Artículo Periodístico 4.416º: “No comprendo nada, no entiendo nada del mundo”.
Te
dan tantos consejos, normas, argumentos, razones para redactar artículos o
columnas de opinión, que algunas veces, cuándo te pones, no sabes cuales
escoger y aplicar.
Hay
artículos que tienen desde el principio tema claro, y, tesis o planteamiento y
óptica evidente. Pero hay otros, que se confunden. Por un lado, deseas redactar
unas cientos de palabras de un tema-tesis u óptica o dimensión o pendiente o
realidad, otras veces, titubeas consciente o inconscientemente entre varios. Y,
empiezan las dudas, éste no gustará al público, no será de su interés, quizás,
no comprenda, y, no entienda, la frase que está dentro de manzanas y está el
pequeño diamante, quizás, no lo encuentre, quizás, no sepa percibirlo, quizás,
no sea capaz de expresarlo.
Porque
a veces, se rellenan de palabras un texto, no para clarificar, sino para
enturbiar, y, así entre el lodo y la arena y las piedras, tapado y escondido,
está la tesis, o quizás, la pregunta o quizás el rejoneo del torero frente al
toro de la realidad. Todo han sido capotes para indicar y llevar al ser de
quinientos quilos a una posición que baje la cabeza, y, el estoque funcione
como instrumento cultural y técnico, depurado durante varios siglos, desde
aquellos cambios que se hicieron dicen en la Plaza de Ronda, para el toreo actual español, que el portugués es
otra cosa.
Como
consumidor y receptor de conferencias y artículos y tesis doctorales y TFG
sobre el articulismo y columnismo de opinión y literario, tengo en mi cabeza
una joroba de ideas y de conceptos. He visto y conocido suficiente este trozo
de la realidad desde hace décadas, desde la adolescencia que emanan los primero
brillos de sol y de lunas. Un artículo periodístico es aunque usted no lo crea,
un artilugio tan preciso como puede ser un termómetro o una pequeña grúa, está
formada y conformada por partes, y, todas tienen que encajar. O, cómo en este
tienen que aparentar desencajar, para quizás, solo sea una frase el artículo.
Quizás, la del título: no entiendo y no comprendo el mundo, o no lo suficiente,
quizás, más que usted, aunque diga lo contrario, quizás menos que usted, aunque
yo escriba y usted no…
No
es afán de marear al potencial público de hoy, o si sueñas de dentro de cien
años, no es que no seas capaz de perfilar textos de mil realidades humanas de todos los tiempos,
o de la actualidad de hoy. No, no es eso, o solo es algo de eso. Es que no
escribe el consciente solo, sino también el semiconsciente. Y, éste hay que
darle libertad, atarlo con una cuerda larga, no corta. Porque al final, el
inconsciente, según el maestro Jung,
existe un inconsciente colectivo. Quizás, realidades antropológicas universales
que están dentro de nosotros, cambiamos las capas exteriores de lenguas,
Estados. Sociedades, culturas, religiones, metafísicas, alfabetos, pero quizás,
quede eso universal antropológico común, pero no solo el externo, sino el
interno e inconsciente o semiconsciente…
Hoy,
te han ido pasando por la cabeza, varias decenas de temas posibles, de opciones
de enfilar y desfilar palabras con una óptica, hoy, te vienen recuerdos de
tantas opiniones de esas personas que están en la cima del articulismo de hoy,
en la prensa nacional, que llevan unos años o unas décadas. Y, te da envidia,
te gustaría ser uno como ellos, uno más. No lo tomen como soberbia, acaso el
pequeño empresario y tendero, no querría tener un hipermercado, o el médico una
clínica privada o el político ser un Churchill
de hoy, o acaso el escritor de palabras no le gustarían que le otorgasen el
Nóbel este octubre próximo. No como dicen que expresaba Cela, que de joven, prefería estar tullido pero que se lo
otorgasen, ya de mayor, ya contaba que no, que no deseaba estar tullido, aunque
no lo regalasen o donasen por su méritos el Nobel. Otra voz y cerebro, que
deberíamos levantar del semiolvido. Ningún escritor es perfecto en todo. Pero
apliquemos ese criterio a todos, de todas las ideologías, o seamos
misericordiosos con todos, aunque ellos o ellas no lo hayan sido…
¿Cómo
podríamos hacer que el mundo fuese más entendible y más creíble y más comprensible
y más real la representación mental…? ¿Cómo, la pregunta de los diez millones…?
Es
sencillo, inviten a la población que lean a los grandes maestros y maestras de
la cultura, sea en literatura o en filosofía o en cualquier temática. Segundo,
inviten a la población a que lean y reflexionen sobre buenos manuales de todas
las materias y especialidades. Manuales de psicología, manuales de economía,
manuales de filosofía, manuales de y de…, adaptados a un lenguaje entendible y
comprensible…
Tercero,
cuando un periódico ofrece una noticia o información o crónica, hoy en los
digitales, pongan un enlace, al documento que se refieren, si la noticia es que
tal persona, que se dedica al oficio del futbol, se le achaca que ha tenido una
entrevista con un OVNI, ofrezcan dentro de la noticia, un enlace, enlace que se
refiere o enlaza con el mismo periódico o con otra página, dónde viene
claramente textos y fotos de cómo ese responsable del futbol ha hecho tal o
cual cosa, demostrado con ese documento…
Entonces,
el entendimiento y comprensión de las personas del mundo, aumentará. Pero la
pregunta es si quieren o queremos que aumente el entendimiento y la comprensión
del mundo. Yo, personalmente, no entiendo nada, y, miro al mundo, y, ya sé que
soy tonto, pero miro el mundo y me hago dos tontos. Nadie se ofenda. ¿De qué ha
tratado este artículo señor y señora lector y lectora…?
¡Pues
de usted…!
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Fin artículo 4.416º:
“No comprendo nada, no entiendo nada del mundo”.
E.
08 septiembre