Artículo 5.153º: “No entiendo casi nada de los hombres, ni del mundo…”.
Debo confesarlo me parece que
somos seres enigmáticos, a veces, medio salvajes, a veces muy primitivos, otras
muy ingenuos, también demasiado idealistas. No entiendo a los humanos.
Nadie
se ofenda pero así es: puedo comprender que usted tenga intereses en tal
ideología, puede que tenga esperanzas en ocupar un mediano cargo, un puesto de
trabajo, una dirección general. Y, usted le interesa incentivar sus intereses…
pero usted puede ser del Betis, pero debe reconocer que si el Sevilla juega
bien, pues juega bien. Hay que dar el mérito al otro. El otro, puede que tenga
más puntos en común, más puntos en común con usted, de lo que usted piensa, de
lo que usted quiere, de lo que usted desea. Y, es más, en esa cuestión tiene
más razón que usted, quizás en otra no. Porque existe un saber ortodoxo, la
ciencia que es la medida de las cosas, y, en las humanidades, existen saberes
humanísticos, que no son ciencia, pero son más racionales unas posturas que
otras…
Puedo
entender su preocupación u ocupación y angustia por tal conflicto –yo, también
la siento-. Pero no puedo entender, que existen al menos dentro y cerca de
Europa, al menos dos… pero existen lo que llaman cincuenta conflictos activos
en el mundo actualmente. Siempre se indican cifras y sufrimientos e imágenes de
uno o dos o tres de ellos. Los demás están olvidados. Olvidan que el grupo A en
un lugar puede ir de victima, pero ese mismo grupo/ideología A en otro
conflicto va de verdugo. Olvidamos porque no sabemos u olvidamos adrede. No
queremos saber, no quieren que sepamos. No lo sé… ¿La pregunta somos primitivos
en ideas y percepciones y conceptos y argumentos?
No
entiendo a los humanos, no los comprendo, demasiados creen que siempre ellos o
ellas, individuos o grupos o colectivos tienen razón y tienen la verdad… los
demás son irracionales, ilógicos, no tienen una moral correcta, van siempre
defendiendo sus intereses, etc. Pero olvidan su pequeña historia personal y
familiar. Achacan a los demás, lo que han sido errores propios de su seno
familiar a lo largo de dos o tres generaciones. Es duro, decirlo, es duro
escribirlo, pero si tuviésemos en cuenta, quizás matizaríamos más y mejor…
¿Qué
decir de la historia? Más si es la historia de este terruño ibérico, cada uno
se sitúa en un lado, consecuencia de males de hace ocho o nueve décadas. Pero
pocos les dices, has leído sobre el tema tres o cuatro libros, o diez o quince.
Ya que es una preocupación tan grande y tan enorme. Y, no, siguen con una
canción siempre. Podemos comprender las heridas y traumas del pasado. Las
entendemos y las comprendemos, incluso las sentimos en parte como y en ellos.
Pero
seamos más realistas, con juicios históricos más acertados, porque después,
según el poder que esos individuos alcanzan, después, pueden tener
consecuencias sobre miles o cientos de miles de personas… cuándo no millones.
Saber historia e historia profunda debería ser un deber. No manipular a los
demás, engañar o mentir, decir medias verdades o medias mentiras, para justificar
los propios puntos de vista, denigrar a los demás no es el camino. No entiendo
a los hombres. Sólo la verdad nos abre puertas de esperanza y de entendimiento.
La no-verdad sólo trae confusiones y engaños y mentiras… y dolores y
sufrimientos…
Cada
medio de comunicación puede disponer de su ideología o de su tendencia
sociopolítica, tiene derecho. Pero todo medio de comunicación debe servir a los
hechos, y, debe explicar esos hechos y esos datos con el mayor grado de
realidad-verdad y de realidad-bien, y, si es posible de realidad-bondad… Creo
que este mandato normal se está olvidando. Hay que preguntarse si hemos caído
en un tiempo de sólo expresar ideas y datos y argumentos que van a favor de tu
tendencia o ideología o intereses.
No
sé sin darnos o para mantener el poder, nuestro poder, pequeño o grande, para
mantener nuestra ideología, para nuestro propio bienestar psicológico, sin
darnos cuenta o dándonos hemos caído,
unos más que otros, en un enorme complejo de argumentos que son medio verdades,
que se dicen los hechos que interesan y se olvidan lo que no conviene, que se
sesga la información y los conceptos, que se tergiversan muchos hechos datos y
realidades.
Dan
una sensación de tristeza e impotencia, las tertulias, que un bando siempre
apoya, aunque sea decir que los extraterrestres han venido y han degustado
paella con el presidente norteamericano, y, otros, que sólo eran payasos que se
vistieron de humanos, y degustaron cocido madrileño… Se ha caído en una
relativización de la información, y, muchas personas se retiran de acercarse a
ella, porque ya no se fían. Usted tiene derecho a ser de un color o de otro,
pero la persona que lee su texto y paga la información, de una manera o de otra
–soportando la publicidad-, también tiene derecho a la verdad… a la
realidad-verdad y a la verdad-realidad…
No
entiendo a los humanos, podría continuar con cien aspectos. Pero terminaré con
el siguiente, creo que hay padres que no quieren lo suficiente a sus hijos, o,
a todos los hijos de forma similar. Que hay hijos que no quieren lo suficiente
a sus padres, o algunos más que otros. Ya, ya sé, que esto es muy poliédrico y
polimorfo y policomplejo. Sé eso y mucho más. Pero la familia es la entidad que
más felicidad y alegría ofrece a los seres humanos, pero también es una entidad
que debería estudiarse más seriamente, porque también existe dolor y
sufrimiento y pena… Estudiar la familia para evitar sufrimientos a los humanos.
No sólo las relaciones laborales y económicas…
No
entiendo a los humanos. No entiendo a los hombres. Lamento decirlo, lamento
escribirlo…
http://filosliterarte.blogspot.com.es ©
jmm caminero (02 octubre 2025 cr).
Fin artículo 5.153º:
“No entiendo casi nada de los
hombres, ni del mundo…”.
E.
19 octubre