de controlar a la población, mientras nos ocupamos
de esto, no tenemos en cuenta conversaciones secretas y discretas, de todo tipo
y de todo color que suceden y están sucediendo…
Bueno,
hoy, hemos intentado el artículo sin tema y sin tesis, algo semejante, a la
sinfonía sin tema y sin tesis. Pero la música es el arte perfecto, lo dice
alguien que no distingue entre un do y un re. Pero la música es el arte de la
forma, dicen, de la forma sin contenido, de la belleza sin contenido, de la
estética sin contenido. Y, las letras es el arte, del contenido y del
continente. Cada palabra es un dardo y flecha y lanza que llega a un lado del
consciente y del inconsciente… Este es el misterio de la palabra y el misterio
del artículo de opinión…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (25 agosto-01 sept. 2024 cr).
Fin artículo 4.403º:
“La perfección del artículo periodístico”.
E.
01 sept.