Artículo Periodístico 4.697º: “Se escribe a/para las minorías, a/para las mayorías…”.
Creo
que se escribe porque se observa y se piensa y analiza, y, por tanto, por una
necesidad interna, se buscan realidades, realidades-verdades,
realidades-instrumentales y buenas…
Todo
el mundo tendrá un motivo para escribir o pintar o hacer música o crear danzas
o platos de cocina, o cualquier otro arte u otra actividad social, cultural,
económica. Hacer palabras o juntar palabras o reunir frases e ideas, en sí,
quizás no sea tan distinto que curar jamones, producir tomates, crear discursos
para defensas jurídicas, vender melones o cualquier cosa… Porque en todo, se
toman elementos que están en el ambiente y están en tu cabeza, y, con todo
ello, seleccionas y creas nuevos productos equis, sean mercancías, sean servicios,
sean cultura…
Se
hizo famoso, con el gran Juan Ramón
Jiménez, dedicar aquel libro, creo que la Segunda Antología, a la “gran
minoría o a la inmensa minoría”. En su época, era minoría adrede, porque la
mitad de la población no sabía leer. Hoy, la minoría puede ser, primero, porque
no tiene tiempo de leer lo suficiente, una gran parte de la población, porque
al final, hay que realizar mil labores, y, en la cultura existen muchos géneros
y muchos formatos. Todo el mundo consume cultura, sea en informativos, sea en
su medio social, sean las fiestas populares, sean en libros de expertos, sean
en cine, televisión o Internet. Pero no todo el mundo consume la cultura que a
usted le interesa, la que usted se dedica a crear o criar, sea teatro o sea
poesía o sea danza o sea música…
Estimo
que lo esencial de la razón de la escritura –da lo mismo cualquier otro arte,
cualquier otro saber, sea ciencia o filosofía o cultura en general o
teología…-, es buscar verdades. Realidades que armonicen con los formatos de ese
lenguaje, y sea verdad. Al menos, tener la intención de que cumpla los tres
famosos trascendentales escolásticos: realidad-verdad, realidad-bien –bien
instrumental o eficiente, bien moral, bien espiritual-, belleza o algo de
belleza, y, esto hacerlo con la racionalidad prudente o la prudente
racionalidad, con argumentos o datos, en la medida de lo posible. Así,
aprendamos del matemático que busca verdades matemáticas. Las publica, y, se
pone a buscar otras. Quizás, ese algoritmo que ha encontrado se haya equivocado,
quizás, duerma en alguna revista cien años, quizás, a las pocas décadas, es
utilizado para multitud de fines prácticos, que ni siquiera el autor/a soñaba
con esa finalidad…
No
se escribe a las minorías y para las minorías, todo el mundo quisiera que sus
textos fuesen leídos por equis elevado a un exponente muy alto, todo el mundo
quisiera vivir de sus escritos, pero todo el mundo sabe, que hacer competencia
y sombra y estar al lado de Shakespeare,
Dante, Homero, Cervantes, Joyce, etc., es muy difícil. Y, todo el mundo
sabe, que hoy la cultura y Cultura se puede abrevar y beber y degustar en
muchas fuentes y en muchos géneros. Por tanto, tu actividad cultural creativa o
de investigación, tu escritura, debes saber, que en principio, será para una minoría
aunque no desees que sea para una minoría. Quizás, uno de cada mil badajos le
suene la campana, y se convierta en Best Sellers. Pero si tienes otro trabajo
del que vives o medio vives o sobrevives. Es obvio y evidente, que lo
importante es la realidad-verdad-bien-belleza. Y, suponemos que a cada uno, se
le darán sus dividendos. El buen paño, dice el refrán castellano, en el arca se
vende –aunque también dudamos de ello-.
Existe
un drama o tragedia, y, la palabra es exacta, no es que escribas para mayorías
o minorías. Sino que alguien no escriba para nadie. Nadie le publique, si lo
hace en Internet, no pasa de treinta los suscriptores, y, que sobretodo sus
escritos, gran parte de ellos, digamos diez o cincuenta libros, sabe a cierta
edad que están condenados al silencio… ¡Qué serán destruidos, que serán
perdidos, que desaparecerán…! Que durante un tiempo, los descendientes, la
primera y segunda generación quizás, vayan manteniendo documentos, textos,
manuscritos, escritos, pero después, los traslados y la vida, irán haciendo que
todo se vaya perdiendo… Y, esto en cualquier actividad cultural, incluidas
todas las artes, y, muchos de los saberes…
Este
es un drama, que la tecnología actual
permitirá o permitiría rectificar. Quizás, esto es una injusticia grave
a personas, que han dedicado diez o cincuenta años a la actividad cultural, y,
en vida, han fracasado, más o menos, porque hay grados de fracaso. Y, a cierta
edad, saben que su producción está abocada a la nada. Si tienen una idea buena
entre mil malas, esa idea buena se perderá… Y, lo grabado en los sistemas
electrónicos, se borrará y se deteriorará en pocos años. Ese drama nuevo sobre
nuevo…
Quizás,
en el fondo, no se escriba, ni para minorías, ni para mayorías, que eso es una
lotería o azar en una gran parte. Quizás, se escriba o se deba escribir para
buscar verdades con bondad. Sino quizás se escriba para que los textos perduren
mil años. Quizás, esa sea la razón última, que un libro escrito por usted o
diez libros o cien cuadros, tenga el deseo y la esperanza que puedan ser y
estar en la cultura de dentro de mil años. Aunque nadie sabe y conoce cómo será
el mundo dentro de cien años, aún menos dentro de mil. Suponemos que ya
habitaremos la Luna…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (30 enero-09 febr.25 cr).
Fin artículo 4.697º:
“Se escribe a/para las minorías, a/para las mayorías…”.
E.
09 febrero