Artículo 4.881º: “Cansados de llamar a las puertas de los gestores culturales”.
De vez, de vez en cuando, en el
teatro de los medios de comunicación alguien redacta un artículo sobre la
industria cultural, en general y de cada arte o saber...
Por
lo general, siempre existe alguien quejándose de algo, o, alguien alabando
algo. Pero pocas veces, nos encontramos con un artículo o una noticia que
mencione, que el noventa o noventa y cinco o noventa y nueve por ciento de
autores y autoras, sea en música, en teatro, en literatura, en poesía, en
pintura, en o en… pues, se han tirado diez o treinta o cincuenta años de su
existir, y, será porque no tengan talento, será porque viven en provincias,
será porque no tengan suficientes conocimientos, será porque no tengan un enlace
con algún aspecto de la industria cultural, han fracasado. Se sienten
fracasados.
Todo
el mundo sabe, que existen miles de autores y autoras en todas y cada una de
las artes, en todos y cada uno de los saberes. El mercado no puede abarcar y
consumir todo. Nadie puede pretender que la sociedad, leyese las miles de
novelas o se representasen las miles de obras de teatro o se comprasen y se
expusiesen las decenas de miles de obras plásticas que sea hacen, o los cientos
o miles de ensayos que se realizan cada año, etc.
¿Pero
qué hacer con las obras y con los autores/as que han estado diez o veinte o
cuarenta años produciendo mil o diez mil poemas, cien o mil obras de teatro,
mil o cinco mil obras plásticas, etc., qué se hace, se dejan que se destruyan,
se deterioren, se pierdan…? ¿Qué de todos esos autores, que pueden tener una
valía de segunda o de quinta, que no han alcanzado a tener una editorial que
les publique, ni una galería de arte, ni los periódicos culturales en sus
secciones o las revistas culturales, cuándo han publicado algo, autopublicado o
por alguna institución, nunca o casi nunca le han hecho una reseña, porque al
final, todo el mundo habla de libertad de creación, pero al final, solo se
citan un número limitado de obras y de autores…? ¿Qué hacemos con todas esas
producciones, con todos esos autores/as…?
Hemos
expuesto los dos extremos, si recuerdan: sabemos que la sociedad no puede
consumir, ni comprar todo lo que se produce culturalmente, y, por otro lado,
qué hacemos con decenas de miles de obras, miles de autores, en cada género o
saber o arte, qué han estado toda la vida batiendo el cobre, en lenguaje
popular, qué hacemos con todas esas obras, las dejamos que se destruyan,
deterioren, olviden… -qué es lo que hasta ahora se hace, esta es la verdadera
política cultural… dejar que vayan desapareciendo nombres y obras…, porque
claro está son de quinta fila, personas que han estado cuarenta años
trabajando, no han aprendido nada, son de quinta calidad…-.
La
industria cultural qué dice a esto, qué dice a esto la industria cultural
institucional. Qué hacemos, dejamos que se destruyan las obras, con el tiempo,
solo hay que dejar que los autores vayan cerrando los ojos, y, con las obras se
van perdiendo, dejando en los rincones, en definitiva, el silencio del tiempo
se va apoderando de ellas…
Podría
haber un debate nacional sobre este tema. Se podrían crear archivos reales o
virtuales sobre esta cuestión. Podrían los museos y fundaciones existentes,
conservar, miles de obras de cientos de autores, cada uno en su género, en sus
depósitos, al menos obras en papel, para que no ocupen demasiado espacio y
tiempo. O, directorios provinciales o regionales o nacionales de las diversas
artes y saberes. Se recicla todo hoy, o se pretende reciclar todo, menos la
cultura, que una gran parte de ella, se deje que el tiempo la destruya.
Ni
siquiera se tiene la capacidad de pensar, que aunque todo sea mediocre, nombre
y substantivo y adjetivo que tanto se utiliza, que me desagrada especialmente.
Ni siquiera se produce la duda, que quizás una producción mediocre, dentro de
cien años se juzgue de otro modo y de otra manera. Quizás, dentro de un siglo
se valore de otra manera y de otra forma. Más hoy, se añade otra razón la
Inteligencia Artificial hará miles de obras de cualquier género en cualquier
arte o saber, por tanto, qué lugar tendrá la producción human dentro de cien
años…
La
cultura es un sistema que crea y olvida mucho de lo que crea. Ya, ya sabemos,
siempre se dice lo mismo, es que son obras de quinto nivel. No tienen
suficiente calidad, ni creatividad, ni esencialidad, ni originalidad, ni y ni…
¡Ya lo sabemos…!
Ustedes,
ustedes saben, que existen cientos de autores y autoras, en las diversas artes,
en los distintos saberes… que llega un momento en su existencia, quizás,
después de llevar cuarenta o sesenta años de su existir, produciendo algo
cultural, produciendo realidades culturales, aunque sean de séptima fila, que
ya no se ocupan o preocupan de tener un lugar en la cultura, sino se van
empequeñeciendo sus esperanzas y su piel se va agrietando. Y, la única
preocupación en este tema, es qué hacer, para que los mil poemas o diez mil
poemas que han hecho no se pierdan, las mil dibujos o diez mil pinturas que han
hecho no se pierdan, por…
Ustedes,
si ustedes saben, que existen miles de autores y autoras, de y en cada
generación, que llega un momento, que miran sus manuscritos y sus producciones,
sea el género o el saber que sea, que se dicen, he estado treinta o sesenta
años haciendo, y, no sé qué hacer, para que alguna entidad o institución
quieran conservarlos. Se dicen, quizás no sea una producción de primera, pero
quizás si de tercera, o quizás si de quinta. Quizás no sean unas obras
geniales, pero quizás, si tendrían valor, a nivel provincial, local, regional…
Pero continúa mirando toda su producción, sus diez mil poemas, sus diez mil
dibujos-pinturas en papel, su equis de zeta… y, se dice, cerraré los ojos,
dejaré de respirar, y, todo esto se irá perdiendo, además de toda la producción
en todos los terrenos, como cartas, documentos…
No
solo que esas personas sienten que han fracasado en sus oficios y vocaciones
culturales, sino que se pasan sus últimos años de su existencia, sabiendo que
todo se perderá, al cabo de unas décadas. Por mucho que ha ido llamando a multitud
de entidades culturales, para ver si querían conservarlo. En todas, les han
dado el silencio como respuesta. Se dicen, ya a edad avanzada, no habría sido
mejor dedicarme a vender tomates, que no a crear poemas o pinturas o
composiciones musicales o… Este es el gran fracaso de cientos y de miles de
personas, este es el gran fracaso de la cultura. Pero todo el mundo calla,
calla ante este problema-cuestión-realidad…
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© jmm caminero
(17-18 mayo 2025 cr).
Fin artículo 4.881º:
“Cansados de llamar a las puertas
de los gestores culturales”.
E.
18 mayo