Artículo Periodístico 4.752º: “¿Cuándo uno es un escritor y Bárbara Jacobs”.
¿Cuándo una persona, tenga éxito
o no tenga ninguno, publique decenas de libros o ninguno pero escriba, cuándo
llega una persona a decirse a sí misma, soy un escritor…?
La
pregunta es genérica, se habla del escritor/a, pero también del matemático, del
médico, del pintor, del filósofo, del músico, del artista plástico, del
ingeniero, del panadero, del electricista, de la ama de casa, de ser jubilado o
de cualquier cosa que nos ocupemos o preocupemos. Cuando hablo del escritor o
del panadero, que suelen ser dos oficios que destaco más como símbolos o
paradigmas, uno más intelectual otro más manual. Pero en todos interviene la
mente, tanta mente hay que aplicar a hacer una masa de harina, que construir
con una masa de palabras, pues un cóctel de imágenes, símbolos, metáforas, ideas,
conceptos…
Cuándo,
una persona se dice, soy un escritor o escritora, aunque no tenga ningún éxito
o aceptación por parte de otros, aunque no haya publicado apenas nada, aunque
no sea considerado su trabajo de gran talento, y, todo los adjetivos que ustedes
quieran aplicarle…
Supongo
que cada ente personal e individual tendrá un trayecto, quizás, alguien con
cien poemas o cien cuentos se considere un escritor, quizás, otro necesita diez
años de evolución y de práctica, y, diez libros, aunque sean manuscritos.
Quizás, alguien, la mayoría compatibiliza ese oficio de la escritura, de la que
apenas saca dínares con otro oficio o vocación que le permita pagar las
facturas y tener un techo.
En
fin, las posibilidades son infinitas o ilimitadas. Pero la mayoría de escritores,
debo indicarlo, no tienen éxito comercial o de crítica. Quizás, solo vivan de
la escritura, o al menos, obtengan algún beneficio económico, compatibilizando
con otros oficios de la cultura, quizás un diez por ciento. Y, lo más dramático
de todo este oficio y oficios, es que lo producido en la mayoría de los casos
se pierde y se destruye y se deteriora –no se buscan sistemas que archiven las
producciones culturales, de esos que llaman que no tienen talento, ni siquiera
en forma de papel-.
Hay
personas que se consideran enseguida escritores o escritoras, otras se pasan
toda la vida, y, si no tienen aceptación de los demás, pues en el fondo siempre
están dudando y siempre están preguntándose si son escritores, si su trabajo
perdurará, aunque sea en forma de manuscrito, si será recuperado dentro de cien
años, si los herederos lo cuidarán, si y si… Pues me he encontrado con una
“carta no enviada” de Bárbara Jacobs
(Bárbara Dian Jacobs Barquet, que
empieza de esta manera: ¿Cuándo deja de ser niño un escritor?, con cabecera de Chimalistac, México, 26 de marzo
1984. Cuándo un autor se hace adulto como escritor, o, cuándo un autor
se dice a sí mismo, que el producto que hace tiene valor, o cuándo una persona
que se dedica a escribir, se afirma a sí mismo, que conoce suficiente su
oficio, cuándo un autor se convence que lo que está produciendo tiene valor o
tiene originalidad o suficiente creatividad, o…
Creo
que un artículo de opinión es un engendro que los humanos hemos inventado, para
tratar de hablar de todo, de lo pequeño y lo grande, de la actualidad, pero la
actualidad puede ser novedad, o la actualidad es actual pero no novedad. Lo
expreso siempre con el término de hablar de la tortilla. La tortilla es real y
actual, pero no es novedad, a no ser que exista un Congreso de Tortillas. Los
artículos de opinión son algo parecido a cómo hace unas décadas las vecinas de
una misma calle, salían a la misma hora a barrer las aceras, ya sabían la hora,
y, se ponían a barrer, y, mientras tanto hablaban de las cosas del pueblo o del
barrio, lo bueno y lo menos bueno. Pues eso es lo que hacemos los articulistas,
digo yo, que debo preguntarme, cuándo alguien se puede considerar un
articulista de opinión.
Esta
pregunta está sobre mi frente desde hace años. Siempre he querido publicar
artículos de opinión, siempre hasta hace una década, no me abrieron dicha
posibilidad. Por lo tanto, ahora, me digo, ya soy un articulista, me puedo
considerar un articulista, aunque no me paguen… Después de hacer, cuatro mil
setecientos artículos de opinión, me puedo considerar un articulista ya. Ya soy
un articulista de opinión profesional, aunque no me paguen. Todo son preguntas.
Algo parecido al título de este texto escrito.
Pero
la realidad se complica más, porque alguien puede sentir que ya sabe lo
suficiente del oficio, sea pastelero o compositor de música, o compositor de la
música de las palabras o escritor literario, y, no ser considerado por los
demás de ese oficio, no lo consideran de los suyos. O, quizás exista un centro
nacional, la capital que es la que irradia carnets de ese oficio, y, los de
provincias, no son considerados o son menos considerados…
Después,
de mucho pensar esta pregunta, durante décadas, creo que la clave de sentirse
escritor o escritora o filósofo o filósofa o pintor o pintora estriba, en saber
si su producción, sea mejor o peor, se va a conservar y existirá dentro de dos
siglos. Pues si se conociese la respuestas a esta pregunta, muchos si se
considerarían escritores, porque sabrían que sus manuscritos seguirían siendo
existentes dentro de dos o tres o cinco siglos. Y, quién sabe, si dentro de ese
tiempo, la mirada del mundo cambiaría, y, sus textos en otras condiciones
ambientales y psicológicas y culturales serian valorados. Pero como saben, que
si no se publican, e, incluso publicándose se pueden perder. Pues por eso, no
saben si son escritores o no lo son… Bueno, de momento, lea usted textos de Bárbara Jacobs. Paz y bien.
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© jmm caminero (26 febrero-09 marzo 2025
cr).
Fin artículo 4.752º:
“¿Cuándo uno es un escritor y Bárbara
Jacobs”.
E.
09 marzo