Artículo 4.918º: “La censura ante la muerte e Ignacio Sánchez Cámara”.
Se podría indicar que existe una
represión ante la muerte, un temor ante la muerte, un miedo ante la muerte, y,
por otro lado, esa bivalencia o ambivalencia una atracción hacia ella.
Es obvio y evidente, que en
ochocientas palabras, no se puede sintetizar toda la situación humana y de la
humanidad en este tema. Además, resumen y síntesis de siglos y milenios, más la
actuación presente. Hablemos por tanto, si una persona equis, un colectivo
equis, no lleva una vida normal y rutinaria de suficiente salud física y
biológica y psíquica y moral y espiritual, no cabe duda, que debe saber que
está acercándose a la muerte, si alguien conduce su vehículo a una velocidad
inapropiada está jugando a las cartas, para tener más posibilidades de que
fallezca, de tener un accidente grave. Por tanto, aunque no lo crea está
llamado a la muerte.
Por otro lado, las personas temen
en general la muerte, porque deja esta vida, y, esta vida es corta y es larga,
evidentemente en qué situación se esté, también, puede que no esté seguro,
completamente, con total seguridad de que después exista Otro Mundo para él o
para ella y todos los demás. Y, si existe Otro Mundo, y, si tiene usted y yo
eternidad teme, que quizás, “no vaya al sitio bueno de la eternidad”, siempre
queda la duda…
También, debemos narrar que al menos
en Europa, jamás, jamás en general se ha vivido y existido tan bien y con
tantos derechos en todos los aspectos de la realidad como ahora, al menos un
tanto por ciento muy alto de la sociedad... No sé, si que lean ustedes un poco
de historia y comprendan un poco como una familia normal de los estratos medios
vivía hace cien años en cualquier lugar de esta Península Europea –qué decir,
de otras zonas del mundo…-.
No es común, reflexionar sobre la
muerte y el morir en los artículos de opinión, y, tocar este tema es complejo,
tiene muchas perspectivas, y, supongo que para el lector y lectora no es
agradable. Además la vida, tiene días buenos y tiene días medianos y tiene días
no-buenos… Es la condición humana, al final, somos unos primates evolucionados,
o unos primates racionales, copiando al maestro Aristóteles, o unos primates racionales con alma
espiritual-inmortal, copiando la fórmula de Tomás de Aquino, y, tantos otros.
Qué puedo decir, para animarle un
poco en este tema, que lo perciba con más claridad y más profundidad y más
esperanza. Vivir y existir buscando una moral y ética correcta, creo que es el
escudo ante muchos males que pueden venir. Sigo pensando y creyendo que la
persona que intenta vivir con una moral y ética correcta tiene más posibilidades
de vivir y sobrevivir ante cualquier situación. Puede que parezca que es una
rémora, pero a la larga, es la diferencia, para tomar mejores decisiones, y,
evitar males y problemas innecesarios. Porque muchas veces, somos nosotros los
que nos metemos en aguas de mil borrajas. Somos nosotros los que nos metemos en
mares llenos de tempestades, por buscar placeres, o experiencias o ideas que no
nos convienen.
No adelante usted el día y el
momento de su fallecimiento, hoy, hay que recordarlo, no diré cifras, ni a
nivel mundial, ni a nivel de esta Celtiberia. No diré. Pero, llevar una vida
moral y ética correcta, a y en todos los sentidos, creo que ayuda a alejarse de
esos peligros. Porque al final, no se engañe, sea de un estrato social o de
otro, al final, siempre le llegan a todos los humanos, el sufrimiento, la pena,
la angustia. A unos, unas, a otros, otras… Tiene que usted estar preparado para
ello. Y, a cada uno, con sus diferencias. Llevamos en una mano, las alegrías y
los gozos y las felicidades, y, llevamos en otra, las heridas, los traumas, los
sufrimientos, las penas, las angustias, las incertidumbres, los temores. Esa es
la vida de todo ser biológico, sea más consciente o menos.
Saben, si alguien lee mis textos,
que voy haciendo como un recorrido por el articulismo hispánico, hoy le ha
tocado Ignacio Sánchez Cámara,
profesor y escritor y articulista. Uno, uno más que en esta tradición de esta
Celtiberia tan antigua, intenta combinar y mezclar, la realidad actual, sea
novedosa o sea intemporal, con la filosofía. Así, nos plantea en un artículo
titulado: La represión moderna de la muerte, publicado en ABC,
el doce de enero del 2002, algunos aspectos sobre esta cuestión. Decían los
antiguos, que la vida y la filosofía es una reflexión sobre el morir. Vivir
bien, para morir bien. Vivir con la máxima dignidad posible, sea o se esté en
la situación social o económica, que se esté, para así, al menos, llevar la
cabeza levantada. Porque al final, un hombre o mujer que busca la
realidad-verdad, la realidad-bien, la realidad-bondad, con algo de belleza y
racionalidad y prudencia y saber ortodoxo, es la máxima meta del vivir –sin
olvidar al Ser Trascendente, para quién crea o desee creer-.
Puede que alguien, alguien no
brille a nivel social, económico, político, cultural, religioso… pero sea un
ser humano, que dentro de sí, tenga enormes riquezas. Sobretodo las riquezas
que hay ido acumulando toda la vida. Las riquezas de intentar huir de la
lujuria, de la avaricia, de la gula, de la ira-cólera, de la envidia, de la
soberbia, de la vanidad… Puede estar a su lado, uno o cientos de personas, que
buscan esos ideales. Puede que usted no lo valore o no lo aprecie o no sea
consciente, de esa persona que está a su lado con esas virtudes. Pero créame es
un pequeño milagro, en estos tiempos que corren. Que alguien quiera
autocontrolarse de forma correcta y moral en una vida diaria y rutinaria,
créanme es una estrella que está a su lado, que usted no es consciente…
De media en España, ahora
fallecen mil ciento noventa y cinco personas cada día. Un día, le tocará a
usted y a mí, esa campana. No sabemos el día, ni la tarde o la noche cuándo
sucederá esta realidad. Pero de momento sabemos que sucederá. Pero mientras que
llega ese momento, no adelante usted ese momento, para eso viva con dignidad
moral suficiente, y, por otro lado, viva con dignidad y honestidad y moralidad
cada día. Así, así vivirá como un ser humano, ante los ojos de su conciencia,
ante los ojos del Buen Dios –dirá usted, que duda de que exista, pero eso es otro
tema-. Así, así se hará cada día, un mejor ser humano. Quizás, nadie lo note,
quizás nadie lo valore, pero quizás usted, cuando duerma, con el peso del día y
los sufrimientos del día, piense y sienta, que ha intentado ser un ser humano
mejor... Paz y bien.
https://www.youtube.com/channel/UCP1qKD3iC1dhkOschAftOAQ
© jmm caminero (29 may-07 jun25 cr).
Fin
artículo 4.918º: “La censura ante la muerte e Ignacio Sánchez Cámara”.
E.
07 junio