Artículo 5.168º: “Un artículo de opinión es un microensayo de preguntas”.
No ha sido este escribiente, el
que ha inventado este concepto para la columna periodística está en los medios
desde hace tiempo. Pero creo que hay que añadir el de preguntas.
En las cuatro grandes categorías
de la literatura, de los géneros literarios, ésta una que se llama didáctica o
didácticos, géneros didácticos. Uno, dentro de ellos es el ensayo. El ensayo
que tiene como todo, raíces muy profundas antes de Montaigne. Pero el creador moderno es Montaigne, fijó los grandes parámetros, cualquier tema, visto por
una mente y una conciencia, dejando algo de su existencia o experiencia
personal. Dicho de otro modo, se trata un objeto, se expresan argumentos y
datos, se habla algo en relación con el escribiente.
Cierto que no es lo mismo un
ensayo de cien páginas, que un ensayo de una página, es decir, de ochocientas
palabras, por eso se denomina microensayo. Al menos a los microensayos de
opinión o literarios, que además tienen una noción de belleza o de estética,
digamos un adorno, de las palabras que sean bellas, al menos una metáfora-bella
en ochocientas palabras. Porque el chocolate de pastelería está mejor con un
buen adorno.
Pero no sé, si es usted
consciente, de lo que estamos diciendo y expresando, si es un microensayo de
preguntas. Le estoy indicando que la función de este género literario,
extendido hoy en prensa, especialmente, desde hace dos siglo y pico, en toda o
casi toda Europa, desde la era de las revoluciones modernas, se podría indicar.
No están hechos para darle a usted la razón, ni tampoco para quitársela
siempre. No puede ir usted a la playa y querer bañarse y no mojarse, al menos
todavía no se ha inventado dicha realidad. No puede ir usted a las olas de la
prensa y de la información, y, que le digan todo lo que usted quiera oír, según
sus intereses de sus bolsillos o de sus neuronas o de las heridas y traumas que
por desgracia lleva arrastrando y arando desde hace años y décadas en su
corazón. No. Lamento decirle que no.
La función del articulista de
opinión, si cumple con su deber, es la que ya hemos indicado, expresar
preguntas, dudas, datos, razones, argumentos, en definitiva, intentar que usted
piense, que usted amplíe sus horizontes mentales. Que quizás, se fije en una
variable que no se había fijado, en un razonamiento que no había pensado, en
una subpregunta que no había pensado. Puede que eso haga más fuerte sus
argumentos y datos razones, pero puede que le ponga una duda.
El escribiente no puede conocer
los intereses de su cerebro y de su cartera de las cien personas o mil o diez
mil que le leerán ese artículo. No puede saberlo. Debe ser honesto con él o con
ella, ese es su deber. La función del equipo directivo del medio, es dar
libertad al opinador, porque ya tiene otras secciones, para dar los matices de
su información y su perspectiva y su enfoque y su decálogo editorial… Cosa que
también el editor y editores no deberían olvidar. No olviden lo que siempre
escribo, este fin de semana marchará usted al hipermercado y verá cientos de
productos, y, del mismo, distintas marcas. Un periódico es un hipermercado de
productos de datos y argumentos y razones. Eso es lo que mis pequeñas neuronas
grises, como Poirot me indican. Nadie se ofenda.
No todos los escribidores sirven
o servimos para articulistas. Si lo entendemos como antes he indicado. Es
decir, como microensayistas. Porque para indicar una opinión o dato o tema o
pregunta sobre una cuestión, primero hay que ponerse en duda uno mismo. Es muy
difícil, mirarse cada mañana en el espejo, cada tarde o noche también vale, y,
decirse voy a escribir de esto. Pero tengo que pensar, que quizás mi opinión
que llevo treinta años defendiéndola, quizás no sea cierta siempre y en todos
los sentidos. Es difícil. Este ejercicio no es capaz de hacerlo todo el mundo.
Por eso se dice que no todo el mundo vale para filósofo o pensador, para
psicólogo o psiquiatra, o para cura o sacerdote. Pero tampoco todo el mundo
sirve para articulista de microensayos o miniensayos. Yo, yo no voy a decir,
quién vale o quién no vale. Pero cada uno se tiene que examinar ante su espejo
de su consciencia y conciencia...
Si un medio o prensa no deja a
sus articulistas tener libertad de expresión, en la sección de opinión, opinión
de palabras o de viñetas, siempre dentro del marco de la legalidad y de la
moralidad, ese medio, sea de un color o sea de otro, tiene que preguntarse que
no está cumpliendo con la norma del “hipermercado”, que tiene que tener de
muchos productos, y, de cada uno o tipo o clase de diversas marcas y precios y
valores y colores, porque el cliente escoja. Si un articulista ha perdido su
capacidad de buscar nuevos matices, nuevas preguntas, nuevos datos, tiene que
preguntarse, que quizás algo en él está fallando, que quizás deba mirarse más
en el espejo de las palabras.
En fin, hay que cortar el
artículo, las ochocientas palabras se han terminado. Pero al menos, cuándo
usted bucee en estos artículos de este plumífero, al menos, no olvide, ese
mandato o norma, entra usted en este mar a nadar y bucear, para encontrar
nuevas preguntas o datos o argumentos o razones. No escribo para darle la razón
a usted, ni tampoco para quitarle la razón a usted. Escribo para hacer y
hacerme preguntas, aunque sean muy pequeñas. Si no le gusta este producto del
hipermercado de la información, tiene usted cientos de otros. Vaya y beba en
esas aguas. Eso sí, yo le respeto a usted, usted respéteme a mí.
Al final, mi cerebro de un kilo y
algo, no puede abarcar todo el universo humano. Sólo sé que apenas sé nada,
algo sé, pero muy poco. Recordemos al viejo maestro Sócrates. Pero este escribiente, si se cree esta frase, otros, sólo
es un adorno más en la retórica y oratoria y en su poética… Paz y bien.
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (14 octubre 2025 cr).
Fin artículo 5.168º:
“Un artículo de opinión es un
microensayo de preguntas”.
E.
26 octubre