Artículo Periodístico 4.432º: “Se van alejando las cosas y las personas”.
Existe una ingente e ilimitada y
casi infinita posibilidades de realidades y de realidades naturales y
realidades humanas, de tesis y datos y conceptos y de artículos periodísticos.
Es
casi ilimitada la riqueza real que existe, tanto natural como humana, es casi
ilimitada, es imposible abordarlas y acercarse a ellas. Es casi imposible, y,
las interpretaciones son como peces o átomos en la mar. Uno, va sintiendo como
se alejan las personas y los autores, uno recuerda, las lecturas, de todo tipo
de documentos, a lo largo del tiempo, de saberes a lo lago de una biografía
personal. Aquellos que tanto destacaban, aquellos que tanto te influyeron,
aquellos que estaban en nombre de todos. Aquellos y aquellas.
Diversos
a lo largo de cada etapa histórica, podrían ser literatos o ser teólogos o ser
filósofos o ser autores plásticos o ser críticos de una especialidad o de otro,
o ser científicos, o ser articulistas de opinión, o ser de otros saberes… Y,
ahora, que tú o usted, estáis entrando en los bordes de la habitación última.
Te das cuenta, que tanta nombradía y tanta fama y tanto boato y tantos
laureles, se van apagando…
No
es que nadie se acuerde de ellos o de ellas, y, de todas sus obras o
producciones, en un terreno o en otro. Pero la mayoría se van enturbiando y
entibiando sus recuerdos. Algunos emergerán, pero la mayoría se olvidarán poco
a poco, quedará para cosas de expertos y especialistas, quizás, regionalista o
quizás provincial… pero es así, así siempre ha sido la vida, el biznieto no
recuerda el nombre de todos los bisabuelos y bisabuelas…
Es
así, de grandes catedráticos de filosofía y teología estaban sembradas todas
las universidades de hace tres siglos en Europa, especialmente, católicas o
protestantes o de las iglesias ortodoxas. Grandes nombres, que en su tiempo
alumbraban más que los actuales presentes. Y, sobre ellos, la inmensa mayoría
de ellos ha quedado un enorme sedimento de olvido. Algunos conservarán algunos
manuscritos en archivos eclesiásticos o civiles, si no han sido pasto de
algunos fuegos de algunas guerras o revoluciones, que tantas han surgido en
Europa desde hace veinte siglos…
No
hay tiempo, ni espacio en una vida para los miles de temas, tesis, ideas,
realidades, objetos que existen en el mundo de la Naturaleza, ni en el mundo
Humano. No hay tiempo en la vida. Si yo escribiese una página cada día, sobre
un tema distinto, no habría tocado o rozado de la realidad, bien o mal, ni
quizás el uno por ciento. Aunque escribiese cinco páginas y una, sobre cada
tema sucedería lo mismo… La realidad humana y la realidad natural y, si quieren
la realidad metafísica es tan amplia y vasta y tan elevada y tan grande que es
imposible percibirla y verla y analizarla y tocarla y rozarla.
Esta
obra, está formada por miles de páginas escritas, miles de dibujos y pinturas
–que están por el mundo y no sé, cuántos seguirán existiendo-. Pues debo
reconocer que apenas han rozado la riqueza de lo real, ni la riqueza de la
enorme cantidad de interpretaciones…
Uno,
uno recuerda, no sabe si con melancolía o nostalgia o ambas cosas a la vez, con
tristeza o con ribetes de no entender y no comprender nada. Aquellos
intelectuales y sabios en distintas materias, porque uno ha bebido en distintos
mares de sabiduría, haya sido mucho o haya sido poco. Uno, recuerda aquellas
personalidad que en distintos ámbitos brillaban tanto, y, a ellos tanto les
gustaba brillar. Uno, uno recuerda tantas personas, que han ido pasando por la
vida, lectores o escribientes, o que jamás han casi leído o han casi escrito…
tantos que se van olvidando…
Y,
uno, uno siente, que eso le sucederá a uno también. Que ese es el destino de la
vida, aunque ahora la tecnología podría permitir el recuerdo de tantos y de
tantas. O, quizás, quedarán y permaneciesen cosas y actos y palabras y
recuerdos… pero quizás, eso tenga un coste muy elevado…
Ahora,
si creo y estimo, que los actos buenos o malos, aunque no se sepan el origen,
si permanecen, alguien que haya realizado alguna cosa o algunas cosas buenas,
de forma anónima, quizás si quede, creo que si queda en otras personas. Alguien
que haya realizado un acto malo, pienso que quizás, sin saberlo, si queda en
otras personas. Si creo que algo de lo bueno y algo de lo malo, de todo lo que
hemos ido haciendo, si queda en otras personas, aunque esas personas no lo
sepan. Aquello del Buda, la rueda
del sufrimiento quizás sea cierto. Quizás, la ebriedad del bisabuelo le sigue
influyendo al biznieto, sin éste saberlo. Quizás, la bondad de la bisabuela
queda en la biznieta sin ésta saberla. O, algo…
Quizás,
una buena frase y verdadera de un artículo, una oración de diez palabras, puede
que quede dentro de cien años, en alguna persona sin saberlo, dentro de cien
años, porque ese bien y esa verdad ha ido heredándose de forma anónima de una
generación en otra generación… Quizás, por eso hay que arrepentirse de lo malo
que se haya hecho, y, haya que alegrarse de lo bueno que se haya hecho. Paz y
verdad y bien…
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (14-15 septiembre 2024 cr).
Fin artículo 4.432º:
“Se van alejando las cosas y las
personas”.
E.
15 septiembre