Artículo 5.154º: “Me pregunto a mi mismo, para que nadie se ofenda”.
Imaginad que aspiro a Altos
Cargos y Cargas de la Responsabilidad Política o Económica. E, imaginad que
tengo graves heridas y traumas en mi ser y mente y alma…
¿Debería
yo aspirar a esos altos Cargos y Cargas de la Responsabilidad Política o
económica…? ¿Debería yo, que tengo grandes heridas y traumas, en ese terreno
psicomoral aspirar legal y moralmente a Cargos de enorme importancia para mi
mismo, para la sociedad en general, con consecuencias para miles, cientos de
miles, millones de personas…?
Evidentemente
usted me dirá con razón, primera, hay que saber que son profundas heridas y
profundos traumas, y, después, saber si usted, en este caso yo, he sido capaces
de superarlos, curarlos, suavizarlos, y, tener esa realidad en el recuerdo,
pero no en activo todavía, no actúan en activo todavía…
¿Pero
continuamos, si yo aspiro a un Alto Cargo o Carga de la administración pública
o privada, quién me tiene que decir a mí, que tengo esa herida todavía sin
curar, o aparentemente curada, pero en una situación límite estallaría, se
desbordaría, tomaría opciones que no serían buenas, ni psicológica, ni moral,
ni política, ni social, ni económicamente…, porque me movería otras aptitudes y
actitudes y finalidades y motivos y razones…? ¿Conscientes e inconscientes…?
¿Acaso
me diría usted, es que no hemos visto en el siglo veinte, por no ir más atrás
en la historia, en este planeta, y, en este continente europeo, personas que
llegaron a Altos Niveles de la Responsabilidad Política y tomaron opciones, que
incluso hoy, dan miedo, producen temor y temblor…? ¿Y, acaso no creemos que en
cierta medida, respondieron esas respuestas a traumas enormes de su infancia,
niñez, adolescencia, que les fueron causadas, y, que nunca curaron del todo…?
Por
tanto, diríamos que estamos ante un dilema o tetralema. Por un lado, podemos
admitir que yo, yo personalmente, para que nadie se ofenda, si tengo una herida
o trauma profundo, no puedo, no debo aspirar a un Cargo de Alto Nivel de
Responsabilidad y de Poder Político. En segundo lugar, tenemos que averiguar,
cómo saber o que los demás sepan que yo tengo esa herida profunda.
Por
tanto, qué mecanismos de decisión tenemos que hacer y realizar, para que yo, yo
que tengo heridas profundas, imaginemos el caso, para no citar a nadie, no
atraviese otras barreras existentes, para que me encamine a la Alta
Responsabilidad Política, esas decenas de Altos Cargos, que en definitiva,
toman decisiones que afectan a cientos de miles o millones de personas.
Tercero,
si se detecta que tengo una gran herida, pues se tienen que crear los
mecanismos para que no llegue a las Altas Responsabilidades Civiles del Poder o
del Poder o de los Poderes Políticos, por el bien mío, por el bien del resto de
la sociedad… Podríamos poner ejemplos históricos, del mismo siglo veinte, que
algún Alto Dirigente detectó heridas profundas en subordinados, que después
tomaron el Gran Poder…
Ahora,
le corresponde a usted, mirar por la ventana de su entendimiento, de sus
conceptos, y mirar y remirar si existen, o usted cree que existen personas que
aspiran a Altos Cargos, que tienen o puedan tener heridas profundas, o que ya
ocupando Altos Cargos, se vislumbra que tienen graves heridas, que parece no
han curado, o están intentando curar con el Poder, pero con el Poder ya estando
en el poder, quizás Shakespeare y Esquilo/Sófocles/Eurípides nos lo
podrían explicar, ya estando en gran
responsabilidad del Poder o Poderes, es muy peligros curar y curarse heridas
–porque ya el poder es enorme, sea en una democracia, sea en una no-democracia,
sea en una semidemocracia, volvamos al siglo veinte, miremos al siglo veinte mundial
y en Europa-.
¡Bueno,
quién le pone el cascabel al gato, siguiendo el ejemplo, quién me pone a mí el
cascabel a este gato1 (Bueno, no tema, no aspiro, ni he aspirado nunca a ningún
cargo de responsabilidad política, ni siquiera los pequeños, menos los medianos…).
https://muckrack.com/jmm-caminero-1 ©
jmm caminero (08 octubre 2025 cr).
Fin artículo 5.154º:
“Me pregunto a mi mismo, para que
nadie se ofenda”.
E.
19 octubre