Artículo Periodístico 4.410º: “La España profunda y la profunda España”.
Existe
una España profunda, no es como la de hace cincuenta años, ni como la de hace cien
años, ni como la de hace doscientos años, pero existe una España profunda…
Lo
lamentable es que todo el mundo la olvida, pero no crean que solo lo hacen, los
de las grandes capitales, sino incluso de las capitales medianas. He hecho la
prueba algunas veces, y, en ciudades de mediano tamaño, capitales de provincia,
les he indicado a algunos conocidos han visitado ustedes tal zona que dista de
ellos cincuenta mil metros, han recorrido alguna vez tal carretera de segunda o de tercera asfaltada,
han visitado, aunque sea la plaza del pueblo de tal sitio, especialmente,
lugares dónde terminan los asfaltos y a partir de ahí o allí, solo existen los
caminos, y los montes o llanuras interminables. Y, casi todo el mundo me indica
que no.
Pueden
que esas personas hayan viajado a Norteamérica, a diversos lugares de Europa,
algunos por otros continentes, pero no han visitado, un paisaje o paraje, que
quizás esté a cien kilómetros o menos de su domicilio habitual. Existen
rincones casi olvidados, que pisas sus suelos y sientes, que quizás, los
últimos que estuvieron fue una familia neolítica que pasó por aquel lugar.
Ciertamente, no es verdad. Pero, es una imagen y metáfora que es importante.
Debemos
cambiar de mentalidad, para estimar cada terruño provincial o regional o
comarcal, hay que conocerlo medianamente… Somos diferentes, pero todos somos
diferentes, en una casa viven y habitan cinco, y cada uno es diferente al otro.
Cada comarca y sus habitantes y sus piedras y sus verdes son diferentes a las
otras, cada provincia, cada región, cada nación-Estado. Pero las diferencias
son siempre menos que las similitudes…
He
escrito algunas veces, usted, tiene dos semanas de vacaciones al año, o en días
mezclados o combinados. Pues vaya una semana a dónde quiera, dentro o fuera de
la Península, o vaya a su segunda residencia, pero deje unos días al año, a
visitar parajes y lugares que pueden estar muy cerca de usted, quizás cincuenta
mil metros, quizás cien mil metros, que quizás, nunca haya ido, quizás dentro
de su provincia, quizás un poco más lejos. Y, eso sí, los autóctonos traten
bien a los inquilinos foráneos, trátenlos bien, en los precios, que una
cerveza/chocolate/refresco le valga lo mismo que al paisano que nació allí, y,
que ni siquiera ha ido a la mili, a otra ciudad, como a esa persona, de fuera
de España o de dentro, que ha caído por allí. Seamos éticos y morales, porque
el verdadero turismo es el que se propaga de voz y oído…
Existe
una España profunda porque nosotros hemos hecho de la España, una España
profunda. Todos y entre todos. Los que viven en sus zonas y comarcas, porque
sientes vergüenza, cuándo comparan lo suyo, con lo que existe en las grandes
capitales. Porque evidentemente, un pueblo de mil habitantes o de cien, no
puede compararse en muchas variables y vectores con uno de un millón o de tres
millones. Pero todos tenemos algo que es diferente a lo de los demás. Todos
hemos caído en un lugar. Todos tenemos que apreciar lo de todos. Porque es la
forma y manera de ser y de estar en el mundo. A veces, olvidamos algo que
siempre estamos oyendo en las palabras escritas, aquellos movimientos
filosóficos de Heidegger, y sus
descendientes. La existencia es toda existencia, y, no solo la de los teatros
de Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, La Coruña…
Un
artículo de opinión literario, es eso, es algo en el que alguien ofrece una
opinión con su nombre, no es un texto académico, ni universitario, ni siquiera
un ensayo, sino una mezcla de ideas populares, costumbristas, tomando un hecho
de ayer o de siglos que permanece hoy, algo de otros saberes, y la
idiosincrasia del textuador o escribidor –queda bien el neologísmo de texto,
textuador, el que hace textos-. Por eso, cuando toco este tema, ahora llamada
España deshabitada, vaciada, despoblada, etc. Cosa que viene de generaciones,
no solo de ahora, en cada uno de esas ochocientas hormiguitas-palabras, siempre
digo una medio tontería o una media verdad. Yo, aquí, sugiero a cada zona o
comarca o pueblo, que disponga de algo típico, digo yo, que lo envíen como regalo
una caja a cada uno de los senadores o congresistas regionales, nacionales, y,
a las Autoridades Máximas, del Estado y del Gobierno. Para promocionarlos.
Y,
las Autoridades Máximas, siguiendo un orden cíclico, compren para sus despensas
oficiales, productos típicos de todas y cada una de las zonas de las regiones
que administran. Creo que sería una forma y una manera de promocionar nuestros
productos. En las fiestas oficiales, poner, una comida o un postre o algo
típico de cada zona de nuestro terruño e irlo cambiando por otras… Bueno, no
será una gran idea que cambie el mundo, pero quizás, sería ese pequeño acento o
esa pequeña coma, que hace que una frase sea de una manera o sea de otra…
España
hizo tanto, tanto hizo España que se deshizo en la cristalización y
materialización. En ningún lugar, se percibe dicha realidad, de ese enorme
esfuerzo después de una enorme y gran carrera, en ningún sitio se percibe tanto
como en esa España profunda y profunda España… Paz y bien y verdad y veracidad
y bondad y pan… Porque al final de eso estamos hablando de pan, aunque no lo
hayamos mencionado hasta ahora…
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (24 julio-08 sept. 2024 cr).
Fin artículo 4.410º:
“La España profunda y la profunda España”.
E.
08 septiembre