Artículo 4.885º: “Necesidad de un Museo de la Semana Santa en Zaragoza”.
En un tiempo que se recoge y
recolecta la importancia de lo popular en la vida pública y en la cultura, una
realidad es la Semana Santa, seamos ateos o agnósticos o teístas…
La
Semana Santa es una realidad multipoliédrica, por tanto, tiene dimensiones y
variables culturales, sociales, antropológicas, psicológicas, artísticas,
festivas, estéticas, religiosas, espirituales, gastronómicas, etc. La Semana
Santa como todo fenómeno humano, que se ha ido desarrollando durante siglos, ha
ido adquiriendo multitud de connotaciones. Por lo cual, cada persona degusta la
realidad o esta realidad desde un punto de vista. La Semana Santa es una
realidad inmanente y trascendente, es una realidad mundana y espiritual, es una
realidad prosaica y religiosa-espiritual. La Semana Santa en el fondo refleja
muy mucho, lo que somos y lo que deseamos, nuestras alegrías y nuestras penas.
No sé, cómo estará en estos momentos el proyecto de un museo de Semana Santa en
Zaragoza, pero creo que deben hacerlo y materializarlo…
Existen
museos de la Semana Santa en Cuenca,
el de Zamora, Málaga, Orihuela,
Villaviciosa, Puerto Lumbreras, Torrevieja, Valencia, Bilbao, Hellín, Lorca,
Puente Genil, Crevillent, Ferrol, León, Torrent, el de Baena se inaugurará
en el 2026, etc.,-. Y, otros, que se están proyectando, por tanto, creo y
estimo que Zaragoza merece y debe hacer uno también. Solo es cuestión de
encontrar un lugar, y crear un recinto permanente para este fin. Y, solo es
cuestión de mirar en lo que ya se ha hecho en otros lugares, y, copiar y
perfeccionar las ideas de otros museos… Creo que estos museos tienen un enorme
potencial en muchos sentidos. Porque pueden ser la base de estudios y análisis
de documentos y de información sobre esta temática. Si alguien se pregunta
porqué estoy haciendo este artículo sobre este tema, es que he realizado una
serie de columnas periodísticas sobre diversos museos, cuatro o cinco de esta
temática de nuestro terruño ibérico…
Según
los datos que dispongo el posible y potencial Museo de la Semana Santa de Zaragoza podría disponer de 140 piezas.
Pero yo estimo viendo otros museos de esta especialidad que se pueden ofrecer muchas posibilidades,
si se dispone de una sala de exposiciones temporales, se pueden exhibir piezas
de obras de arte actual religioso, se pueden combinar con fotografías, dibujos,
esculturas de arte religioso, que aunque no se procesionen, no salgan a las
calles, pueden dar un valor añadido. Además se están buscando formas de
catalogar y conservar multitud de materiales, que las Semanas Santas de años y
décadas se han ido recogiendo, como fotografías, audiovisuales, entrevistas,
noticias de prensa, música religiosa, artículos de opinión sobre el tema, etc.
En
definitiva, bajo mi modesto punto de vista, no nos estamos dando cuenta todo el
potencial museístico, museográfico y museológico que esta temática puede tener.
Seamos ateos o agnósticos o creyentes en una u otra religión, no podemos negar
que la Semana Santa, dónde se centraliza mucho del misterio y del enigma del
cristianismo, es una realidad enormemente compleja y también simple, en la cual
se hibridan y sintetizan y generalizan multitud de factores. Al final, la
Semana Santa conmemora algo de la biografía de un judío de hace dos mil años,
para unos, un simple hombre que tuvo la desgracia de ser sentenciado a muerte,
para otros un ser humano con una trascendencia cultural e histórica que no terminamos
de comprender, para otros, un ser que es Hijo de Dios…
Creo
que entre los diversos museos que existen en Zaragoza éste podría tener unas
connotaciones muy importantes, tanto para la población española y aragonesa y
zaragozana, pero también para la europea. Puede que muchas personas no puedan
venir en la semana de Semana Santa y asistir a esta realidad, pero si pueden
entrar en las cuevas de estos museos, y, ver y percibir algo del misterio y
enigma de lo humano.
Porque
al final, un Museo y un Museo de Semana Santa, su fin y su finalidad es
mostrarnos algo de nosotros mismos. Nos miramos en espejos externos, en piezas,
dibujos, esculturas, imágenes, composiciones musicales, objetos, en este caso
religiosos o semireligiosos que nos llevan a pensar y sentir y meditar y
reflexionar sobre lo que somos, lo que somos dentro y fuera de nosotros. Una
pieza de un museo de alguna manera, es como una flecha que nos envían desde
fuera al corazón de lo que somos… Es de alguna manera emerger algo del
inconsciente individual y colectivo…
Cuando
me preguntan sobre estos temas, siempre les indicó el consejo de un empresario
español, que no sé si todavía respirará nuestro aire. Que decía, que para un
nuevo negocio solo necesitaba una
secretaria con un teléfono, y, con eso intentaba crear valor añadido… dirán que
es muy simple el consejo, más en esta época, pero estamos hablando de un hombre
que formó un mediano imperio económico o casi. Pero creo que este consejo puede
servir para este fin. Abran un centro como museo de Semana Santa, aunque al
principio no tenga una perfección suficiente, ni un acabado suficiente. Y, ya
que tengan el centro museístico, -evidentemente que no exista peligro de
derrumbamiento, y, que sea digno-, después vayan cambiando, haciendo obras,
transformando…
Abran
el centro, y, después vayan rellenando el contenedor. En este caso ya tienen
disponibles piezas que las cofradías ofrecen. Cuándo lo abran, y pidan a la
población materiales y objetos y fotografías y videos de Semana Santa, verán
como vendrán más que las aguas del Ebro.
Creo que Zaragoza se merece un Museo de la Semana Santa, espabilen un
poquito… -dicho con sumo respeto-.
https://muckrack.com/jesus-millan-munoz © jmm caminero (23-25 mayo 2025
cr).
Fin artículo 4.885º:
“Necesidad de un Museo de la
Semana Santa en Zaragoza”.
E.
25 mayo