Artículo Periodístico 4.412º: “Puede ser tu hijo/a, nieto/a un animal”.
O, podrías plantearlo de otra
manera: Puedes adoptar a un animal como si fuese tu hijo/a. O, puede acabar
existiendo una relación tan profunda entre una persona y un animal que…
Cuándo
leía y pensaba y meditaba algo de sociología y otras ciencias sociales, por sí
y en sí, para entender y comprender algo mejor la realidad y el mundo. Porque
siempre he tenido ese afán de entender el mundo, y, en el mundo estamos
nosotros –expongo este dato personal, alguien como este escribiente, tan
insumiso y tan poco deseoso de hablar de sí mismo, porque hablan, que en
artículo de opinión, el ethos personal, es importante, pues adaptamos y
adoptamos esa regla de la teoría de este género literario-periodístico-.
Bueno,
siempre he estado acercándome, modestamente, a las ciencias sociales, para
entender y comprender el mundo, como complemento de la filosofía y de la
metafísica, y, por otros motivos. Recuerdo que indicaban en algunos capítulos,
cómo se van instalando nuevas costumbres sociales en la sociedad o en las
culturas. Por endoculturación o exoculturación. Son mecanismos por lo cual, los
humanos y los colectivos y las sociedades y las culturas adoptan nuevos modos y
formas y maneras de ser y de estar en el mundo. Me sigue extrañando que
personas longevas, se sientan y sacan de su bolsillo su móvil. Cierto que
tienen derecho pero es un cambio radical.
Las
nuevas costumbres, pueden ser dirigidas, porque alguna entidad o grupo de
poder, quiere que la sociedad o parte de ella, cambie de uso o aptitud o
actitud o costumbre. Y, pone y dispone los medios, especialmente, los medios de
masas para cambiar una realidad equis. Por tanto, son cambios dirigidos, por unos
grupos de poder e ideológicos con unos fines y finalidades y metas.
Otros
cambios, surgen, quizás de forma anónima, no son dirigidos, ni gestionados por
nadie, sino que surgen de las costumbres del pueblo, quizás un individuo o un
pequeño grupo, y, hoy se puede extender fácilmente por las redes sociales, se
aceptan o adoptan enseguida, o se producen cambios profundos. Ahora, en los
medios dicen, que de siete a ocho de la tarde, en los supermercados, si vas con
una piña boca abajo, es una prueba de que estas dispuesto afectivamente a
ligar. Supongo que esta costumbre se olvidará…
Por
tanto, entendemos, sintéticamente, esos dos modos o medios de conceptos e ideas
y aptitudes y actitudes que se difunden en el medio social, unas, las primeras
dirigidas por grupos ideológicos y culturales y filosóficos y políticos y
religiosos y económicos; las segundas, diríamos de forma no preparada, de
alguna manera, sin búsqueda de fines especiales, quizás, con un cierto grado de
jocosidad, aunque a veces, resuelven problemas o intentan hacerlo…
La
pregunta se está teniendo con los animales, o determinados animales, o con
algunas mascotas, una relación que quizás va más allá de cuidarlos de forma
correcta, de tratarlos de forma correcta, sino de tenerlos y estimarlos en
demasía, una hipervaloración del animal concreto e individual. Pero se está
recorriendo la red del mundo, como una pequeña noticia, “tener a un animal,
algo semejante a como se tiene a un hijo biológico, casi ser un hijo
adoptado/adoptivo…”.
No
sé, de ser cierto, si irá avanzando esta forma de aptitud. Se sabe que en
algunos países, las leyes permiten dejar tu fortuna económica a un perro o a un
gato, y, se ha producido algunas veces. Pero nos hemos encontrado con un
artículo en The New York Times, titulado: Cuando tu hijo es un animal,
escrito y redactado y pensado por Amanda
Hess, publicado el 28 de agosto del 2024, que nos narra algunas líneas de
esta cuestión.
Modestamente,
he intentado comprender y entender al ser humano, en multitud de formas y
concreciones y aspectos, y, desde luego desde distintos saberes, eso sí, de
forma rudimentaria, no soy especialista o experto en nada, o no me considero en
nada. No quiero engañar a nadie. Pero las realidades me han llevado a una
pregunta o cuestión o tema o tesis, ¿todo lo que traiga reducción de la
población, se va extendiendo en estas décadas…?, ¿o, dicho de otro modo,
pregunto, si una nueva costumbre, sea psicológica o moralmente buena o no lo
sea, si puede detener la población, la van introduciendo, se va insertando en
la sociedad, aunque tenga poca incidencia?
¿Y,
al final, uno se pregunta, es solo por controlar el aumento demográfico, es
solo por buscar nuevos cambios psicológicos morales, es solo por eso, porque al
final, los únicos que nos controlamos demográficamente, somos los europeos, y,
no otras civilizaciones…?, ¿o, es también por reducir la presencia del
cristianismo, porque al final, el cristianismo tiene su hegemonía, de momento
en Europa y en Occidente, si controlamos la población de estos entes sociopolíticos,
reducen el cristianismo…?
Comprendo
y entiendo, que existen muchas personas, que se han llevado muchas
frustraciones afectivas de otras personas. Y, pueden llegar un momento, que
pongan muchos de sus afectos en un animal, que se convierte no en animal de
compañía, no en mascota, sino en algo más. La cuestión es, siempre la misma, ni
psicológica, ni moralmente, puedes sustituir a un ser humano por un animal...
¡Dónde el equilibrio en esta cuestión… dónde, sin negar que muchos animales de
compañía, son un asidero psicológico necesario para millones de personas…!
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (30 agosto-08 septiembre 2024 cr).
Fin artículo 4.412º:
“Puede ser tu hijo/a, nieto/a un
animal”.
E.
08 septiembre