Artículo 4.909º: “Besando Zaragoza, III”.
Como toda ciudad grande, mediana
en el ranking mundial, 686.986 habitantes, en toda ciudad hay muchas ciudades,
en Zaragoza hay muchas Zaragozas.
Quizás,
el misterio del viaje y del viajar consiste que cada vez que visitas un lugar,
tú has cambiando, el sujeto que se mueve y se conmueve ha cambiado, aunque no
lo crea, y, por otro lado, el objeto, la ciudad también, y, ocurre que puede
visitar y andar y caminar por los mismos lugares o distintos, con lo cual se va
encontrando con otra ciudad o lugar, de alguna manera. Incluso, con algunas
personas diversas o diferentes. Dirá alguien que viva y habite y exista en esta
ciudad porqué voy a leer un texto, como éste, de una ciudad, que llevo
paseándola y recorriéndola diez o cincuenta años.
Por
eso mismo, porque alguien del exterior, puede presentar algún hecho de modo
diverso, que jamás hayas pensado. Quizás solo es una frase de cinco palabras.
Pero cada uno percibe el mundo semejante a los otros, y, algo diferente a los
otros. En este contexto se encierra el recordar las visitas a esta ciudad.
Ahora, recordamos algo y sabemos algo de lo que sucedió, en algunos de esos
viajes, sabíamos que eran para un día o tres, pero otros no sabíamos si nuestro
descendiente se iba a quedar a vivir y existir y habitar para siempre. Decían
en mi Facultad de Letras, donde se impartía también Geografía e Historia, que
la ciudad ideal es esa que ronda los quinientos mil habitantes, porque tiene de
todo, y, todavía son ciudades habitables, cierto que es una afirmación de hace
varias décadas, pero que entraría como anillo a Zaragoza…
Toda
ciudad siempre, por lo general, existe otra anterior, antes de la romana del
A
veces, de las ciudades recuerdas grandes cosas que te han sucedido, otras
veces, pequeñas cosas y pequeños detalles. Recuerdo una mañana temprano, un día
de fiesta, supongo que domingo, que volvía de visitar La Basílica del Pilar, y, subiendo y ascendiendo por la calle de
Alfonso I, me encontré un servicio municipal que estaba regando la acera, unas
borbotones de agua muy grandes, para limpiarla, se sentía todavía no hacia
suficiente calor, se sentía lo limpio y lo agradable del agua. Recuerdo que un
extranjero con todos los artilugios de la fotografía, no sé, si estaba haciendo
un reportaje para algún medio nacional o internacional, realizó una o dos
fotografías a los “echadores y limpiadores con agua”, y se marchó enseguida.
Llevaba todos los utensilios profesionales, grandes cámaras y objetivos, con la
mochila correspondiente, yendo deprisa a encontrar otra realidad. No sé si
sería free-lance o… no sé qué sucedería de aquellas fotografías que
evidentemente ese hombre hizo…
Me
lleva a recordar ese detalle, yo de mi bolsillo, adrede y aposta arrastro una
cámara muy doméstica, muy normal, y también hice una o dos. Porque también
realizo fotografías. Pero también recuerdo que en un fin de semana hice casi
quinientas, creo que en un noviembre, y, después se me perdieron las
quinientas. De multitud de detalles, de multitud de recovecos. Después, otras
veces, que he ido he continuado haciendo. Pero siempre tengo la herida de esas
quinientas y pico de fotografías que realicé, que después, no fui capaz de ver
de la memoria electrónica, esas quinientas que fueron y no fueron, se perdieron
en el recuerdo. Quizás, si hubiese sabido más de informática. Pero tengo ese
dolor de esa pérdida. Quizás, ese conjuntos de miradas, ya no se repetirían, no
sería capaz de volver a hacerlas, porque el mundo exterior ha cambiado, mi
mundo interior ha cambiado, y, también mis piernas, ya cansadas, ya no podría
andar tanto para hacer fotos fijas, dibujar con luz, como dirían los
inventores… -pero esa pérdida que siempre me ha dolido, no es nada, para las
que después he perdido unas ocho mil o algo más, que tenía en discos duros
externos, se cambiaron la forma, y, ahí permanecen en el silencio-. Otro
dolor…-.
Siempre
he pensado o me he preguntado, estas ciudades, grandes o pequeñas, si han
pensado construir un Museo de la
Fotografía, quizás Zaragoza merecería disponer de uno. Que fuese uniendo y
coleccionando y guardando miles de fotografías que a lo largo de la historia se
han producido, miles de fotografías que cada día se producirán entre sus muros
reales o imaginarios. Supongo que todos los museos existentes tendrán un
departamento de fotografía, y, supongo que en muchos de ellos tendrán
fotografías antiguas.
Ya
sé que el Museo de Zaragoza dispone de un Fondo Fotográfico Antiguo de
4.500 documentos. Ya sé que se ha celebrado el 100 Salón Internacional de
Fotografía por la Fundación IberCaja. Ya sé que existe una Real Sociedad de Fotográfica de
Zaragoza. Ya sé que la plataforma digital Arteinformado anuncia 458
exposiciones de Fotografías en Zaragoza en estos últimos años. Ya sé que se
realizan exposiciones de PhotoEspaña en Zaragoza, etc.
Pero
quizás, que se cree un Departamento de Fotografía, en algún departamento
cultural del ayuntamiento o de la administración regional, que con el tiempo
pudiese terminar en un Museo de la Fotografía de Zaragoza o de Aragón… Hoy,
hemos mirado Zaragoza desde los ojos de la fotografía, pero detrás de una
cámara siempre existe un ser humano, por tanto una biología y psicología y
sociología y antropología y… el lugar es el gran teatro –el otro día me enteré
que en el viaje de Cesar Augusto
hizo por España en Tarraco, no sé si
antes o después de visitar o pasar por Zaragoza y su fundación se interesó por
una de las obras que estaba realizando, no recuerdo ahora si Virgilio o si Horacio…-. ¡¿Qué cosas…!?
Quizás,
como en algunos lugares se está haciendo, se está incentivando que las personas
normales, envíen para depósito y conservación fotografías, videos… que ahora,
nos pueden parecer normales y sin demasiada importancia, pero que quizás,
dentro de equis tiempo, sea un material importante, o sea un ejemplo de algo
que sucedió… la cultura, tenía un profesor que decía, es aquello que resulta de
lo que se hace y de lo que se conserva y de lo que se pierde.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (18 abril-07 junio 2025 cr).
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“Besando Zaragoza, III”.
E.
07 junio