Artículo Periodístico 4.420º: “Todos buscan su propia voz o sonido o color…”.
Todos y todas los y las que están
en esto de la cultura buscan su estilo o su mensaje o su contenido. Buscan
hacer un producto que les haga vivir ahora y que les haga perdurar mañana…
Esta
es la realidad, todos los seres humanos, habrá excepciones, quieren o querrán
estar en la memoria de otros seres humanos. Me temo que existen pocos, que no
deseen este deseo. Incluso los anónimos abuelos que no han producido, ni una
canción, ni un soneto, ni un descubrimiento matemático, ni han creado una empresa,
sino solo han vivido, que con vivir es el oficio más difícil y más perdurable.
Incluso esos abuelos desean que sus nietos les recuerden alguna vez…
Pero
no es cierto, dejamos muchas luces y sombras en la vida. Miren a la familia,
casi todas viven y existen en parte, bajo el manto de una triste noticia o
pesar, de algún antecesor, o de una alegría feliz de un antecesor. A veces,
puede ser o devenir de la misma persona. A veces, de diversas personas… De ahí,
que todos desean que exista Juicio Particular, y todos lo temen, porque de
existir esa realidad, de verdad veremos nuestros actos y deseos y palabras y
las consecuencias de ellos a lo largo del tiempo y a lo largo de generaciones
de personas…
Pero
volvamos a los descubridores de mundos, sean interpretaciones de la realidad
natural, sean interpretadores de la realidad humana y social y cultural. Todos
los del primer grupo, son los que continúan con el método de Galileo, que a su vez lo tomó de la Escuela
de medicina de Padua, la Escuela
de Padua, que dicen, supongo que tendrá más orígenes creadores o
iniciadores del método científico… Los
del segundo grupo, son los que con palabras, sonidos, olores, sabores y todos
esos mundos mezclados, crean y crían palabras o músicas o gustos u olores… son
todos los criadores de los métodos de las artes…
Pero
todos quieren perdurar. No nos engañemos, qué escritor no desea que sus
palabras como las de Homero o de Dante o las del Ramayana perduren durante
milenios. Diríamos que es la pequeña o gran vanidad de cada sujeto. Alguien
desea tener muchos placeres, aquel los vehículos mas raros del momento, otros
tener muchos hijos, aquel una gran empresa multinacional, el vecino redactar
varias sinfonías que pudiesen estar al lado de las de Beethoven, el vecino o vecina del sexto recibir tres estrellas Michellín,
aquel amigo de juventud dirigir una multinacional, alguno/a quién sabe ser
santo o santa…
Algunos,
desean encontrar desciframientos del misterio humano, con palabras mezcladas
con ideas e imágenes y conceptos y argumentos y datos. Eso puede denominarse
literatura o ciencia social, porque de un modo quieren entenderse y
comprenderse mejor, o quizás descifrar algún misterio humano, o quizás, que
quede algo de ellos, que los recuerden, que alguna vez, alguien diga, esta idea
o pregunta o cuestión la descubrió Fulanito de Tal y Menganito de segundo
apellido. La vanidad es un motor de descubrimiento, siempre que sea moderada y
prudente y racional y moral, y, entonces, ya no será vanidad, sino sería otras
cosas… Muchos desean descubrir una nueva especie biológica y que tenga su
nombre…
La
mente-consciencia-conciencia-inconsciencia es un enorme mar lleno de galaxias
de cosas. Siempre están hablando y nos habla. Pero ahora con los móviles no las
dejamos que canten las canciones del yo. No dejamos que emanen de dentro
multitud de deseos, pensamientos, ideas, conceptos, imágenes, recuerdos. No nos
curamos a nosotros mismos. Dicen, que el tiempo del sueño es el tiempo de la
curación personal de cada individuo. Es cómo, si partes ensombrecidas del
cerebro, que hemos tenido retenidas, las dejemos que nos hablen, que funcionen,
que se interrelacionen entre sí, que nos canten. Que digan algo, y, así nos
medio curamos…
Todos
buscan o buscamos dejar una pequeña huella, no solo los narradores de poemas y
todos los semejantes en cualquier estilo o saber o género, sino toda persona,
aunque jamás redacten sonidos o palabras o ideas o teoremas matemáticos. Todos
y todas…
Pero
no se preocupe, aunque usted no lo desee, deja su sombra y su huella en la
historia. No sabrá nadie, no sabrán nadie quizás de donde ha surgido algo bueno
o algo no bueno. Pero deja usted su huella. Ha realizado miles de actos, de
palabras, de deseos, de imágenes… No lo dude, muchas quedarán, quedarán
reflejos décadas después. Solo hay que esperar que sean buenas, que la sombra
sea buena… Una sonrisa, una buena sonrisa buena puede perdurar durante
generaciones aunque usted no lo sepa, aunque el sujeto que la percibió no fuese
consciente. Este es el misterio, uno de tantos del ser humano, deja huellas sin
saberlo que las deja. De ahí, la enorme importancia, que al menos, sean buenas
y verídicas y bellas, en la modestia y humildad de cada acto, cada palabra,
cada pensamiento, cada deseo, cada silencio…
Aquellos
que hicieron El Puente de Alcántara, algunos esclavos, algunos contratados
por un salario, algunos legionarios romanos… Ninguno de ellos, pudieron
imaginar, que contribuían a realizar un producto, un puente, que ha perdurado
durante siglos. Que nos ha dejado cosas buenas durante siglos. Dejaron su
huella, posiblemente, sin saber que su huella duraría siglos, dos milenios de momento. Pues lo
mismo, puede que le suceda a usted, sus palabras y sus deseos y sus actos,
algunos, pueden que duren generaciones, que influyan a generaciones de
personas, muchas o pocas personas, muchas o pocas décadas… Aunque usted no lo
sepa ahora…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (07-08 sept. 2024 cr).
Fin artículo 4.420º:
“Todos buscan su propia voz o
sonido o color…”.
E.
08 septiembre